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Heidi Hankins es una niña británica de cuatro años que sabe sumar, restar, leer y escribir sin que nadie le haya enseñado. Lo más curioso es que comenzó a dar muestra de estas habilidades cuando solo tenía dos años. La pequeña es la socia más reciente de Mensa, la asociación que acoge a las personas más inteligentes del mundo, los superdotados.
Estados Unidos y Gran Bretaña son los países que cuentan con más 'mensistas', 50,000 y 20,000 respectivamente. En España la superdotación es casi un tema tabú y los miembros que congrega la organización son solamente 1540. La presidenta de Mensa, Mila Freire, explica que "hay mucha gente que es superdotada pero que prefiere ignorarlo o simplemente vive con ello y no lo reconoce".
Uno de los episodios más llamativos lo relata el papá de Heidi. Un día, frente al ordenador, la pequeña "primero hacía clic en las fotografías que le gustaban, pero luego entendimos que había aprendido a leer el texto y seguir instrucciones".
Freire es profesora de música, licenciada en Filología Hispánica y Ciencias Políticas y habitualmente ofrece cursos sobre. Es superdotada y lo descubrió a sus 40 años tras someterse al test de inteligencia, ya que, según cuenta, "siempre he sacado muy buenas notas pero lo que más llamó la atención de los que me rodean es que era capaz de hacer muchas cosas a la vez y mis ansias de curiosidad eran infinitas". La presidenta de Mensa no cree que la vida le haya cambiado al saberlo, aunque "sí que sirve para conocerte mejor", afirma.
Existen diversos tipos de test para averiguar el cociente intelectual y determinar así el grado de superdotación, aunque muchas veces basta con observar el comportamiento de las personas para saberlo. Según Freire, los problemas de motivación o falta de atención en edades tempranas pueden suponer una señal que haga saltar las alarmas. "Hay que saber diferenciar entre superdotados, precoces y talentosos, muchas veces se confunden los conceptos; el cociente del superdotado ha de ser superior a 148", explica. El promedio de un adulto no suele superar los 100.
La organización Mensa tiene un objetivo muy claro, servir de ayuda a la sociedad. Entre sus socios hay psicólogos, profesores, taxistas... una mezcla de profesiones. Pero todo tienen un objetivo común: compartir su inteligencia. Su presidenta comenta que muchas empresas recurren a ellos para consultar dudas o diseñar estrategias. También explica que desde la agrupación ayudan a las empresas dedicadas a los juegos y test de estrategia, «que no juegos de mesa», aclara.
Como curiosidad, Freire cuenta que solo un 20% de los socios son mujeres. ¿Por qué?. Ella opina que es porque «los hombres tienen más tendencia a competir y por eso recurren más que nosotras a los test de medir la inteligencia, existe esta creencia algo sexista», apunta.
No se desilusione, tome en cuenta que los reactivos están hechos por y para angloparlantes.