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JERUSALÉN, Israel, 6 de abril.- La 'tormenta Günter Grass' no amaina. Los israelíes se han indignado al leer en la prensa hebrea y de forma detallada el poema-manifiesto del escritor alemán titulado 'Lo que hay que decir'( 'Was gesagt werden muss') en el que acusa a Israel "de poner en peligro la paz mundial" y exige que no ataque las instalaciones nucleares iraníes. "Es el supuesto derecho a un ataque preventivo que podría exterminar al pueblo iraní... porque en su jurisdicción se sospecha la fabricación de una bomba atómica", escribió.
Grass considera que existe una campaña de desprestigio contra él: "En seguida se usó el término 'antisemitismo', algo que, por otro lado, era esperable", dijo a una emisora alemana. "Hay una tendencia generalizada a no ocuparse del contenido del poema para lanzar una campaña contra mí y asegurar que mi prestigio quedó dañado para siempre", añadió.
Si este jueves por la mañana varios intelectuales e historiadores han definido al Premio Nobel de Literatura de "ignorante", "patético" o "antisemita", por la tarde ha llegado la polémica a la mesa del primer ministro Benjamin Netanyahu que ha recordado el pasado nazi de Grass, con su paso por las Waffen-SS. Un hecho, según recordó el político, que el autor de 'El tambor de hojalata' "escondió durante seis décadas".
"La vergonzosa comparación moral que hace entre Israel e Irán, un régimen que niega el Holocausto y amenaza con aniquilar a Israel, dice muy poco sobre Israel y mucho sobre el Sr. Grass", afirma Netanyahu en una reacción contra el escritor alemán y Teherán.
"Es Irán, y no Israel, el que amenaza la paz y seguridad del mundo. Es Irán, y no Israel, el que apoya grupos terroristas que disparan misiles contra civiles inocentes. Es Irán, y no Israel, el que apoya el régimen sirio que masacra a su propio pueblo. Es Irán y no Israel, el que apedrea a las mujeres, ahorca a los homosexuales y reprime brutalmente a decenas de millones de sus ciudadanos", expresa en un comunicado.
Netanyahu no pasa por alto la confesión de Grass, de 84 años, tras la publicación de su autobiografía hace cinco años en la que relató su alistamiento, de joven, al cuerpo de élite del régimen nazi. "Durante seis décadas, el Sr. Grass escondió el hecho de pertenecer a las Waffen SS y, por eso, quizá no sea una sorpresa que defina al único Estado judío como amenaza más grande para la paz en el mundo y se oponga a su equipamiento de medios defensivos".
"La vergonzosa equivalencia moral de Günter Grass entre Israel e Irán, un régimen que niega el Holocausto y amenaza con aniquilar a Israel, dice poco acerca de Israel y mucho sobre el señor Grass", dijo en un comunicado la oficina de Netanyahu (en la foto).
Se refiere concretamente a la crítica de Grass en el Süddeutsche Zeitung contra Alemania por vender a Israel el sexto submarino con potencial nuclear. "Va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad es dirigir ojivas aniquiladoras hacia donde no se ha probado la existencia de una sola bomba, aunque se quiera aportar como prueba el temor... digo lo que hay que decir", apuntó Grass, quien reconoce que ha existido un silencio personal y global en su país debido -opina- al genocidio de los seis millones de judíos.
Lejos de arrepentirse, Grass salió a defenderse ayer en diversos medios e incluso leyó en televisión el poema completo. "Si Israel ataca instalaciones atómicas de Irán, supuestamente con las llamadas bombas normales, convencionales, podría desencadenar la Tercera Guerra Mundial", advirtió. La "situación explosiva" en Medio Oriente podría volverse incontrolable si Israel decide un ataque preventivo contra Irán, señaló. Como ya denunciaba en su poema, el autor insistió en que "hasta ahora no se ha probado que Irán posea la bomba atómica o un sistema de misiles de largo alcance" y pidió que tanto Irán como Israel sometan sus programas nucleares a un control internacional.
Grass también arremetió contra el hecho de que justo Alemania, pese a su dramático pasado, sea hoy el tercer mayor exportador de armas del mundo: "Es una vergüenza", zanjó.
"¿Por qué solo ahora lo digo (...) Israel, potencia nuclear, pone en peligro una paz mundial ya de por sí quebradiza? Porque hay que decir lo que mañana podría ser demasiado tarde", añadió el alemán. El escritor considera a Israel como potencia nuclear "fuera de control, ya que es inaccesible a toda inspección".
Según escribe el historiador Tom Seguev en el diario israelí de izquierdas Haaretz, "Grass no es antisemita, sólo patético". Varios analistas recuerdan que la crítica a un posible ataque contra Irán está muy presente en la prensa israelí pero rechazan a Grass como "el más idóneo para dar clases de moral".
En un articulo titulado 'El viejo alemán levanta la cabeza', el superviviente del Holocausto y también premio nobel Elie Wiesel escribe en el diario Yediot Ajaronot: "En Irán gobierna un dictador cruel que repite que su plan es la exterminación de Israel. Entonces, ¿cómo establece que Israel es la que amenaza la paz mundial y no Irán? (...) Simplemente no lo entiendo y no lo puedo comprender. ¿Qué ha pasado? ¿Ha vuelto de repente el viejo alemán y ha levantado la cabeza? Hubiera esperado de Grass, con todo su pasado problemático, que exhibiera un poco más de modestia y cautela".
Las pocas voces de apoyo llegaron del mundo de la cultura. "Estamos a su lado como escritor, aunque no nos pronunciamos sobre su poema", dijo su editor en Israel, Ziv Lewis.
También el presidente de la Academia de las Artes en Berlín, Klaus Staeck, dijo que en un país libre debe ser posible lanzar duras críticas entre amigos, "sin necesidad de despertar la sospecha de antisemitismo".