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(Narración de Ema Gabriela Molina Canto, madre despojada de sus hijos aparentemente por franco y abierto influyentismo de gente allegada al ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier)
A un año de distancia. 25 de Mayo 6:00 am.
Inicio del último día de escuela. Preparo el desayuno a mis tres hijos, Mariana de 7 años, Martín de 5 e Isabella de 3 añitos. Los despierto animándolos para apurarnos e ir al Colegio Renacimiento. Entre las carreras, recuerdo que todo el tiempo he estado sola, embarazada, cuando recién nacían mis hijos tenía que ingeniarme para sacarlos adelante y asumir la responsabilidad del hogar, porque mi esposo Martín Alberto Medina Sonda se encumbraba en sus empresas, y según la prensa, con su Socio José Saiz Pineda y como asesor externo del Gobierno de Andrés Granier, entonces gobernador de Tabasco y además ayudarlo para continuar sus estudios, sus múltiples reuniones de trabajo, sus viajes constantes para conseguir y atender a sus clientes.
Siendo su interés las “empresas familiares” siempre creí que nuestra familia significaba para él su “activo más valioso”. Nunca imaginé que el poder y el dinero cambiarían completamente el rumbo y prioridad de vida en mi esposo Martín Alberto Medina Sonda.
Los rostros de mis hijos me confirmaban que todo esfuerzo realizado valía la pena por mis pequeños, en esta fecha llevamos ya 2 años en proceso de divorcio que no se ha concretado, y casi cuatro años separados . Después de 2 demandas penales en mi contra y una civil de divorcio y guarda y custodia que me otorgaron y se determina que él conviviera con nuestros hijos cada viernes de 5 a 6 de la tarde en la PRODEMEFA, bajo supervisión de trabajadores sociales por la violencia intrafamiliar manifestada por los niños, a los psicólogos del DIF. Hoy viernes los pequeños verán su papá y que independiente de los problemas entre nosotros dos, los niños tienen derecho y necesitan convivir con su padre.
Así estuvieron algún día, juntos, los niños y su madre.
6:40 am Todos listos, salimos en el coche de mi mama rumbo a la escuela. Mientras conduzco mentalmente repasaba, los pendientes y las estrategias para hacer rendir los recursos económicos; también recuerdo que en marzo precisamente intentamos devolverle a mi esposo la camioneta que dejó para uso familiar, que no aceptó y que desde ese momento la camioneta se quedó estacionada.
7:00 am Los niños entran a la escuela, y regresó a las tareas cotidianas de ama de casa, hasta el momento en que volveré por mis hijos a la hora de salida y en el trayecto escucharlos al contarme sus aventuras y experiencias escolares.
7:30 am. De vuelta a casa, hago la comida, voy al súper, y me dispongo a estudiar e investigar, para preparar la clase de Asesor Externo que impartiré mañana sábado, por cierto es mi primer empleo en 12 años, ya que me que dediqué por completo al cuidado de los niños, al hogar, además de que mi esposo me prohibió trabajar y desarrollarme profesionalmente.
12.40 pm Salgo rumbo al Colegio Renacimiento kínder por Isabella, platico con ella, juego, cantamos juntas en el coche para esperar que sean la 1.30 hora la salida de Martin. Ya con Martincito en el coche, su primera pregunta ¿mamá que hiciste de comer?, verdad: ¿Qué no cocinaste verduras?; digo que sí, que había preparado pollo con sopa de verduras y me ¡hace una mueca! -me rio- y me pide que le ponga la música de Michel Jackson que le gusta, y nos dirigimos a la Primaria de Renacimiento
2:00 pm Suena el timbre del colegio primaria, salgo del coche con mis dos niños a esperar a Mariana, veo la cara de felicidad en mi niña, quien me dice que invitó a su mejor amiga Alexa a la casa el sábado a montar bicicleta, y de ultimo me pregunta ¿está bien, mami?, le digo que sí, que me pondré en contacto con su mamá, entonces escucho decir a Martincito: yo también quiero invitar a Riki a la casa…ok, ok, ok, me pondré en contacto con sus mamas e Isabella replica ¿y yo?, Yo quiero decirle a Julián que vaya a la casa; digo mentalmente ¡Dios mío, que haré no tengo dinero para 6 niños en la casa!, Medina Sonda nuevamente está jugando con la pensión alimenticia, hace meses que no realiza los depósitos completos, pero no importa… Les digo que sí. Agárrense de las manos para cruzar la calle y subirnos al coche.
2:30 pm. Llegamos a la casa, hambrientos, nos sentamos a comer juntos, Isabella canta la oración de bendición a los alimentos y Martincito se molesta porque Isabella siempre se le adelanta (sospecho que él deja que sea ella quien cante, simulando que está enojado). Cada uno me cuenta como estuvo su día, las tareas que les dejaron para el fin de semana, etc., y los planes que hacemos para el sábado en la tarde o domingo en la mañana, ¿podremos inflar la piscina?
3:30 pm Después de bañarlos, me ayuda Suemy -quien lleva dos años apoyándome con las tareas del hogar y los niños. Empezamos a alistarlos para ir por mi mamá a su casa, y juntos ir a la PRODEMEFA. Tengo que ir acompañada ya que Medina Sonda, siempre a la salida, intenta intimidarme con sus dos guaruras personales; es increíble que hasta el policía de la PRODEMEFA nos acompañe al coche a ver que abordemos. Mariana decide que quiere vestirse de princesa, que desea presumirle a su papá el vestido de princesa que utilizó en un festival escolar.
4:10 pm Nos subimos al coche, nos ponemos de acuerdo que música pondré en el coche, ya que con tres niños cada uno tiene gustos diferentes. Suemy se sienta en la parte posterior con los niños. Siempre el lugar vacante de copiloto está reservado para mi madre.
4:30 pm Inicia la pesadilla de terror… Haciendo el alto de la avenida de la colonia México, tres camionetas Suburban me cierran el paso, todo es tan rápido… Un hombre mete la mano por la ventanilla abierta, me jala el cabello y me golpea contra el cristal del coche, al mismo tiempo otro se sube por la puerta del copiloto, apaga el coche y se lleva las llaves.
Mis Hijos y yo gritábamos pues no sabíamos qué estaba pasando. Mis niños lloraban aterrorizados; el hombre que me golpea, me baja del coche y me jala del cabello y otro me pone las manos hacia atrás, metralletas y armas por todos lados apuntándome, gritándome, y yo sin saber.
¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Dios en dónde estás?
Me vuelven a pegar en las costillas, grito y uno me tapa la boca; me siguen jalando el cabello y me sujetan las manos, se me va la respiración de tantos golpes en el vientre, costillas, y en ese momento entiendo todo.
Martin Alberto Medina Sonda, riendo, se baja de otro coche; los agentes le dan la señal de llevarse a mis hijos. Medina Sonda abre la puerta trasera del coche y les grita a nuestros hijos ordenándoles que se bajaran rápidamente. Al no hacerlo y gritarle aterrorizados “¡Papá por favor no nos lleves, no nos lleves!”, Medina Sonda saca una pistola y baja a Isabella. Martincito se desmaya y lo baja como un trapo, sin movimiento alguno. Mariana, la que más se resiste, le suplica que la deje con Suemy, pero él dice NO, y amenaza a Suemy de que le iba a pasar lo mismo que a mí; que no se oponga.
A Mariana la golpea, la jala del cabello; golpes; todo pasa en fracción de segundos. Otro hombre me golpea y me sube a una camioneta, quiero gritar, pero no puedo; el dolor es muy grande, se han llevado mi corazón, se han llevado a mis hijos; Medina Sonda ha cumplido su amenaza de “no volverás a ver a tus hijos perra, te voy a acabar”, que había sido tantas veces repetida.
Los agentes se ríen. Dicen que fue una operación exitosa y rápida. El siguiente paso: sacarme rápidamente de Mérida. Hablan en clave. Solo se ríen. Hablan de dinero. ¿Cuál dinero? Me llevan a la Fiscalía de Yucatán y me encierran en un cuarto. En 40 minutos me sacan y me suben a una suburban con placas de Tabasco, con un chofer, y en la parte trasera, una mujer, yo en medio y un hombre a mi lado. Me muestran las esposas y me las ponen. Me enseñan y me apuntan con la metralleta y otras armas; la cinta para la boca… Y me llevan custodiada por 2 camionetas más...
Cuando veo el letrero BIENVENIDO A YUCATÁN, me entero que me están sacando del Estado. Grito, pataleo, nuevamente me golpean en las costillas, me jalan el cabello, el agente se burla; cada vez que me toca lo hace con saña y morbo- Me amenaza: que si no me callo, me pondrá la cinta en la boca, las esposas me las quita y pone, jalándome la piel.
Intento rezar, pero solo pienso en mis hijos. “¿Dios mío en dónde están? ¿Qué les estarán haciendo? Protégelos, por favor Dios mío, protégelos, cuídalos, dales fuerza y entendimiento, dales paz, que no confronten a su padre, sé muy bien que Medina Sonda los va a golpear constantemente si no se portan como él desea…
Se me olvida el Padre Nuestro; intento rezar mentalmente el rosario y no puedo. Ya se me olvidó también el Ave María, solo recuerdo “Sagrado Corazón de Jesus, en Voz Confío”, y con este pensamiento viajo las 5 o 6 horas…
El agente se burla y se ríe; me dice que ya está harto de tanto lloriqueo y de rezadera; que me detenga o sentiré las consecuencias… No me detengo, mentalmente sigo orando, y solo siento sus manos inmovilizándome, tocándome… Me amenaza con ponerme la cinta en la boca y por fin me sale la voz, después de 3 horas de silencio y le grito: “¡No me importa; déjeme hacer una llamada; ya recibieron el dinero de mi esposo; le entregaron a mis hijos y seguiré orando y es usted un desgraciado!” Descarga su furia en mi cara y mis costillas…
Llegamos a Tabasco a la Procuraduría de madrugada; el agente que me recibe me recomienda que no acepte ser valorada por doctores porque no hay alguna mujer que me acompañe durante la revisión y que los doctores abusan... Ya en la cárcel, me encierran en un dormitorio con 10 mujeres más; algunas dormían, por el poco espacio, casi una sobre otra. Al día siguiente una celadora se apiada y me permite su tarjeta para avisar a mi familia. Y ahí empieza mi vida en la cárcel de 4 meses 4 días.
Acusada del delito fabricado de retención indebida de la camioneta de mi esposo, simulando la venta a otra de sus empresas, el acusador es José Gonzalo Arjona Solís, medio hermano de Rafael Acosta Solís (abogado, consejero e incondicional de mí esposo); tengo derecho a fianza pero me la niegan por ser Yucateca.
El 29 de septiembre de 2012 salgo libre gracias a la Justicia Federal, y el 15 de febrero de 2013 se dicta el Sobreseimiento de la Acción Penal, porque el Procurador se desistió de la Acción Penal en mi contra por ser un delito fabricado. Claro, José Arjona Solís solicita la apelación del Sobreseimiento.
Lo importante a un año de los hechos es: ¿en dónde están mis hijos? Yo tengo la custodia legal sobre ellos. ¿Por qué ninguna autoridad ha exigido cuando menos la presentación de mis pequeños para constatar su estado físico, psicológico, para escucharlos, para velar por ellos?
Estas son las cosas que requieren el que la sociedad entera se detenga y no avance un milímetro más sino hasta que se haya hecho justicia. Por desgracia, en el modelo del dinero, muy poco valen los derechos que algunos promotores logran empujar y convertir en ley, porque los encargados de hacerlos valer, no responden a la letra de la ley, sino a las cifras de los billetes. ¿Hasta cuándo?
Hoy, en el lugar en donde hace exactamente un año se realizó la sustracción de mis tres hijos con violencia y con armas, estoy en la búsqueda desesperada de respuestas positivas en la localización y recuperación de mis tres pequeños hijos.
La justicia que, se simboliza en una mujer con los ojos vendados y con una balanza en las manos, se ha tornado muda, sorda e incapaz de actuar ante los hechos presentados.
No cabe la menor duda que la verdad en los hechos, sustentada y ante las solicitudes formales de que presenten a mis tres menores hijos y su retorno a mi lado, hasta el día de hoy no se ha concretado, dando siempre la posibilidad de posponer, reagendar, impugnar, justificar, a través de artilugios legaloides, para postergar el plazo de presentación de los menores.
Los derechos de mis hijos y los míos son y han sido violentados.
¿Cuánto tiempo se puede evadir la ley mediante amparos? Las influencias de Medina Sonda al finalizar el gobierno de Granier, ¿son válidas ahora a Yucatán?
La respuesta de Derechos Humanos en torno a mi denuncia por la detención ilegal y traslado a otro estado, fue que la detención se realizó en “apego a la legalidad y que no se realizaron maltratos hacia mi persona o mis hijos”.
Hoy declaro abiertamente que mi objetivo es, ha sido y seguirá siendo recuperar a mis tres hijos, Martín Alberto Medina Sonda, me ha destrozado el alma por completo al arrebatarme a mis hijos, me ha enfrentado a una serie de demandas penales y civiles para pretender imputarme delitos únicamente existentes en su mente psicótica, tergiversada por el poder, el dinero, la corrupción y la sed de acabar conmigo han podido elucubrar.
La equidad de género, los derechos de los niños, los derechos humanos que ya están en nuestra Carta Magna, la salvaguarda por la seguridad del ciudadano común, y otros muchos documentos que constantemente se celebran en el marco de fotografías, eventos y consignas, son totalmente letra muerta al momento de aplicarlas.
Desde el 25 de mayo pasado hasta hoy ha sido el tiempo más doloroso y difícil en mi vida como mujer, como madre, como ser humano: al arrebatarme a mis hijos, y al sentir en lo más profundo de mi corazón que mis pequeños también deben estar sufriendo y añorando mis caricias y mi calor, aunado al trauma de presenciar mi detención y a la acción inhumana y brutal de llevárselos con rumbo desconocido desde el 25 de mayo del 2012.
Los numerosos desplegados pagados por el padre de Medina Sonda en la prensa local, utilizados para demostrar sus recursos y su poder, sin embargo, extrañamente cesaron cuando el Tribunal Superior de Justicia publicó su postura en la prensa conminando por la aplicación en el marco de la legalidad para solucionar el conflicto. Aunque en realidad sospecho que fue un silencio convocado, ya que los únicos que tenían acceso a la prensa pagada fueron gente de la familia de Medina Sonda; en mi caso, yo he buscado el acercamiento con el gobernador sin solución alguna.
En un año las experiencias de vida se han multiplicado:
Como madre lo único que me queda es:
Mantener la fe y esperar el milagro que las autoridades actúen conforme a la justicia y al derecho por el bien superior del niño, para que los localicen, los rescaten y los regresen a mi lado, como merece estar todo niño, al lado de quien les dio la vida y en donde ellos se sienten seguros, protegidos y amados. Volver a estar juntos los cuatro, contemplar sus caritas, escuchar sus vocecitas, vivir sus travesuras, escuchar sus aventuras, sus sueños, todo lo que es felicidad al tenerlos junto a mí nuevamente.