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KAMCHATKA, 4 de mayo.- Hace dos días, el neurocientífico Ogi Ogas, quien ha hecho el estudio más grande del mundo sobre sexo desde la publicación del Reporte Kinsey, dijo a HuffPost Live que a los hombres heterosexuales observan detenidamente los penes cuando ven porno en red. Y es que Ogi Ogas reeditó su libro A Billion Wicked Thoughts: What the Internet Tells Us About Sexual Relationships, en coautoría con otro neurocientífico, Sai Gaddam.
En "Desire Goes Viral", se informa sobre lo que las búsquedas digitales revelan sobre el deseo sexual. También se habla de unaexhibición en el Museo del sexo, entre otras noticias. Ogi Ogas y Sai Gaddam han revelado que cuando se trata de preferencias sexuales, todos somos un poquito más “pervertidos” de lo que nos gustaría admitir. Bajo la teoría que la gente no le miente a Google (nadie busca cosas que no le llamen la atención), los investigadores analizaron miles de millones de búsquedas relacionadas con el sexo en todo el mundo y lo que resultó fue lo que él llama “una mirada completa y exhaustiva de nuestra identidad sexual”.
A los hombres les da curiosidad qué hacen sus congéneres con su miembro viril.
Algunos descubrimientos de Ogi Ogas y Sai Gaddam:
A muchas mujeres heterosexuales les atraen escenas de encuentros homosexuales entre hombres heterosexuales. Gaddam enfatiza un aspecto nada menor de este hasta ahora oculto deseo femenino. "Lo interesante aquí es la distinción de que no son gays sino hombres heterosexuales copulando". Desde el punto de vista del cerebro sexual de la mujer, lo que le atrae es la exploración del tacto, las personalidades y los matices de dos hombres no homosexuales. Otros hallazgos son rutinarios: los hombres se excitan con imágenes mientras que las mujeres necesitan una historia.
Y aparte de ser atractivo, tener buenos bíceps, no ser un tonto ni parecerlo, además debe decir las palabras correctas y hasta llevarle un ramo de rosas.
Los hombres heterosexuales son libidinosos y prefieren a las mujeres gordas que a las delgadas. Tan lujuriosos, que disfrutan una gran variedad de tipos de erotismo, incluyendo páginas web con mujeres viejas y
Los hombres homosexuales y heterosexuales no son del todo distintos. Tanto los gays como los heterosexuales tienen idénticas preferencias de partes del cuerpo: pecho, nalgas y pies, en ese orden (pero claro, en distintos géneros). La investigación también mostró que los heterosexuales tienen una fascinación con los penes de otros hombres, aunque no está determinado si es una fijación consciente o inconsciente. ¿Será cuestión de competencia?
La fijación de los hombres por los pies es completamente normal. Cuando las mujeres tienen pies pequeños, es señal de una alta producción de estrógeno. Entonces los pies se convierten en una señal de fertilidad y los hombres mirn instintivamente las extremidades del sexo opuesto.
Las mujeres disfrutan de los romances homosexuales. A las mujeres les encanta leer y observar romances entre dos hombres. Pero no es el tema del sexo lo que les llama la atención, sino la emoción entre los personajes. Ogas usa "Brokeback Mountain" como ejemplo: la mayoría de la audiencia de la película fueron mujeres heterosexuales.
Los hombres fantasean con números. Cuando se trata de fantasear acerca del sexo en grupo, los hombres lo hacen mucho más que las mujeres, e incluso se imaginan a más hombres en la acción.
“Los cinco intereses sexuales principales en internet son los y las jóvenes, los homosexuales, las madres sexy, los pechos y las mujeres que engañan a sus maridos”, explican Ogas y Gaddam.
Los hombres buscan orgasmos auténticos. Los autores del estudio descubrieron que los heterosexuales prefieren ver porno amateur en línea, pensando que los orgasmos de la mujeres son genuinos. Por tanto, fingir un orgasmo es decepcionante para un hombre.
Como muestra de las diferencias entre hombres y mujeres, Ogas pone el siguiente ejemplo: “Para un hombre, la forma más común de material para masturbarse es un clip porno de 60 segundos; para una mujer, puede ser una novela de 250 páginas o una historia de 2,000 palabras”.
Los investigadores dicen que este trabajo los llevó muchas veces a sitios web extraños, incluyendo anime japonés -increíblemente popular entre los hombres heterosexuales- y lo que llaman “porno de cornudos o voyeurs”, donde los hombres observan a sus esposas tener sexo con alguien más. Ogi y Gaddam esperan que estos descubrimientos apoyen su tesis, que dice que no existe la desviación sexual.