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México (19 de abril).-
Tan grande es el legado de Javier Solís, que pareciera corto cualquier intento de conmemorarlo este martes, en su 50 aniversario luctuoso.
En apenas 10 años de carrera, Gabriel Siria Levario, nombre real del intérprete, dejó 453 temas, 33 películas, pero también dos hijos y una viuda: Blanca Estela Sainz.
La mujer, de 72 años, procreó a Gabriel y Gabriela con el intérprete de “Renunciación”, y espera que, además de sus hijos, otros allegados lleguen al Panteón Jardín para recordarlo.
“A las 10:00 horas vamos a arrancar con una misa y luego un festival. Me han hablado de Costa Rica, Colombia y Perú, donde también lo van a evocar.
“Al panteón irán Juan Valentín, Herencia Mexicana, donde está mi hijo Gabriel, Juan Mendoza y algunas estudiantinas que llegarán”, explicó Sainz en entrevista.
Además, Sony distribuirá dos cajas recopilatorias que, además de tener las imágenes de las portadas originales, incluirán karaokes. Sainz guarda cientos de cartas y telegramas que recibió del padre de sus hijos, quien la apodaba “Gato”.
También lo lleva marcado en la piel, literalmente, con una cicatriz. Orgulloso de su apariencia física y autonombrado “Apache”, Solís enmarcó su amor con un ritual.
“Nos fuimos a la carretera rumbo al Desierto de los Leones y se paró en el primer mirador. Me cortó en la muñeca, me trozó la vena. El también se cortó e hicimos la ceremonia de la sangre.
“Yo no dejaba de sangrar y su chofer dijo que había que llevarme a la cruz roja. Javier no quería, decía: ‘Van a creer que se quiso suicidar y me van a hacer preguntas’”, recordó entre risas.
Según Sainz, a partir de eso, el cantante ya no tuvo más parejas sentimentales, como acostumbraba antes de conocerla.