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WASHINGTON D.C., 14 de noviembre.- La computadora utilizada por Paula Broadwell, la mujer cuya aventura amorosa con el director de la CIA, David Petraeus, llevó a su renuncia, contenía importante información secreta que debería haber estado guardada bajo condiciones más seguras, dijeron el miércoles funcionarios policiales y de seguridad nacional.
Los contenidos del material secreto y cómo lo obtuvo Broadwell siguen bajo investigación, dijeron los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato porque no están autorizados a realizar comentarios en público.
Correos entre Allen (en la imagen) y Jill Kelley eran 'como teléfono erótico'.
Pero la cantidad de material secreto hallado en el computador era lo suficientemente importante como para autorizar a que la investigación continúe, dijeron los funcionarios a Reuters.
Hay crecientes preocupaciones entre los funcionarios militares y de las fuerzas de seguridad sobre el desenlace de la investigación derivada de la aventura entre Petraeus y Broadwell, quien firmó como coautora la biografía del general retirado.
El presidente Barack Obama dijo en una conferencia de prensa que hasta el momento no hay indicios de que algún documento secreto haya sido revelado como resultado del escándalo, pero sostuvo que no prejuzgará los resultados de la investigación.
El Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes dijo que Petraeus testificará el viernes a puertas cerradas sobre el ataque contra el consulado estadounidense en la ciudad libia de Bengasi.
a) Paula Broadwell, biógrafa-amante de b y enemiga de c.
b) Petraeus (ex jefe de la CIA).
c) Jill Kelley, acosada por a y amiga de b, d y e.
d) John Allen, comandante en jefe de EE. UU. en Afganistán.
e) El hombre sin camisa (ya se sabe que es Frederick Humphries II), a quien c pidió que investigara las amenazas que le hacían por correo (se las hacía a). (Composición Mother Jones)
Como una oficial en reserva de la inteligencia militar, Broadwell tenía autorizaciones de seguridad que le daban acceso a material secreto, dijeron varios funcionarios. Sin embargo, las normas del Gobierno requieren que el material secreto sea almacenado en ubicaciones o computadores seguros.
Dos funcionarios con conocimiento del caso dijeron que una pregunta que se hacen los investigadores es si Broadwell siguió las normas del Gobierno para manejar información secreta.
En la noche del lunes, investigadores del FBI revisaron la residencia de Broadwell en Charlotte, Carolina del Norte, una medida que según funcionarios se realizó con su consentimiento.
Los intentos por contactar a Broadwell, quien ha permanecido fuera de la vista pública, no han tenido éxito. La mujer fue vista la noche del martes en la casa de su hermano en Washington, D.C.
No está claro dónde o cómo consiguió Broadwell la información secreta. Durante la investigación del FBI que llevó al descubrimiento de la aventura entre Petraeus y Broadwell, ambos individuos negaron que Petraeus le hubiese entregado información secreta y el FBI aceptó sus explicaciones, dijeron fuentes policiales.
Funcionarios policiales también han dicho que creen que la investigación del FBI sobre el caso probablemente terminará sin cargos criminales. Si se determina que Broadwell manejó mal la información secreta, ella podría enfrentar medidas bajo las normas administrativas de seguridad.
Sin embargo, los más recientes acontecimientos podrían aplastar las esperanzas de algunos miembros del Departamento de Justicia y del Congreso de un pronto final del escándalo, que esta semana también involucró al comandante de las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán, general John Allen.
En un comunicado emitido por el jefe del Consejo de Defensa de los Marines, Allen prometió resolver las dudas en torno a sus comunicaciones con Jill Kelley, una persona reconocida de la alta sociedad de Tampa que se encuentra en el centro del caso Petraeus.
Allen, un general del cuerpo de marines, está siendo investigado por haber mantenido supuestos contactos inapropiados Kelley.
El secretario de Defensa (Pentágono), Leon Panetta, aconsejó el miércoles no sacar conclusiones a la ligera sobre las acciones de máximo comandante del país en Afganistán (John Allen), un día después de colocarlo bajo investigación en medio de un escándalo que ya le costó el cargo a David Petraeus como jefe de la CIA.
Funcionarios del Departamento de Defensa dijeron que estaban revisando 30,000 páginas de correos electrónicos y otras comunicaciones entre Allen y Kelley, cuyas quejas sobre mensajes de acoso condujeron al descubrimiento de la relación de Petraeus con su biógrafa.
La revelación amenaza con hacer caer a otro de los grandes nombres militares estadounidenses tras la sorpresiva renuncia de Petraeus la semana pasada y complica los esfuerzos de Obama por poner fin a la guerra en Afganistán y reorganizar su equipo de seguridad nacional tras ser reelegido presidente.
Un funcionario de alto nivel de la Secretaría de Defensa le dijo a Reuters que los correos electrónicos entre Allen y Kelley eran considerados potencialmente inapropiados debido a que eran de naturaleza "insinuante", no porque cubrieran información sensible.
Allen ha negado que ambos mantuvieran una relación sexual.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, aconsejó no sacar conclusiones apresuradas sobre las acciones de Allen, un día después de colocarlo bajo investigación por su relación con el escándalo de Petraeus.
Panetta defendió su decisión de enviar el caso al inspector general del Pentágono y de suspender la nominación de Allen para otro cargo en el comando militar de Estados Unidos, al decir que era una medida prudente "hasta que determinemos los hechos".
Petraeus no ha realizado declaraciones públicas desde que anunció el viernes su renuncia como jefe de la CIA.(Reuters)