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CIUDAD DE MÉXICO, 14 de junio.- El Penacho de Moctezuma será traído a préstamo desde Viena, Austria, con la condición de que nuestro país haga lo propio, proporcionando al mismo tiempo (también de manera temporal) el carruaje del emperador Maximiliano de Habsburgo.
Lo anterior fue confirmado a Excélsior por el director del área de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México, Juan Carlos Olmedo. “El intercambio del penacho sería a cambio de que México prestara otra pieza: la carroza que utilizó Maximiliano cuando estuvo en el segundo imperio del siglo XIX”.
El carruaje utilizado por el entonces emperador Maximiliano está exhibido en el Museo del Castillo de Chapultepec, y Austria lo exige principalmente, entre otras piezas, como condicionante para prestar a México el Penacho de Moctezuma.
Además, los vieneses le cambiaron el nombre oficial y ya no se llama “Penacho de Moctezuma” sino “El Penacho del México Antiguo”. Enlace a la nota en Excélsior.
Esta carroza era el vehículo que transportaba al austriaco Maximiliano y a su esposa Carlota en el año de 1864, de ahí su importancia e interés de Viena. Y por su parte, el Penacho de Moctezuma es de gran estimación para los mexicanos, por sus raíces prehispánicas.
Y es que se ha percibido cierta desconfianza por parte de los austriacos porque, señala Olmedo, es muy posible que ellos piensen que los mexicanos no querrán devolver la auténtica pieza de Moctezuma Xocoyotzin.
El investigador dijo que ninguno de los dos países tiene la finalidad de incumplir el acuerdo bilateral y lastimar las relaciones, al intentar quedarse con las piezas una vez intercambiadas. “Y entonces el gobierno mexicano prestaría esa pieza (carroza) en condiciones de recuperarla, igual que los austriacos el penacho, en condiciones de recuperarlo”.
Fuentes extraoficiales informaron a Excélsior que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) hizo advertencias a museos e instituciones de cultura para prohibirles tocar el tema de la posible llegada del Penacho de Moctezuma a nuestro país.
El gobierno austriaco solicitó a México que se intercambie, temporalmente, el tocado por la carroza de Maximiliano. Que sepamos, Moctezuma nunca pisó suelo austríaco ni pretendió establecer su imperio junto a las azules aguas del Danubio.
La cancillería también se niega a hablar del tema, revelan fuentes de la SRE, para “no entorpecer las negociaciones con las autoridades austriacas, quienes prestarían temporalmente la pieza original”. Actualmente, el Senado de la República también funge como mediador junto con dicha secretaría de Estado.
“Falta arreglar cosas muy técnicas y administrativas, pero importantes e invaluables del patrimonio del mundo, no de la nación, como son transportes, seguros y estas cosas que tienen que ver con todo el desplazamiento de gente, y Austria lo ha dicho en varias ocasiones, que no es su disposición devolver el penacho de forma definitiva”, comentó.
Olmedo Estrada sugirió que tampoco es necesario que los mexicanos entremos en apasionamientos, pues que el penacho se encuentre en otros museos del mundo, contribuye a la difusión de la propia cultura prehispánica.
En Austria la negociación para prestar el Penacho de Moctezuma también es un asunto secreto. Periódicos de ese país como el Krone o el Kleine Zeitung dieron cuenta el año pasado de la existencia de la misión Geheimoperation Pute (Operación Secreta Pavo), a través de la que se busca una solución diplomática para el caso (Excélsior 2/05/2011).
La consumación del préstamo, sin embargo, es aún lejana. De acuerdo con el embajador de Austria en México, Alfred Längle, el trámite incluye tres etapas. La primera consiste en un protocolo de intercambio cultural, que ya fue firmado por el Senado de la República, pero está en espera de ser aceptado por el congreso del país europeo. La siguiente fase será la creación de un acuerdo marco sobre el intercambio cultural y como tercera fase deberán atenderse los contratos de derecho civil entre instituciones y museos por intercambios concretos.
Austria sin embargo, ha mostrado desconfianza hacia México para prestar sus bienes culturales. Así lo hizo en 2011 cuando negó piezas para la muestra El vuelo de las imágenes. Arte plumario en México y Europa (Excélsior 14/05/2012).