463 palabras
Es abril de 2012, en algún lugar del Distrito Federal. El reportero se ha acercado al gran empresario. Este acepta una entrevista de banqueta.
—Señor empresario, su opinión es importante. ¿Cómo le ha ido en sus negocios durante los últimos 11 años?
—¿Te refieres a los sexenios panistas?
—Bueno, sí, los últimos 11 años corresponden a eso.
—Pues la verdad, sí, me ha ido bien.
—Entonces usted no tiene queja alguna...
—No, no, no. Eso es otra cosa. ¿Quieres que te diga por qué me ha ido bien?
—Pues claro, señor empresario, eso sería muy interesante.
—Pues tú me lo pediste; ahí te va. Me ha ido bien porque yo soy bueno. Es decir, tuve que competir y salí adelante en la competencia. Fui mejor que los otros que entraron a los concursos y me los gané casi todos. Me ha ido bien porque soy bueno, no porque este gobierno sea bueno.
—A ver, señor empresario, a usted le fue bien porque usted es bueno; entonces, su voto, señor empresario, ¿será para los que gobiernan como esos que permiten que los buenos sean los que ganen?
—No, no, no. Esta vida con esta gente es causante de mucho estrés. Yo voy a votar por los del partido en que sí se puede transar. Sí, pude ganar los concursos. Pero esto cansa. Tienes que ser muy competitivo.
—Señor empresario, ¿no es eso lo lógico, lo justo, lo democrático, que gane el mejor en la competencia?
—Puede ser, pero es causa de estrés. Yo prefiero a los que ofrecen transar. Con ellos no hay estrés. Te vas a lo seguro.
—Señor empresario, pero eso que me está diciendo, ¡es ilógico! La transa también podría traducirse en que ganen los no competitivos, y así perdemos todos.
—Ni modo; hay que ser competitivos por lo menos para transar bien. Yo ya no quiero más estrés; quiero las cosas suaves.
—Pero, señor empresario, ¿no siente usted un poco de temor a que transen más eficientemente los que no son mejores que usted en el servicio, pero sí en el arte de transar?
—Entonces descansaré... O, mira, ya que insistes, chance y piense mi voto un poco más. Lo voy a tener que razonar, como andan diciendo. ¡Buenas noches!