2009 palabras
Artículo de Carmen Álvarez publicado en Excelsior / Caricaturas de El Jueves y ARDEmagazine
CIUDAD DE MÉXICO, 29 de abril.- Durante los Juegos Olímpicos de 1992, el rey Juan Carlos de España era un monarca deportista y afable que invitaba a comer a su mesa a gente totalmente ajena a la nobleza como al mexicano Humberto Sevilla, un erudito del deporte. Este rey dicharachero y seductor ha perdido la vitalidad de hace dos décadas y enfrenta los embates políticos de un reino en crisis.
En esta atmósfera enrarecida de pronto saltaron al aire sus amoríos secretos con la alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de 47 años, un año más joven que la infanta Elena, su hija mayor. La señora es directora de la división deportiva de la armería Boss & CO Gunmakers de Londres, que organizó el controvertido safari de abril para cazar elefantes en Botsuana.
“Es un verdadero escándalo en España, pues el rey convive con esta amiga que tiene desde hace cuatro años en el Palacio de la Zarzuela, la residencia oficial de los reyes. La reina, que tiene 73 años, debe soportarlo, y ¡claro! esta mujer es un verdadero bombón”, dijo desde Madrid, Miguel Bernad, secretario del colectivo de funcionarios públicos “Manos Limpias”.
Además de las indiscreciones, el safari de Botsuana causó al rey una fractura triple en la cadera, del lado derecho, así como la indignación de 5.2 millones de desempleados que no cuentan con el apoyo del gobierno español, que antes que nada debe recaudar 29 mil millones de dólares para pagar los intereses de su deuda.
Sobre la cacería como entrenamiento de los antiguos reyes para la guerra, el madrileño Mariano José de Larra escribió: “Carlos IV ha sido el último de nuestros príncipes cazadores; y los nobles… han dejado morir una diversión en la cual ya no tenían a quien remedar”. Tradición cuya práctica le acaba de costar al rey Juan Carlos una operación de urgencia en la cadera el 14 de abril para colocarle una prótesis, una recaída el 26 de abril para tratarle una luxación y, además la indignación de los organismos defensores de animales empezando por el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Por si fuera poco, la pelvis, que le ha sido un problema permanente desde enero de 1983 cuando sufrió una fisura mientras esquiaba en Suiza, tuvo que ser intervenida en julio de 1985 para extirparle una fibrosis derivada de aquel accidente, en el país donde estudió siendo adolescente, bajo el rigor del maestro Eugenio Vegas Latapié, cuando ni siquiera tenía garantizado el ascenso al trono.
Intervenciones quirúrgicas que han marcado las distintas etapas de su vida y que hoy se vuelven más frecuentes: una operación de mayo de 2010, para extirparle un tumor benigno de pulmón; el implante de una rodilla derecha artificial, en septiembre de 2011, más la reparación de un desgarre en el tendón de Aquiles.
Con la salud deteriorada por no renunciar al deporte, ni a la buena vida ni a las mujeres “como buen Borbón que es”, dice Juan Antonio Granados en su Breve historia de los Borbones Españoles, el rey padece la transición hacia un nuevo reinado que tarde o temprano lo sucederá.
La otra biografía, la política, comenzó cuando Juan Carlos de Borbón encarnó la restauración de la monarquía española en noviembre de 1975, con la anuencia de las potencias y el apoyo obligado de Francisco Franco, sólo para dar vuelta a la dictadura “como se le da vuelta a un calcetín y comenzar con la transición democrática”, escribió Granados.
Para los asistentes a la XVII Cumbre Iberoamericana de 2007 en Santiago de Chile, la popularidad del rey Juan Carlos creció notablemente cuando contestó al presidente de Venezuela, Hugo Chávez: “¿Por qué no te callas?”, durante el encontronazo en que el venezolano llamó varias veces “fascista” al ex presidente español José María Aznar.
Corinna zu Sayn-Wittgenstein. ¿Parienta del filósofo?
Pero a cinco años de distancia, el reinado de Juan Carlos enfrenta escándalos que le estallan por todas partes, mientras los medios de comunicación parecen haber roto el pacto de hablar de la monarquía únicamente para bien.
En enero pasado, el secreto de su vida íntima saltó por los aires en el libro La Soledad de la Reina, de Pilar Eyre, que reveló que el monarca le ha sido infiel a la reina Sofía desde 1976 y que, a partir de esa fecha, ella prefirió cuidar el mito de la pareja real en espera del ascenso de su hijo Felipe al trono, como Felipe VI. En las últimas semanas, la prensa ha debatido sobre el impacto político de la atracción del rey por la ex esposa del príncipe Casimir de Sayn-Wittgenstein-Sayn.
Entre los amoríos del rey figuran María Gabriela de Saboya, hija de los últimos reyes de Italia, la condesa Olighina Nicolis de Robilant, la fallecida actriz Sara Montiel y, últimamente, Corinna Sayn-Wittgenstein. Pero alcanzó tesituras mayores el 24 de abril, cuando trascendió que Corinna se convirtió de facto en “la segunda reina” al acompañar al rey a una misión oficial en Arabia Saudita. Un asunto que ha debatido en las últimas semanas la prensa europea.
“La princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittengstein acompañó a Don Juan Carlos en un viaje oficial a Arabia Saudita, en el mismo avión militar en el que volaron Doña Sofía, dos ministros del gobierno y representantes de 11 empresas españolas. La amiga del monarca se desplazó en calidad de “consejera estratégica del jefe de Estado”, reveló El Confidencial.es.
Las críticas no tardaron. ¿Juan Carlos pierde la cabeza o la corona? (Juan Carlos perde la´testa (e la corona?), publicó en Italia Dagospia.com. Y en Alemania, el tabloide Bild hace preguntas similares en su artículo El rey Juan Carlos ¿ama a esta princesa alemana? (Köning Juan Carlos. Liebt er diesde deutsche Prinzessin?).
Ahora la interrogante es si el rey Juan Carlos, el primer hijo varón de Don Juan, conde de Barcelona (1913-1993), echará mano del pragmatismo que ha permitido a los borbones gobernar por más de tres siglos.
Granados dice que los borbones, originalmente bourbons en francés debido a que descienden de una rama secundaria de los Capetos, se las han arreglado para sobrevivir a situaciones difíciles como la de una Francia convulsa en 1559 por las guerras de religión, cuando Enrique IV de Navarra hizo gala del pragmatismo típico de esta dinastía. “París bien vale una misa”, dijo Enrique IV para renunciar a su religión protestante (de hugonote) y afianzar su corona de rey católico.
A los 36 años del reinado de Juan Carlos, el colectivo “Manos Limpias” está solicitando la acción penal contra el yerno del rey, Iñaki Urdangarin, por desviar dinero público a través de una red de empresas encabezada por el Instituto Nóos, entidad que en teoría era sin fines de lucro.
“Manos Limpias” también pidió la comparecencia ante la justicia de la infanta Cristina, segunda hija del rey Juan Carlos y esposa de Urdangarin, por presunta complicidad con su marido, pero le fue denegada.
El escándalo acaba de salpicar también al rey Juan Carlos, el 16 de abril, cuando el diario El País publicó: El ex socio de Urdangarin implica al Rey en negocios a favor de su yerno. Diego Torres remite tres correos al juzgado con los documentos. Lo cual en momentos de honda crisis económica aviva el debate sobre un nuevo derrotero para España, mediante un referéndum para decidir cambios constitucionales a favor de una República o de una Monarquía.
“Si a título personal me preguntan qué prefiero, yo digo una monarquía... desgraciadamente en estos momentos la monarquía está tocada de ala y, a esta altura de las circunstancias, nuestro rey tiene una salud bastante mala, pero ¡claro! no quiere abdicar ni ceder a favor de su hijo, aunque en teoría por su edad y formación, podría perfectamente asumir la jefatura del Estado como rey”, dijo Bernad.
Lo que Granados descarta por ahora diciendo que, si no es por una incapacidad grave... a todos los reyes, pero sobre todo a los borbones, les gusta morir en la cama como reyes.
“El referéndum creo que se puede plantear en un par de años, no antes. Y luego, está la cuestión de la viabilidad del príncipe. Yo creo que sería bien acogido en principio, sólo que ahora se piensa en que la institución monárquica y España deben ir por otros derroteros, esa es la gran disyuntiva”, dijo Bernad sin negar la conducta impecable de Felipe de Borbón y de su esposa Letizia.
Granados se pregunta si el pueblo que se hizo “juancarlista”, sobre todo después del 23 de febrero de 1981 cuando el rey desactivó el golpe de Estado protagonizado por el teniente coronel Antonio Tejero, también podrá hacerse “felipista”.
Mientras eso sucede, la monarquía borbona sobrevive en una España donde ni la infanta Elena pudo escapar en 2009 al escándalo alegando el “consumo ocasional de cocaína” de su marido Jaime de Marichalar y Sáenz, para exigir la custodia de sus hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, y la nulidad canónica a su matrimonio.
Por ahora, Bernad no descarta posibles filtraciones sobre el golpe de Tejero; mientras, el estudio barcelonés Unercoders convierte el safari del rey en el nuevo videojuego “Juancar vs Elephants: Mission Bostwana”, donde pide a sus clientes con aplicaciones en iPhones e iPads: “Toma el rifle real y prepárate a enfrentar las hordas de despiadados elefantes, de enfurecidos reporteros y de ladrones que harán cualquier cosa para arrebatarte el trono. ¡Conviértete en el Rey de la Cacería en el Safari más loco de Botsuana!”.