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La escasez ha existido desde que el mundo es mundo, pero su conceptualización moderna (lo que muchos llaman 'modelo de la escasez') data de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, cuando Thomas Robert Malthus expuso su teoría de que mientras la producción de recursos crece en forma aritmética, la población aumenta en progresión geométrica. Por eso Malthus tenía la certeza de que llegaría el momento en que la humanidad ya no podría alimentarse. Como afirmó: 'El poder de la población es indefinidamente más grande que el poder de la Tierra para garantizar la subsistencia del hombre'.
Desde entonces, muchos pensadores se han hecho eco de esta preocupante cuestión. Para 1960 ya se había llegado a un consenso. En 1966, Martin Luther King Jr. señaló: 'A diferencia de las plagas de los tiempos pasados o las enfermedades contemporáneas que no comprendemos, podemos resolver la plaga moderna de la sobrepoblación mediante métodos y recursos que hemos descubierto'.
Dos años después, Paul R. Ehrlich, biólogo de la Universidad de Stanford, sonó la alarma en su libro La explosión demográfica (The Population Bomb). Pero lo que despertó la atención mundial sobre la profundidad de la crisis fueron las conclusiones de un encuentro efectuado en 1968.
En ese año, el científico escocés Alexander King y el industrial italiano Aurelio Peccei convocaron a pensadores de diversas disciplinas. El Club de Roma, como pronto fue conocido el grupo, se reunió a fin de discutir los problemas del pensamiento a corto plazo para un mundo a largo plazo.
{youtube}OBjFA1XtD9k{/youtube}En 1972, el Club de Roma publicó los resultados del trabajo multidisciplinario en el nforme Los límites al crecimiento (The Limits to Growth), que se convirtió en un 'clásico instantáneo' del que se han vendido doce millones de ejemplares en treinta idiomas y que asusta a casi todos sus lectores. Usando el modelo desarrollado por Jay Forrester, el padre de la dinámica de sistemas, el Club comparó la tasa de crecimiento de la población mundial con las tasas de consumo global. La ciencia que apuntala el modelo es complicada; el mensaje no: se nos acaban los recursos y se nos acaba el tiempo.
Han pasado cuatro décadas del reporte. Mientras algunas de sus más oscuras predicciones no se materializaron, los años no han debilitado la evaluación. Actualmente encontramos pruebas de su veracidad por donde volteemos. Una de cada cuatro especies de mamíferos está en riesgo de extinción, mientras que el 90% de los grandes peces ya se extinguieron. Nuestros acuíferos se van secando y el suelo es demasiado salobre para la agricultura. Disminuyen las reservas de petróleo, de uranio e incluso de fósforo, uno de los principales insumos como fertilizante. En el tiempo en que lees esta frase, un niño muere de hambre. Cuando acabes el párrafo, otro niño morirá de sed (o por beber agua sucia).
Y según los expertos, vamos apenas en la fase de 'calentamiento'.
Ahora hay siete mil millones de habitantes en el planeta. Si la tendencia no revierte, en 2050 seremos casi diez mil millones. Los científicos que estudian la 'capacidad de carga' del planeta fluctúan en sus cálculos. Los optimistas estiman que el planeta es sostenible con dos mil millones de habitantes. Los pesimistas severos tasan la sustentabilidad en trescientos millones. Pero aun aceptando las mejores previsiones (como las que ofreció a los reporteros la Dra. Nina Fedoroff, asesora de ciencia y tecnología del Departamento de Estado de Estados Unidos), sólo puede sacarse una conclusión: 'Necesitamos reducir la tasa de crecimiento de la población mundial; los humanos estamos a punto de exceder los límites de sustentabilidad de la Tierra'.
Más fácil decirlo que hacerlo.
El ejemplo más infame de control poblacional piramidal fue el programa nazi de eugenesia; ha habido otras pesadillas.
En los años 70s, el gobierno de la India esterilizó a miles de hombres y mujeres. A algunos se les pagaba por aceptar la vasectomía o ligadura; a otros se les obligaba o no se les informaba qué les estaban haciendo. Esta medida causó la caída del partido en el poder y es controvertida hasta ahora. China ha aplicado desde hace treinta años la política de 'un hijo por familia' (que supuestamente es un programa general, pero en la práctica sólo se aplica al 36% de la población). Según el gobierno, los resultados son 300 millones de personas menos; según Amnistía Internacional, los resultados son más corrupción, suicidios, abortos, esterilización forzada e infanticidios (esto último se rumora con persistencia, pues hay un sospechoso 51.27% de hombres frente a un 48.73% de mujeres). En conclusión: el control de la población de la cima a la base es aberrante, en la teoría y en la práctica.
Esto parece dejar una sola opción: si no puedes deshacerte de la gente, tienes que estirar los recursos que necesita, y estirarlos dramáticamente. Cómo hacerlo es tema debatible, pero en estos días los principios de One Planet Living (OPL) parecen la única opción viable. Y esta opción me disgustaba, pero no por falta de compromiso para una mayor eficacia. ¿Quién puede oponerse a la eficacia (usa menos, gana más)? Me preocupaba que la eficiencia se presentara como la sola opción disponible, cuando lo que yo hacía con mi vida me indicaba que hay otros senderos que vale la pena recorrer.
La organización no lucrativa que dirijo (la Fundación X PRIZE) se dedica a promover adelantos en beneficio de la humanidad a través del diseño y operación de concursos con incentivos grandes. Un mes antes de viajar a Masdar, presidí nuestra reunión 'visionaria' anual, donde inventores rebeldes como Dean Kamen y Craig Venter; brillantes empresarios de la tecnología como Larry Page y Elon Musk; y los gigantes de las finanzas internacionales Ratan Tata y Anousheh Ansari debatieron sobre cómo impulsar hallazgos radicales en el sector de la energía, en las ciencias de la vida, educación y desarrollo global. Todas estas personas han creado, prácticamente de la nada, industrias que transforman el mundo. La mayoría de ellos lograron esta hazaña resolviendo problemas que se consideraban insolubles. Tomados juntos, estos visionarios integran un grupo que demuestra que la mejor respuesta a la escasez no es cortar rebanadas más delgadas, sino descubrir cómo hacer más pasteles.
De 'Abundance / El futuro es mejor de lo que Usted cree', de Peter H. Diamandis y Steven Kotler