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BARCELONA, 13 de noviembre.- Investigadores del Institut de Recerca Biomèdica (IRB) de Barcelona han descubierto el mecanismo necesario que desencadena la metástasis del cáncer de colon en su expansión al hígado en un estudio pionero que abre la puerta a la creación de tests diagnósticos en un horizonte mínimo de 5 años para predecir la diseminación del tumor a órganos vitales y más adelante bloquear este proceso.
Así lo han explicado el lunes los principales investigadores del trabajo, Eduard Batlle y Elena Sancho, quienes han significado que se trata de la primera vez que un artículo científico señala la "función fundamental" de las células sanas del entorno para la diseminación del tumor.
En rueda de prensa, Batlle ha reseñado que "para que estas células tumorales puedan hacer metástasis necesitan comunicarse con células de su entorno, células sanas, conocidas como estroma —microambiente que rodea las células tumorales— a las que (las células malignas) corrompen para que les ayuden a sobrevivir en esta fase inicial de la metástasis".
A la luz del trabajo, que publica 'Cancer cell' y que también firma el prestigioso Joan Messegué —director adjunto del IRB y descubridor de las claves de expansión del cáncer al pulmón—, la molécula TGF-beta es instruida y "encargada de corromper" el tejido sano en entre el 85% y el 90% de los 345 casos estudiados.
Existe un porcentaje de entre el 10% y el 15% de los casos pacientes en que las células tumorales son incapaces de contaminar a las células sanas y, por tanto, estos pacientes no sufrirán metástasis ni recaídas de la enfermedad en el futuro, lo que evitaría tratamientos más agresivos, y al revés en los casos opuestos.
Además, los científicos han comprobado que la producción de Interleucina-11 (IL-11) por parte de las células del entorno tumoral inducen en las células madre tumorales una serie de cambios genéticos que le confieren la capacidad de sobrevivir en el nuevo órgano colonizado.
El trabajo, en el que han colaborado los hospitales Clínic, Sant Pau y el Mar de Barcelona, ha sentado las bases de las "herramientas que se pueden utilizar para predecir el bajo o alto riesgo de metástasis" del tumor de colon en el hígado, órgano principal de expansión, ha señalado Sancho.
"Tenemos la intención de trasladar estos resultados a la clínica, y existe un proyecto muy inicial de captación de fondos", ha señalado la investigadora senior del IRB, quien ha señalado que en pasados cinco años podría salir un test para predecir las recaídas y adaptar terapias, y es que después de meses e incluso años el 40% de estos pacientes sufren recaídas que en la mayoría de casos se presentan en forma de metástasis.
Por el momento, existen dos solicitudes de patente para desarrollar este proyecto, ha señalado Batlle, también líder del Programa de Oncología del IRB, quien también ha señalado la existencia inhibidores orales del TGF-beta en fase clínica, a cargo de los laboratorios Lilly, que también son útiles en otro tipo de patologías, y que en un futuro —que no depende de los investigadores— se podría aplicar al cáncer de colon, tras obtener resultados positivos en ratones.
Según ha destacado Batlle, "este artículo proporciona un cambio de concepto", al observar que hasta ahora para saber si un paciente de cáncer de colon haría metástasis se investigaba las células tumorales, y a la luz de este trabajo, que bien podría ser útil para otros cánceres, también se deberá examinar el entorno sano.
"A partir de este trabajo deberemos examinar la tierra más que la semilla. Podemos predecir si una planta crecerá mirando si el terreno, el sustrato está fertilizado", ha indicado para ejemplificar que el TGF-beta sería el fertilizante que favorecería la modificación del suelo donde esta semilla tumoral podrá crecer.
El cáncer de colon representa la segunda causa de muerte por cáncer en todo el mundo, y el tratamiento habitual para combatir la enfermedad combina la cirugía con la quimioterapia. (EUROPA PRESS)