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PARÍS, 23 de abril.- Francois Hollande, un socialista de modales suaves que quiere brindarles mejor atención a los desempleados y a los pobres en Francia, competirá en una segunda ronda electoral contra el presidente conservador Nicolas Sarkozy, en una votación que podría alterar el panorama político y económico de Europa.
Hollande llegará a la vuelta del 6 de mayo con la sartén por el mango, después de obtener el domingo en la primera ronda una ventaja estrecha sobre Sarkozy, quien durante su campaña defendió las políticas de mano dura contra la inmigración.
Sarkozy obtuvo el segundo lugar en la votación presidencial del domingo, al captar 27.18% de los votos, contra 28.63% del candidato socialista François Hollande, lo que obliga a una segunda vuelta que tendrá lugar el 6 de mayo.
En la mayor sorpresa de la campaña, casi uno de cada cinco electores votaron por la candidata de ultraderecha Marine Le Pen, dándole un sólido tercer puesto y la oportunidad de modificar la política francesa con su temario en contra de los inmigrantes, dirigido a los millones de musulmanes que viven en Francia.
Con 93% de los votos escrutados, Hollande tenía un 28,63% de los sufragios, seguido por Sarkozy, con 27,08%, según las cifras publicadas por el ministerio del Interior. Le Pen recibió 18,3% de los votos, el mejor resultado que haya tenido jamás el partido Frente Nacional, fundado por su padre, Jean-Marie Le Pen. En cuarto lugar quedó el izquierdista Jean-Luc Melenchon, con 11%, seguido por el centrista Francois Bayrou, con 9,1%, y otros cinco candidatos con un porcentaje mínimo.
Los datos oficiales confirman la tendencia anunciada por diferentes sondeos, publicados al cierre de los colegios electorales.
La participación de votantes fue sorprendentemente alta también, de más de 80%, a pesar de la preocupación de que la campaña, centrada en la nostalgia de un pasado con más protección social no sería capaz de inspirar a los votantes.
Hollande, el socialista a la Presidencia de Francia, no ha dado ni mucho menos por perdido al electorado de la extrema derecha, y este martes ha asegurado que una parte del apoyo de Le Pen viene "de la izquierda" y que parte de sus votantes reflejan la "cólera social".
Hollande, de 57 años y quien ha preocupado a los mercados financieros con sus promesas de impulsar el gasto del gobierno, se comprometió el domingo por la noche a reducir las enormes deudas de Francia, impulsar el crecimiento y unir a los franceses después de la división que trajo el primer mandato de Sarkozy.
“Esta noche voy a ser el candidato de todas las fuerzas que quieran darle la vuelta a la página”, afirmó Hollande a una multitud extasiada en su feudo político de Tulle, en el centro de Francia.
En su sede de campaña en París, Sarkozy dijo que reconoció la preocupación de los votantes por el empleo y la inmigración, así como “la preocupación de nuestros compatriotas por preservar su forma de vida”.
El secretario general del Psoe, Alfredo Pérez Rubalcaba, y líder de la oposición española, expresó anoche su satisfacción por los resultados obtenidos por el candidato socialista a la presidencia de Francia, Francois Hollande, al que felicitó y calificó de “la esperanza posible”. Rubalcaba señaló que “está claro que los franceses han dado la espalda a los mensajes neoconservadores de Nicolas Sarkozy que han buscado movilizar al electorado de derechas”.
Los centros electorales cerraron a las 8:00 de la noche, hora de París. Aún faltaba el conteo de los radicados en el extranjero.