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CIUDAD DEL VATICANO, 23 de abril.- El papa Benedicto XVI instó a la comunidad internacional a aumentar la vigilancia, prevenir y contrastar la “aberración” del turismo sexual, en un mensaje enviado al congreso mundial de pastoral turística que se inició hoy en México.
El texto fue dirigido al cardenal Antonio María Veglió, presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes del Vaticano, quien se encuentra en Cancún para encabezar la reunión.
Según Benedicto XVI el turismo no está exento de peligros, de males que deben ser afrontados urgentemente ya que conculcan los derechos y la dignidad de millones de hombres y mujeres, especialmente de los pobres, los menores y los discapacitados.
“El turismo sexual es una de las formas más abyectas de estas desviaciones que devastan, desde el punto de vista moral, psicológico y sanitario, la vida de las personas, de tantas familias y, a veces, de comunidades enteras”, indicó.
Benedicto XVI ha subrayado que el turismo sexual es 'una de las formas más abyectas... que devastan, desde el punto de vista moral, psicológico y sanitario, la vida de las personas, de tantas familias y, a veces, de comunidades enteras'. El pronunciamiento es con motivo del VII Congreso Mundial de Pastoral del Turismo que se celebra en Cancún.
“La trata de seres humanos por motivos sexuales o para trasplantes de órganos, así como la explotación de menores, su abandono en manos de personas sin escrúpulos, el abuso, la tortura, se producen tristemente en muchos contextos turísticos”, agregó.
Este día dio comienzo el VII Congreso Mundial de Pastoral del Turismo que convocó en la prelatura de Cancún-Chetumal a más de 200 agentes católicos entre obispos, sacerdotes, religiosas y fieles laicos que trabajan en el sector de los viajes y el entretenimiento.
La asamblea, que se extenderá hasta el próximo viernes 27 de abril bajo el patrocinio del obispo-prelado de Cancún, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, tiene como objetivo identificar las respuestas de la Iglesia a los desafíos planteados por la industria turística.
En su mensaje el Papa afirmó que el turismo, al igual que toda realidad humana, debe ser iluminado y transformado por la palabra de Dios.
“(Esta actividad), junto con las vacaciones y el tiempo libre, aparece como un espacio privilegiado para la restauración física y espiritual, posibilita el encuentro de quienes pertenecen a culturas diversas, y es ocasión de acercamiento a la naturaleza”, sostuvo.
Apuntó que, por sus propias características, los viajes de ocio favorecen la escucha y la contemplación, la tolerancia y la paz, el diálogo y la armonía en medio de la diversidad.
Pidió a los católicos promover una cultura del turismo ético y responsable, de modo que llegue a ser respetuoso con la dignidad de las personas y de los pueblos, accesible a todos, justo, sostenible y ecológico.
“El disfrute del tiempo libre y las vacaciones periódicas son una oportunidad, así como un derecho. La Iglesia desea seguir ofreciendo su sincera colaboración, desde el ámbito que le es propio, para hacer que este derecho sea una realidad para todos los seres humanos”, precisó.
“La posibilidad que nos brindan los viajes de admirar la belleza de los pueblos, de las culturas y de la naturaleza, nos puede conducir a Dios, favoreciendo la experiencia de fe, pues por la grandeza y hermosura de las criaturas se llega por analogía a contemplar a su creador”, abundó.