915 palabras
CIUDAD DE MÉXICO, 17 de noviembre.- Fernando del Paso se autodefine como un ‘lobo estepario’, un hombre solitario que dedica todo su tiempo a trabajar en casa y a quien no le alcanzan las horas ni los días para escribir todo lo que quiere. “El tiempo es corto y el oficio largo”, reconoce. Por ahora, trabaja en los últimos detalles del segundo volumen de ensayos sobre religión que en un par de meses publicará el Fondo de Cultura Económica (FCE), bajo el título A la sombra de la Historia. Volumen 2.
Y reconoce que los siguientes dos años los dedicará a un tercer volumen de este mismo tema. “Si los vivo con lucidez, lo voy a terminar. Serán ensayos sobre el mismo tema, así que por ahora estoy dedicado mañana, tarde y noche, sábados, domingos y días festivos a estos ensayos”, expresa vía telefónica desde Guadalajara el autor de José Trigo, que este año recibirá un homenaje por su trayectoria literaria en la XXVI Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Cuatro novelas, seis poemarios, incluyendo poesía para niños, tres obras de teatro y un volumen de cuentos, además de múltiples ensayos, integran la producción literaria del autor de José Trigo (1966) y Palinuro de México (1977), títulos con los que obtuvo los premios Xavier Villaurrutia y Rómulo Gallegos.
—¿Hay algún tema pendiente que tenga pensado abordar?, se le pregunta al novelista de 77 años.
—A mi edad hay que pensar de una forma un poco menos optimista; por ahora me conformo con terminar estos volúmenes, cuya ambición es inmensa y de una complejidad enorme, para después tomarme un descanso de unos años, si los vivo, y dibujar. Luego, ya veremos lo que dice la vida.
—La historia ha sido una constante en su narrativa. ¿Le gustaría escribir algún tema particular del México actual?
—Llevo algunos años, aunque ahora lo hago de manera esporádica, escribiendo periodismo.El periodismo me sirvió cuando yo vivía en Londres para complementar mis ingresos porque el periódico El Día y después Proceso eran muy puntuales en enviarme un cheque por mis artículos.
“Si yo escribiera sobre México, sería un ensayo periodístico, no creo que uno deba forzar la narrativa y hacerla novela política, novela social o de denuncia. Esas cosas salen solas, generalmente sin que uno se lo proponga, cuando uno se lo propone… impera cierta artificialidad en la novela”.
Autor de Noticias del Imperio, que este año suma 25 años de su publicación, Fernando del Paso (1935) será homenajeado en la FIL, que este año fue alcanzada por la polémica.
Aunque el autor considera que esto es pasajero. “El caso de Bryce Echenique ha sido un escándalo que ha perjudicado a la feria, pero no creo que sea de manera definitiva. Sólo es un accidente que se puede superar. Es una vergüenza, sí, y la vergüenza de Bryce Echenique la compartimos todos un poco… como escritor mexicano la comparto”.
Y añade: “Todo ha sido una pena, pero no pienso que por un tropiezo así se dañe de manera permanente a una feria tan grande e importante como la FIL de Guadalajara”.
En algún momento comentó que ‘Cada libro es un viaje y en cada viaje encontramos un tesoro’.
--¿Por qué la mayoría del público no gusta de viajar con la literatura?
--Es un gran, gran misterio para mí, porque desde que el libro se volvió popular –con el nacimiento de la imprenta– han pasado varios siglos y sin embargo en la mayoría de las poblaciones del mundo no les interesa leer. Y no hablo sólo de México sino de cualquier otro país. No les interesa leer, no les interesa viajar.
¿Cómo estimularlo?, ¿cómo hacer que lean y les guste?, se pregunta. Es un misterio y una lástima. Hace poco un escritor jalisciense decía que la gente que no lee en papel no va a leer en pantalla tampoco. Los iPod y iPad no necesariamente van a aumentar el número de lectores.
Por último, habla sobre nuestro país y considera que “Hemos hecho un desastre de México, se nos está haciendo pedazos y una gran parte del desastre se la atribuyo a una discriminación racial, económica y social que perdura desde la Colonia”.
“La respuesta no puede ser inmediata, así que necesitamos muchos años de trabajo y conciencia social para atenuar lo más posible las tremendas diferencias económicas que hay en el país, y solucionar el hambre para que no creemos generaciones nuevas de jóvenes ninis y que por lo tanto muchos sean seducidos fácilmente por el crimen organizado”, explica. Al final, puntualiza, en este desastre todos compartimos un poco de culpa. (CRÓNICA)