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SIDNEY, 27 de abril.- La justicia australiana ha condenado a la cadena de restaurantes de comida rápida Kentucky Fried Chicken a pagar 8 millones de dólares australianos, unos 6.3 millones de euros, a una adolescente que de niña sufrió graves lesiones tras comer una hamburguesa de pollo en mal estado en un restaurante de la compañía en Sidney.
La Corte Suprema del Estado de Nueva Gales del Sur ha encontrado culpable a la compañía estadounidense. Monika Samaan tenía siete años cuando resultó intoxicada con la hamburguesa, tras lo que sufrió encefalopatía y salmonelosis, lo que le causó secuelas cognitivas, motoras y en el lenguaje.
El juez condenó a la franquicia a pagar 8 millones de dólares australianos.
Ahora, el juez Stephen Rothman ha considerado que la hamburguesa estaba contaminada por la «negligencia» de uno o varios empleados de KFC. La compañía ha anunciado que recurrirá el fallo, aunque todavía no ha iniciado el procedimiento.