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Mayo 21 de 2013 Apenas una letra de diferencia pero más de 13.000 kilómetros de distancia separan las capitales de Senegal, en el oeste de África, y Bangladesh, al oriente de la India. Un matrimonio de Los Angeles pretendía pasar unas vacaciones en las doradas playas de Senegal pero por un malentendido en la pronunciación los llevó inopinadamente a la superpoblada Dhaka.
La línea aérea Turkish Airlines emitió sendos billetes con el itinerario LAX-IST-DAC (Los Angeles-Estambul-Dhaca), siendo este último el código de Dhaka y no el de Dakar, que es DKR. Sandy Valdivieso y su marido Triet Vo, hicieron escala en Estambul, en el vuelo que les llevaría a su soñado destino africano, un viaje que llevaban varios meses planeando.
Tras abordar el segundo vuelo, el sobrecargo informó que el vuelo se dirigía “a Dhaka”, aunque ellos pensaron que se refería a “Dakar”, pronunciado con acento turco. La pareja empezó a darse cuenta de que algo iba mal cuando en el monitor de ruta vieron cómo el avión se dirigía hacia Oriente Medio, en lugar de sobrevolar el Mediterráneo. También les resultó sospechoso que no hubiera ni un solo africano entre el pasaje y sí muchos indios. Aun con todo, confiaron en que el piloto turco estuviera cogiendo un atajo, pues los caminos de las rutas aéreas son inescrutables.
Pero el avión acabó aterrizando en Dhaka, capital de Bangladesh. Y por si la desorientación geográfica no fuera suficiente aliciente para la aventura, también les perdieron las maletas.
Tras doce horas intentando convencer a los empleados de la aerolínea turca de su error, finalmente fueron embarcados en otro vuelo a Estambul y de allí a Dakar, donde llegaron tras 39.000 kilómetros y tres días de vuelo. El equipaje llegó un par de días más tarde, pero llegaron, que es lo importante.
Visto en Los Angeles Times, vía Telegraph.
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