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Del blog de Yolanda Morales en El Economista
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de noviembre.- Un par de horas antes de que el nuevo secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, diera a conocer los nombres del gabinete legal del presidente de México, Enrique Peña Nieto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que decidió renovarnos la Línea de Crédito Flexible ¡Por dos años!
De acuerdo con el director de estudios económicos de Banorte – IXE, Gabriel Casillas, el plazo y monto de esta Línea de Crédito, es un claro voto de confianza del organismo respecto de la administración entrante.
Porque aún sin tener evidencia clara del manejo de las políticas económicas, el FMI decidió otorgar la renovación de la LCF por dos años, un lapso que duplica el inicial, del año 2009 y las siguientes dos renovaciones.
Entendámonos. La Línea de Crédito Flexible no es un crédito en sí que tiene que anotarse en la columna de pasivos dentro de la hoja de balance del país. El anterior director gerente del FMI, Dominique Strauss Kahn, explicaba que era como si México abriera una cuenta en el banco del Fondo, por cierta cantidad.
Se trata de recursos disponibles para el país por un plazo determinado que se harían efectivos, solo en caso de que México decidiera utilizarlos.
Y desde que se abrió la cuenta por vez primera, en ningún momento ha sido utilizada.
La Línea de Crédito Flexible, que en esta ocasión es por 73,000 millones de dólares ha sido solo accesible a los países que han probado ser, los que menos la necesitan.
Es decir, a diferencia de los años 80, cuando México era cliente frecuente del FMI que tenía que entrar a reparar las crisis de liquidez recurrentes, ahora no tenemos que cumplir con alguna condición para tener acceso a tal cantidad de recursos (¿recuerdan a Grecia y las políticas de austeridad que tienen al pueblo al borde del colapso?)
Desde que nació este producto financiero en el FMI, es decir, la LCF, en al año 2009, solo tres países han tenido acceso: Se trata de México, Colombia y Polonia.
El mecanismo fue diseñado durante la dirección en el Fondo de Strauss Kahn, quien la presentaba como un instrumento que distingue a “los clientes Platino” de la institución. Esto porque solo se otorga a economías que han probado sostenibilidad de políticas macroeconómicas prudentes y sólidas.
Fue México el primero que solicitó esta cobertura el 17 de abril del año 2009 y es el país que alcanzó el mayor monto de apertura, que en esa primera oportunidad fue por 42,000 millones de dólares.
Un año después, el 25 de marzo del 2010, volvió a renovarla por 48,000 millones de dólares. Y en enero del 2011, se renovó por tercera ocasión, por un monto que casi duplicó al inicial. En esa versión, fue por unos 72,980 millones de dólares.
Como se trata de un instrumento financiero, una línea de crédito abierta, las autoridades mexicanas han tenido que pagarle al Fondo una cuota o un “commintment fee” por la renovación, equivalente al 0.27% del monto disponible.
En el momento que México llegue a disponer de la totalidad de los recursos, se convertirá en “el mayor fondo de riesgo de crédito individual que ha otorgado el Fondo en una sola exhibición”, me confirmaron fuentes del FMI.
El dinero disponible para México en el FMI apuntala las reservas internacionales que administra el Banco de México. No se puede utilizar ni la totalidad ni una parte para pagar algún crédito del sector público, ni para distribuirlo entre los pobres del país.
Para darle esa utilidad, el gobierno federal tendría que cambiarle al Banco de México pesos por dólares. Los dólares de las reservas.
Las reservas internacionales se encuentran hoy en 162,236 millones de dólares. De activarse la LCF, este colchón anti choques externos –las reservas- se incrementarían hasta ubicarse en 235, 236 millones de dólares.
Desde que estalló la crisis mundial en 2009, las reservas internacionales han sido parcialmente utilizadas por la Comisión de Cambios –Banxico y SHCP- para apuntalar al tipo de cambio, vía mercado.
Es una buena noticia. Es un blindaje financiero para México y es un voto de confianza para el presidente Peña Nieto y su flamante gabinete económico.
Por cierto, el nuevo director de Pemex, Emilio Lozoya, me concedió una extensa entrevista cuando estaba el presidente en campaña. Y hablamos de Pemex. Pronto recordaremos esta conversación