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Lucía Muchova, mencionó que investigadores chinos descubrieron que el aborto no es bueno para las mujeres. Incluso en una cultura que acepta este acto mortal.
Un nuevo estudio chino demuestra que las mujeres que se sometieron a un aborto inducido tienen problemas de salud mental omnipresentes durante un embarazo posterior. También confirma que los efectos adversos del aborto inducido sobre la salud mental son mucho más severos que aquellos derivados de un aborto espontáneo y que persisten por más tiempo.
El último estudio publicado en el Bulletin of Clinical Psychopharmacology por Z. Huang y sus colegas del Anhui Medical College de China descubre que las mujeres que se indujeron un aborto un año o antes del embarazo siguiente tienen un 49 por ciento más de posibilidades de sufrir depresión y 114 por ciento más de padecer ansiedad en el primer trimestre del embarazo en comparación con las mujeres que no tienen antecedentes de aborto.
Las mujeres que se sometieron a un aborto inducido menos de un año antes del embarazo sufrieron un aumento del 97 por ciento en el riesgo de padecer ansiedad en el primer trimestre y tuvieron 64 por ciento más de posibilidades de padecer depresión en el segundo trimestre. Las mujeres que tuvieron un aborto espontáneo un año o más antes del embarazo, no obstante, no enfrentaron un riesgo mayor de padecer ansiedad o depresión.
En el estudio chino se analizó a 6887 mujeres, de las cuales más del 40 por ciento se había sometido a, por lo menos, un aborto inducido. Se examinaron la educación materna, el ingreso, el lugar de residencia y la puntuación del índice de masa corporal (IMC) para identificar el efecto independiente del aborto en los problemas de salud materna durante un embarazo posterior.
En China, el aborto es legal y está disponible para las mujeres como un servicio del gobierno. Los autores argumentan que el aborto desempeña una función imperativa en la consecución de las metas chinas de estabilidad demográfica mediante la política de hijo único.
En las áreas rurales, a veces se permite un segundo hijo después de cinco años, particularmente si el primero es una niña. En las urbanas, las parejas a menudo deciden poner fin al primer embarazo, sabiendo que sólo se les permite un hijo.
La densamente poblada provincia de Anhui, donde se realizó el estudio, es un claro ejemplo. En parte como consecuencia de la propagación del aborto, cuenta con uno de los mayores índices de desequilibrio de género de China: más de 130 varones por cada 100 niñas, según el estudio de una revista médica británica publicado en 2009 sobre Los varones sobrantes de China, el aborto selectivo y la política de hijo único. El índice natural es de 103 a 105 niños por cada 100 niñas.
El nuevo estudio contribuye con la literatura cada vez mayor sobre los efectos del aborto en la salud mental de las mujeres. A pesar de la extendida cultura de aborto de China, este trabajo presenta resultados similares a los realizados en Estados Unidos, Australia, Noruega y Sudáfrica. Muchos de ellos están disponibles en el sitio WECARE: World Expert Consortium for Abortion Research and Education (www.WeCareExperts.org).
El estudio también revela que los problemas de salud mental en el primer período del embarazo, que se desprenden de un aborto inducido podrían tener efectos perjudiciales para el feto. La dra. Priscilla Coleman sostiene: Las principales estructuras corporales se forman durante el primer trimestre y las hormonas del estrés podrían potencialmente dañar al feto en desarrollo.
Y por último, hay repercusiones en la política sanitaria. Los autores del estudio concluyen: El conocimiento de las respuestas emocionales tras la interrupción del embarazo puede hacer posible que el personal sanitario distinga mejor a aquellas mujeres que necesitan ayuda extra y seguimiento, y ofrecer una visión muy reveladora de las necesidades de estas familias en este momento crítico