WASHINGTON D.C., 20 de abril.-La exsecretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice es la candidata preferida entre los republicanos para ocupar la vicepresidencia, de acuerdo con una encuesta hecha pública por la CNN. En un momento en que Mitt Romney ya ha comenzado a buscar a la persona que le acompañará en el tícket electoral republicano, diversos nombres se han barajado como posibles. El 26% de los republicanos encuestados preferiría a Rice, mientras que el 21% se decanta por Rick Santorum, el candidato conservador cuya retirada ha dejado el camino libre para la nominación de Romney. Pero tanto uno como otro son descartados rotundamente por los analistas, por lo que los ojos vuelven a fijarse en el senador Marco Rubio, que siempre ha sido uno de los favoritos y que en la citada encuesta aparece en tercera posición, con un 14%, empatado con el popular gobernador de Nueva Jersey, Christ Christie.

Condoleezza Rice, ex secretaria de Estado, tiene ahora el más alto favoritismo de los votantes republicanos en Estados Unidos para formar el dueto presidencial con Mitt Romney.

«Condoleezza Rice no será la candidata a la vicepresidencia. Está satisfecha con su nueva vida como profesora en la Universidad de Stanford y no va a cambiarla por los afanes de la política», asegura Larry Sabato, uno de los expertos de más prestigio sobre los futuribles de la campaña electoral. Al margen de su propia negativa personal, los analistas consideran que frente a los elementos beneficiosos que Rice aportaría a Romney -es mujer, afroamericana y admirada por su inteligencia-, estaría el aspecto negativo de ser un continuo recordatorio de la guerra de Irak para el electorado.

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Rice se impuso en la encuesta especialmente entre los republicanos que no se consideran próximos al Tea Party, entre los que fue votada en un 36%. Entre los partidarios del ese movimiento conservador, el ganador fue Rubio, con un 22%, cuya juventud y origen familiar cubano pueden incentivar a las bases y al decisivo voto hispano. También el propio Rubio se descarta a sí mismo como posible candidato, aludiendo a que sólo lleva dos años en el Senado. Pero en su caso esas negativas suenan a excusas. De hecho, ayer tuvo un curioso lapsus verbal. Al ser preguntado por la candidatura respondió: «Dentro de tres, cuatro, cinco, seis, siete años, si hago bien el trabajo».