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El señor Gerardo Solís Alpuche, campechano radicado hace más de veinte años en esta ciudad, se comunicó con nosotros para dar a conocer su inquietud respecto a la deforestación que esta sufriendo nuestra ciudad, por la tala inmoderada de árboles, que la autoridad municipal realiza a tontas y a locas, sin planificación alguna y que ha redundado en un aumento de las temperaturas en nuestra urbe.
El ayuntamiento de Mérida realiza una poda inmoderada de árboles
Mencionó que la poda inmoderada de árboles, es una triste realidad visible en todos los puntos cardinales de nuestra ciudad, toda vez que casi por donde nos volteemos vemos trabajadores municipales macheteando árboles, lo que provocó que el año pasado se elevaran las temperaturas de manera inmoderada.
Comentó que lamentablemente las autoridades municipales no realizan podas estratégicas en las áreas verdes de nuestra ciudad, sino un macheteo irracional.
Por diferentes puntos de nuestra ciudad se realiza una tala de árboles a tontas y a locas
Destacó que los arquitectos españoles que llegaron a estas tierras durante la conquista, advirtieron las elevadas temperaturas y por eso procuraron la siembra de árboles, independientemente de que los mayas preservaban la flora y cuidaban del medio ambiente.
Indicó que las plantas y árboles presentes en parques, avenidas y demás áreas verdes, no son simplemente elementos de ornato urbano, sino que tienen además el propósito de refrescar la temperatura. Por eso agregó, en esta ciudad proliferan ramones y tamarindos, árboles frondosos por definición y que no requieren de mucha agua.
Los árboles no son solo elementos de ornato urbano, sino que refrescan las temperaturas y purifican el aire
Lamentó que a instancias de autoridades de diferente nivel gubernamental cada cierto tiempo se realicen, promuevan y difundan campañas ecológicas, consistentes en la siembra de algunas plantitas y algo de propaganda mediática, pero no se vaya más alla.
Expresó que la gente que ocupe cargos de elección popular debía procurar cuidar la imagen arquitectónica de la ciudad, preservando sus áreas verdes, auténticos pulmones urbanos, que no solamente refrescan, sino purifican el aire de la atmósfera citadina, que de pronto por efecto de la contaminación, puede volverse muy pesado. Por desgracia, reflexionó los gobernantes muchas veces desconocen las verdaderas necesidades de la ciudad.
Finalizó considerando que es menester poner atención a estos asuntos, aparentemente insignificantes, pero que a la postre son muy importantes por nuestras condiciones de vida, pues apenas estamos en abril y las temperaturas están sumamente elevadas y nos esperan peores cosas si no ponemos el debido cuidado.