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MOSCÚ, 24 de abril.- Rusia sueña con crear una nueva generación de armas secretas de corte futurista, capaz de modificar el ADN de los enemigos, atacar con ondas electromagnéticas, detener tanques a distancia y manipular las mentes.
La Investigación Científica Central Número 12 del ministerio de Defensa ruso ya está probando nuevas armas de ese tipo, no letales, según trascendidos difundidos en Rusia.
El propio Vladimir Putin escribió sobre el tema durante su campaña presidencial, en lo que parecía una mera promesa electoral. Pero tras su elección para el Kremlin, Moscú parece tener intenciones reales de desarrollar las nuevas armas capaces de desencadenar el fin del mundo.
El primer ministro de Rusia, Vladímir Putin (en la foto), adelantó el martes que propondrá al presidente saliente, Dmitri Medvédev, como jefe de Gobierno y líder del partido oficialista Rusia Unida.
El escenario es digno de una nueva Guerra Fría: sin embargo muchos se muestran escépticos, recordando que leyes internacionales prohíben las armas genéticas y biológicas.
Los críticos, además, dudan de la capacidad científica rusa para fabricar armas en condiciones de desafiar las leyes de la física y creen que la audacia de la propuesta se limita a un mero montaje militar.
El vicepremier Dmitri Rogozin, que supervisa el complejo industrial-militar, anunció en los últimos días una ley para crear una agencia que promueva tecnologías innovadoras en el sector.
"Una versión rusa de Darpa", observó, refiriéndose a la agencia estadounidense para los proyectos de investigación avanzada en materia de defensa.
"La idea es crear una suerte de 'cazador' de la investigación, que buscará en los centros universitarios para identificar las propuestas más prometedoras, revolucionarias e innovadoras con potencial de aplicación en defensa", explicó.
En otras palabras, una suerte de Dr. Strangelove, protagonista de la película satírica de Stanley Kubrick en los años 60, pero en versión rusa.
El anuncio sigue al compromiso manifestado hace un mes por el ministro de Defensa ruso, Anatoli Serdiukov, de preparar antes de fin de año un plan para la creación de armas "basadas en nuevos principios físicos".
De este modo se incluyen armas "genéticas, psicofísicas, geofísicas, a ondas y rayos", como las que mencionó Putin en su artículo electoral el 20 de febrero, definiéndolas cínicamente como "igualmente letales" que las nucleares pero "más aceptables en el plano político y militar".
En rápida sucesión, estas declaraciones indujeron a los expertos militares a debatir el significado de las armas genéticas o psicofísicas, así como la factibilidad y legalidad de tales proyectos.
La Revista Militar Independiente, un suplemento semanal del diario Nezavisimaia Gazeta, recordó en los últimos días que las armas genéticas están prohibidas por la ley internacional. Su uso "equivaldría a un genocidio", sostuvo el experto militar Aleksandr Khramcikhin. Fue inmediata la respuesta del diario gubernamental Rossiskaia Gazeta: según su experto militar Serghiei Ptickin, un ex ingeniero de la industria militar soviética, Moscú en la época de la Guerra Fría superó a Estados Unidos en el desarrollo de armas basadas en nuevos principios físicos. (ANSA)