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La alarma suena y suena y suena y suena más. Siempre sucede durante los días “no laborable”, como hoy, primero de mayo. En la calle 1-H, entre la 14A y la 16, se les ocurrió convertir un edficio diseñado para ser vivienda de alguna familia, en el aposento de un “negocio”. Algo deben guardar en ese “negocio” que es de especial valor, porque han hecho lo que antes jamás nadie había hecho: colocar una alrma.
La alarma se lanza varias veces al día, con o sin sol, o sea, cuando los vecinos de la zona pretenden dormir, la alarma vuelve a soltarse. ¿Por qué? ¿Hay una legión de ladrones tratando de entrar al edificio? ¡No, nada de eso! Probablemente se trate de felinos domésticos, de esos que andan por las azoteas en su época de enamoramiento —que es, para estos animalillos, todo el año— y por culpa de los cuales —en combinación con la pésima decisión de colocar una alarma en plena zona residencial— algunos humanos de la zona debemos sufrir la molestia del ruido infernal, pretendiendo anunciar un robo que no existe.
¿Alarma? La mayoría de estas no funcionan correctamente. Las empresas que hacen el servicio de colocarlas son manejadas por personas que no tienen ni idea de lo que están haciendo. (De lo contrario, esta alarma no se lanzaría a lo idiota tantas veces, sin razón de ser.) Además, les vale pura madre que los vecinos, humanos con derecho a no ser disturbados por ruidos estruendosos, molestos, insistentes, sean totalmente agredidos por sus ruidos tecnológicos pésimamente controlados.
Esta es la parte de atrás de la casa en la que la alarma se tira a lo tonto cada N horas. Entonces empieza el escándalo. En esta ocasión llegaron personas con sus “raditos” a resolver el “problema”. Obvio, no hay ningún intento de entrada, nada. De hecho estamos seguros de que cuando se dé un acto de violencia, ¡nadie lo sabrá! Los que lo harán estarán de acuerdo con los que manejan la alarma para que esta no suene. Como puede verse, se trata calaramente de un edificio destinado a ser vivienda, no un negocio. ¿Cómo se puede realmente regular esto?
Esto sucede en combinación con las fuerzas del orden pagadas con las contribuciones de toda la gente. ¿Por qué tiene permiso de operar una empresa que coloca alarmas que no sirven? ¿Por qué tienen permiso de colocar la alarma de tal manera que pueda convertirse en un disturbio falso para los vecinos humanos que sí residen allí todo el tiempo?
Es obvio que un negocio que se coloca invadiendo una zona de residencia humana constante, debe atenerse a las consecuencias de lo que podrá y de lo que no podrá hacer. En este caso, es obvio que si quiere un sistema de alarma, este deberá limitarse a llamar a las oficinas centrales de las fuerzas públicas, sin hacer ruido alguno. O en todo caso, haciendo un ruido discreto cada 10 segundos, o algo en ese sentido.
Como siempre, algo está mal porque alguien “no hizo bien su trabajo”. Si le damos una simple vuelta a las cosas que se convierten en molestia para los humanos en México, vamos a encontrar, al final del hilo, algo que se permite como resultado de un acto de corrupción, de un acto de ineficiencia o de un acto de negligencia. En cualquier caso, como todo eso se da en un ambiente de total “impunidad”, ¡a nadie le vale un carajo cualquier consecuencia! Como en este caso, la molestia ¿joda? a residentes tratando de sobrellevar la experiencia de vivir lo mejor que las circunstancias les permiten.