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En la base de la pirámide, crear abundancia global significa satisfacer las necesidades fisiológicas: proveer de suficiente agua, comida y alojamiento. De tres a cinco litros de agua potable y dos mil o poco más calorías de alimentos balanceados al día llenan los requerimientos de una persona para mantener una salud óptima. Asegurar que todos reciban complementos de vitaminas y minerales, ya sea en los mismos alimentos o como suplementos, también es de importancia crítica. Por ejemplo, con proporcionar la cantidad necesaria de vitamina A, se elimina la principal causa de ceguera prevenible en los niños.
Además se necesitan 25 litros de agua para bañarse, cocinar y lavar, y considerando que 837 millones de personas viven en villas miseria (la ONU prevé que serán dos mil millones en 2050), es imperativo asegurar albergue duradero que proteja de los elementos y provea luz adecuada para leer, ventilación e instalaciones sanitarias.
Por supuesto, lo anterior no parece mucho en el mundo desarrollado, pero es un cambio radical de panorama para el resto del mundo, y no sólo por las razones obvias. Las razones no obvias empiezan con la 'Tierra plana' de Thomas Friedman. En este pequeño planeta, nuestros mayores desafíos no están aislados, sino son como fichas de dominó. Si al vencer un desafío derribamos una pieza, muchas otras caerán. Lograremos una reacción positiva en cadena. Aun mejor, las reverberaciones de esta cascada cruzarán fronteras, lo cual significa que al satisfacer las necesidades básicas en los países en desarrollo también mejora la calidad de vida en las naciones desarrolladas.
Éste es un tema tan importante que, antes de regresar a la pirámide de la abundancia, vale la pena profundizar en la importancia de proveer agua limpia a cada habitante del planeta.
En la actualidad, mil millones de personas carecen de acceso al agua potable y 2.6 miles de millones no tienen instalaciones sanitarias en sus casas. Como resultado, la mitad de las hospitalizaciones en todo el mundo se deben a tomar agua contaminada con parásitos, químicos o residuos radiactivos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un solo tipo de agente infeccioso -las bacterias que causan diarrea- causa el 4.1% de las enfermedades en el mundo, matando a 1.8 millones de niños al año. Hoy mismo hay más personas con celular que con inodoros. De hecho, los antiguos romanos tenían agua de mejor calidad que la mitad de la humanidad actual.
Entonces, ¿qué sucede si resolvemos este problema? Según cálculos de Peter Gleick, del Pacific Institute, unos 135 millones de personas morirán antes de 2020 por falta de agua potable y cuartos de baño. Entonces, lo fundamental es que el acceso al agua limpia salvaría esas vidas (ver aquí en A7 la noticia 'Descubren enorme reserva de agua en África'). Pero también que el África subsahariana deje de perder el 5% del Producto Interno Bruto en tratamiento de enfermedades y baja en la productividad. Además, porque la deshidratación también disminuye la capacidad de absorber nutrientes y con el agua se acaba ese problema. Y como un plus, se eliminarían varias enfermedades y preocupaciones ecológicas (menos árboles cortados para hervir agua, disminución del uso de combustibles fósiles para purificar el agua). Y esto sólo es el comienzo.
Una crítica a la idea de dotar de agua potable a todos los habitantes es que disminuirían las muertes y el planeta tendría mayor sobrepoblación.
Por un tiempo, esto sería cierto. Si los 884 millones de personas sin acceso a agua potable lo tuvieran, vivirían mucho más. Pero hay razones que apoyan que ese incremento en la población mundial no sería duradero.
El Homo sapiens ha vivido en el planeta unos 150,000 años y no fue sino hasta 1900 que un país en el mundo tuvo una tasa de mortalidad infantil inferior al 10%. Al morir tantos niños, los padres tenían el mayor número posible, para garantizar que alguien los mantuviera en la vejez. Pero, como explica Bill Gates, 'lo mejor para reducir el crecimiento de la población es mejorar la salud... hay una correlación perfecta: al mejorar la salud, en la siguiente generación disminuye el crecimiento de la población'.
Gates sabe de lo que habla, porque ha revisado los datos reunidos en los últimos 40 años. Un ejemplo: Marruecos, que es un país pobre. La mitad de la población tiene menos de 25 años y un tercio, menos de 15. Tener alrededor a tantos niños vivos es una novedad. En 1971, cuando la tasa de mortalidad infantil era alta y la esperanza de vida era baja, las marroquíes tenían en promedio 7.8 hijos. Pero al mejorar la calidad del agua, los servicios de sald y los derechos de las mujeres, las madres tienen ahora 2.7 hijos y la tasa de crecimiento de la población bajó a 1.6% - y todo porque la gente vive más, vive mejor y tiene mayor libertad.
John Oldfield, director de la iniciativa WASH, organización dedicada a resolver los problemas globales del vital líquido, subraya: 'El mejor método de control natal es incrementar la supervivencia de los niños, educar a las niñas y poner a disposición los métodos anticonceptivos. Pero lo más importante es aumentar la supervivencia infantil. En comunidades donde 1/3 de los bebés mueren, las familias tienen más hijos... como reemplazos, seguros, lotería... y la población es pobre. Aunque parezca contradictorio, los mejores programas de planificación familiar son erradicar las enfermedades como la viruela por medio de vacunas, desterrar las diarreas y la malaria. Las enfermedades, sobre todo las enfermedades de los pobres, matan a los niños y provocan un incremento de nacimientos. A menor tasa de mortalidad infantil, menor fertilidad. Así de sencillo'.
Al resolver los problemas con el agua, también contribuimos a acabar con el hambre, la pobreza y las enfermedades; disminuimos el crecimiento de la población y preservamos la biosfera. Los niños ya no tendrán que abandonar la escuela para leñar y hervir agua, así que el nivel de escolaridad empezará a elevarse. Proveer de agua potable mejorará la calidad de vida de las familias y sus ingresos, pues mamá ya no tendrá que trabajar para conseguir llevar agua a la casa, sino buscar un trabajo remunerado económicamente. Pero la mejor noticia es que el agua es un ejemplo de la interdependencia de los fenómenos. La solución a todos nuestros grandes desafíos es como fichas de dominó: derribas unja y produces una reacción en cadena. Y por eso es que la abundancia está más cerca de lo que muchos creen.
De 'Abundance / El futuro es mejor de lo que Usted cree', de Peter H. Diamandis y Steven Kotler.