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En el fondo de la cuestión existe una pregunta: ¿Cómo le hacemos para que todos los seres humanos encuentren la manera de justificar su derecho a lo que se produce?
La pregunta lleva implícito un supuesto que puede ser falso: que la producción es suficiente para todos. ¿Es suficiente? ¿Que nos muestran los indicadores al respecto el día hoy, abril de 2012? En el planeta hay 7 mil y algo millones de individuos. Si están vivos es porque están comiendo. Nadie vive sin comer. Eso parece indicar que el asunto de la alimentación puede estar resuelto ya a nivel mundial. Lo que no está resuelto es el asunto de la distribución de lo producido.
Ha sido adoptado, a partir del sistema norteamericano, el concepto de que nadie debe recibir nada si no justifica su derecho a recibirlo. Este asunto es muy delicado. Los individuos de la especie son educados para sentir que las cosas deben ser equilibradas, de tal manera que a todos les "toque" según lo que aporten. (Este concepto no necesariamente es "natural" a la especie. Tómese en cuenta.) Si se establece un mecanismo de distribución gratuita de alimentos, más y más personas tenderían —se podría argumentar— a zafarse del proceso productivo y colarse hacia convertirse en sujetos de recepción gratis de alimentos. ¿Es así como suceden las cosas? Las estadísticas del welfare en los Estados Unidos parecen indicar que algo así, sí sucede, por lo menos con un determinado porcentaje de la población, en tanto que otro porcentaje —bastante más pequeño— se siente avergonzado de tener que recurrir al welfare.
Pero hay otra parte de la realidad que parece una total contradicción, vista desde afuera: la producción que requieren —productos básicos— los que no tienen trabajo, ¡ahí continúa siendo inyectada a la economía! La oferta comercial —vender por debajo del precio originalmente planeado— solo puede ser el resultado de que lo producido es mayor que lo demandado, y lo demandado incluye lo que se llevan aquellos que sobreviven con el welfare.
Si la condición económica moderna pudiese ser observada desde un ángulo que visualizara toda la economía, veríamos que los llamados sectores de la producción responden, básicamente, a la necesidad de justificar, primariamente, su derecho a sobrevivir. La situación en el mundo de hoy es muy interesante:
¿Qué haría el resto de la población? 5.65% de los que hoy trabajan, es todo lo que se necesita para tener gente sin nada qué hacer, comiendo bien, vistiéndose bien, viviendo con higiene y comodidad. Todo ello sin un solo tipo de estrés. Estamos hablando de 5.65% de la gente que hoy trabaja en algo. Pero dividamos eso entre todos los que trabajamos para hacer muchas cosas que realmente ¡no son tan necesarias!
Estamos hablando de que cada uno de los que trabajamos en algo, con solo hacerlo 14 días al año en alguno de los sectores básicos, ¡ya habríamos aportado nuestra "cuota"! La vida sería al revés de lo que es hoy: trabajaríamos 14 días al años, y tendríamos el resto —236 días "hábiles", más sábados y domingos— totalmente libres.
Esos 236 días libres serían para que cada quien se dedique, solo o en sociedad con otros, para hacer lo que se le pegue la gana: avanzar en la ciencia, leer, escribir, jugar, hacer deporte, participar en programas para ir a otros planetas. Parece muy loco lo que digo acá, pero es más o menos lo que Fidel Castro proponía cuando comenzó la revolución cubana en 1959: que cada cubano pase algunos días al año trabajando en la zafra. No pegó, claro que no.
Es obvio que nos hemos convertido en una especia altamente irracional, porque solo vemos el pedazo de yerba, en vez de ver el bosque completo. Pensamos que tenemos que hacer las cosas como la evolución socio-económica nos ha colocado hasta el día de hoy.
El modelo implicaría que todo ser humano tendría derecho natural, automático —cortesía de la organización de la especie— a comer, vestirse (si es que no se adopta la desnudez, cosa que sería de buen gusto según quien la adopte), y habitar una vivienda adecuada. Todo lo que tienes que hacer es aportar tu fuerza de trabajo 14 días al año. El resto del tiempo estás libre, sin deber nada. Claro, tampoco vas a tener un vehículo que tienes que pagar cada mes, o tiendas llenas de cosas totalmente inútiles para tu verdadera felicidad existencial. Vas a vivir, sin estrés, en un ambiente de total libertad.
¿Cuál es el problema? ¡La falta de visión integral, total, de la verdadera escena humana! Un modelo de vida como el básico propuesto le haría el daño mínimo al planeta desde todos los aspectos.
Hoy vivimos un proceso constante de endeudamiento con el planeta. Con los intereses que el planeta nos cobrará ¡vamos a quebrar! Es obvio que debemos hacer algo radical. ¿Qué exactamente? No lo sé: pero allí están las proporciones, cosa que hay que ver en una forma muy diferente a como lo estamos viendo hoy. El modelo de hoy, ya está agotado y solo genera estrés y más estrés. ¿Esa es la calidad de vida que queremos? No es cuestión de unos cuantos políticos, es un asunto de toda la especie.