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CIUDAD DEL VATICANO, 14 de octubre.- El Papa Benedicto XVI advirtió hoy que la felicidad no se puede comprar y aseguró que los ricos sí pueden encontrar la salvación espiritual después de la muerte, siempre y cuando usen sus riquezas para el bien.
Ante más de 10 mil personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el pontífice reflexionó sobre el pasaje bíblico en el cual Jesús pide a un joven adinerado que venda todas sus pertenencias y lo siga, para alcanzar así la vida eterna.
Durante su mensaje dominical, previo a la bendición de la multitud con el rezo del Angelus, estableció que de acuerdo con la enseñanza de Jesucristo para un rico es difícil entrar en el Reino de Dios, pero no imposible.
"De hecho, Dios puede conquistar el corazón de una persona que posee muchos bienes y empujarla a compartir con quien está necesitado, a fin de entrar en la lógica del don", afirmó.
Evocó las palabras de Cristo, "quien señaló que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios", las cuales dejaron desconcertados a los discípulos.
Pero precisó que, viéndolos atónitos, Jesús apuntó: Imposible para los hombres pero no para Dios! Porque todo es posible para Dios.
Según el obispo de Roma la parábola enseña a los ricos que no deben descuidar su salvación como si fuesen ya condenados, ni deben tirar al mar la riqueza ni condenarla como insidiosa u hostil a la vida, sino que deben aprender de qué modo usar la riqueza y procurarse la vida. (NTX)