514 palabras
En la iconografía mesoamericana las calaveras revisten una notable importancia. En la tradición maya el símbolo de la calavera está estrechamente vinculado a la mente, y con esta a la inteligencia y al conocimiento humano. El cerebro, más que el corazón, era considerado el punto fundamental de todo ser humano, por ello la calavera se onvirtió en el símbolo de la individualidad de la persona.
Ante esta referencia, Bill Homan, propietario y cuidador de la calavera de cristal —que volvió a la fama en años recientes al ser el objeto de la búsqueda de Harrison Ford en la última película de "Indiana Jones"—opinó sobre el verdadero significado de la profecía del 21 de diciembre de 2012.
Aseguró que nada desastroso o devastador sucederá en esta fecha, ya que simplemente, de acuerdo al calendario maya, será el fin de un ciclo muy largo que comenzó el 13 de agosto del año 3114 antes de Cristo.
Explicó que al igual que sucedió en el caso del año 1000, cuando se habló de que no habría más miles de años, una vez más, se dan nuevas profecías catastróficas.
—Es la naturaleza humana del miedo que se tiene al fin, sin importar el ciclo que sea.
Indicó que indudablemente, los ciclos astronómicos fueron calculados por los mayas de manera muy precisa. Sin embargo, su interpretación necesita más análisis y sobre todo, debe ser leído en el mismo tenor en el que fue escrito cuando los mayas formularon la profecía.
Bill Homan está firmemente convencido que “algo” sucederá en esa fecha, pero no será algo devastador. Experimentaremos un cambio de era y el hombre podrá ganar una nueva conexión con la naturaleza y con todo el mundo. Tendremos la posibilidad de entender el significado profundo de las cosas, y todo será más claro.
Para él este es el código para descifrar el fin del ciclo: una oportunidad para la humanidad, para que el amor sea la palabra clave en esta nueva fase. Por esta razón, la calavera de cristal debe convertirse en un signo tangible de esta meta de renovación.
La calavera de cristal de Mitchell-Hedges, junto a su actual propietario, Bill Homan, ha recorrido casi todo el mundo. Estos largos viajes tienen el objetivo de difundir lo más posible el mensaje de paz que entraña la calavera.