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Mérida, Yucatán, 16 de agosto de 2012.- Cuando no se incluye la cantidad de fibra necesaria en la dieta diaria nos exponemos a sufrir estreñimiento y, cuando éste se vuelve un problema, se recurre a laxantes sin antes haber consultado con el médico, llegando a correr el riesgo de sufrir mayores complicaciones, informaron los especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán.
Los laxantes son medicamentos que producen un aumento del ritmo intestinal y con ello una mayor frecuencia de las evacuaciones. El problema es que muchos causan dependencia y cuando se utilizan constantemente, a largo plazo dejan de producir el efecto deseado, haciendo que el intestino "se vuelva flojo".
Es por esto que los laxantes tienen varios inconvenientes, pues también llegan a provocar diarrea o movimientos intestinales bruscos que resultan muy molestos y dolorosos. Además de que el abuso de los mismos produce estreñimiento.
Los especialistas del IMSS señalaron que el estreñimiento, al igual que la diarrea, no es una enfermedad en sí misma, sino el síntoma de otros trastornos y los habitantes de las grandes ciudades son más propensos a padecerlo debido a que el ritmo de vida y la ansiedad que ésta conlleva les impiden evacuar de manera regular, por lo que tienden a perder los reflejos intestinales naturales.
El empleo habitual de cualquier laxante puede conducir a un estreñimiento crónico, ya que éstos llegan a dañar de forma irreversible las terminaciones nerviosas del intestino grueso, alterando el funcionamiento del colon. El intestino se acostumbra a los efectos de este tipo de laxantes y en ausencia de los mismos se vuelve perezoso, ya que necesita fuertes movimientos intestinales para provocar una evacuación y es muy difícil volver a conseguir una evacuación fisiológica.
Su consumo prolongado puede producir desequilibrios electrolíticos, con una pérdida especialmente elevada de potasio y graves consecuencias para la salud, en particular para quienes sufren del corazón.
Por otra parte, los especialistas del Instituto mencionaron que el empleo de laxantes para perder o controlar el peso no tiene ningún fundamento, y en cambio sí resulta sumamente peligroso.
El propósito real de tomar un laxante es estimular al intestino grueso para que evacúe, lo cual sólo ocurre luego de que los alimentos y sus calorías energéticas han sido absorbidos a través del intestino delgado. Una persona que toma laxantes para controlar su peso lo único que le causa a su cuerpo es que pierda fluidos, pero ello puede ocasionar periodos de retención de líquidos y aparente hinchazón.
Los especialistas recomiendan siempre ayudarse a combatir el estreñimiento de manera natural y segura con una dieta adecuada. Esto puede ser con ayuda de alimentos como son los cereales integrales, verduras y legumbres, frutas frescas, frutos secos, además de beber abundante agua a lo largo del día.
Se deben de evitar las harinas refinadas, pastas, leche y sus derivados, arroz y chocolate. Se recomienda tomar medidas como son masticar bien los alimentos, hacer ejercicio físico en forma moderada, no retrasar nunca la necesidad de defecar, para favorecerla beber un vaso de agua fría en ayunas.
Ante los síntomas de estreñimiento, los especialistas exhortan a evitar recurrir a laxantes, ya que es mejor modificar sus hábitos alimenticios. No utilice ningún laxante sin antes haber consultado con su médico familiar y nunca tome laxantes con la intención de adelgazar, ya que su abuso puede provocar que su problema se haga crónico.
Así mismo recomendaron acudir a los módulos PREVENIMSS de las unidades médicas familiares del IMSS, donde los orientarán acerca de los métodos de alimentación sana y, en su caso, serán enviados al nutriólogo, quien les proporcionará menús adecuados a su problema intestinal. Boletín de la delegación del IMSS en Yucatán.