NUEVA YORK, Nueva York, a 15 de agosto del 2013.- Estos tubos de vacío (montados sobre el suelo o bajo el agua) serían combinados con el sistema de levitación magnética usado en los trenes de alta velocidad.

Con su propuesta del Hyperloop, Elon Musk no es el único empresario que propone formas de mejorar el transporte.

El hombre que nos trajo los elegantes y ecológicos autos eléctricos Tesla y el SpaceX (un programa espacial privado que envió con éxito un cargamento hacia la estación espacial que se encuentra en órbita) tiene la mira puesta en una propuesta de transporte de masas radicalmente diferente, llamado Hyperloop.

Unos enormes tubos de vacío impulsarían a los pasajeros a lo largo de cientos de kilómetros en cuestión de minutos.

La tecnología de la era digital estimula el desarrollo de ideas que buscan mejorar (e incluso reinventar) la forma en la que viajan los humanos. El tema se está volviendo urgente con el aumento del tránsito y de las emisiones vehiculares.

La idea de Musk es uno de los incontables prototipos de transporte que se están discutiendo (algunos podrían impresionarte profundamente, otros tal vez sean promesas infundadas y algunos tal vez estén más cerca de la realidad de lo que te imaginas), como los autos sin conductor y el turismo espacial. Para otras ideas, el futuro es misterioso.

Los medios adoran una buena historia impresionante. ¿Recuerdas el Segway? Cuando lo anunciaron en 2001, leímos que esas máquinas de transporte de dos ruedas cambiarían la forma en la que nos transportamos y el diseño de las ciudades.

¿Qué hay del Shweeb, un sistema de transporte impulsado por pedales que impresionó tanto a la gente de Google que la empresa le dio a sus inventores 1 millón de dólares (12 millones 500,000 pesos) para las investigaciones y el desarrollo? En los tres años que transcurrieron desde que Shweeb ganó el premio, no dio grandes noticias. La lección es que entre la mesa de dibujo y la realidad hay un largo trecho.

Echemos un vistazo a algunas de las ideas que están flotando por allí y que podrían influir en la forma en la que viajaremos del Punto A al Punto B en el futuro.

En 2019, un fabricante de aviones pequeños venderá un jet de dos plazas con un costo de 5 millones de dólares (62 millones 500,000 pesos), dirigido a los ejecutivos que quieren volar a velocidades de hasta 1,150 kilómetros por hora, casi la velocidad del sonido. Pero, en su mayoría, los rumores sobre el futuro del vuelo se tratan de algo más rápido: los estatorreactores de combustión supersónica, conocidos como scramjets.

La tecnología de los estatorreactores de combustión supersónica podría hacer que ese sueño se haga realidad. Los expertos predicen que los estatorreactores podrían impulsar a las aeronaves hasta a 15 veces la velocidad del sonido, según la NASA.

A diferencia de los reactores convencionales, los estatorreactores casi no tienen partes móviles. A diferencia de los cohetes, los estatorreactores quemarían oxígeno de la atmósfera en vez de tener que cargar con pesados tanques llenos de oxígeno.

El año pasado, el Pentágono probó un estatorreactor de combustión supersónica de 8 metros de largo llamado X-51A Waverider. Dicha tecnología podría usarse para desarrollar “armas parecidas a misiles de largo alcance que podrían llegar a un blanco ubicado al otro lado del planeta en cuestión de minutos en vez de horas”, dijo uno de los expertos a CNN.

Otra de las aplicaciones de la tecnología, dijo, es una “aeronave que pueda llevar a una fuerza de reacción inmediata a un campo de batalla remoto en cuestión de horas y no de días”.

Una organización de Reino Unido llamada Reaction Engines ha estado trabajando con la tecnología de los estatorreactores de combustión supersónica. Produjeron un video para demostrar su concepción de una aeronave para pasajeros llamada A2, que volaría a cinco veces la velocidad del sonido.

Este mes, Reaction Engines anunció que se asociaría con la Agencia Espacial Europea para desarrollar su próximo sistema y poner vehículos en órbita.

Desde 2008, el gobierno del presidente Barack Obama ha estado promoviendo la idea de un tren de alta velocidad al ofrecer fondos federales a los estados interesados.

En su sitio web, el proyecto de tren de alta velocidad de California promete oficialmente ofrecer un servicio que te llevará de San Francisco a la zona de Los Ángeles en menos de tres horas, a una velocidad de más de 320 kilómetros por hora.

Sin embargo, el costo inicial proyectado es de 34,000 millones de dólares (425,000 millones de pesos) se ha disparado a 118,000 millones de dólares (un billón 475,000 millones de pesos). Las autoridades están considerando un sistema de trenes más lento y menos ambicioso, según reportes de Drew Griffin, corresponsal de investigaciones especiales de CNN.

En el noreste de Estados Unidos, Amtrak opera el Acela Express, un servicio ferroviario capaz de alcanzar hasta 240 kilómetros por hora y de transportar a los viajeros de la ciudad de Nueva York a Washington en unos 96 minutos.

En respuesta a los críticos que dicen que Acela es demasiado lento y que pocas veces alcanza su velocidad máxima, Amtrak planea probar trenes que recorran a 265 kilómetros por hora las vías en Delaware, Maryland, Nueva Jersey, Rhode Island y Massachusetts.

Los críticos de los trenes de alta velocidad con frecuencia se oponen porque dicen que cuestan mucho dinero a los contribuyentes.

Por eso, una propuesta de Texas suena interesante.

Texas Central Railway planea construir un tren de alta velocidad sin recurrir al dinero del erario.

Se reporta que un “tren bala” estilo japonés recorrerá los casi 385 kilómetros que separan a Dallas de Houston y transportará a 500 pasajeros en solo 90 minutos. La velocidad máxima: alrededor de 350 kilómetros por hora.

Si todo sale según lo planeado, el tren estará en funcionamiento para 2020, de acuerdo con los organizadores.

Los autos sin conductor son legales en California desde hace un año. Los fabricantes de autos como Audi, BMW, Mercedes y Volvo están planeando ofrecer vehículos automatizados para finales de este año, reportó el diario estadounidense The New York Times.

Mientras cada vez más computadoras toman el control de los autos, habrá que ver cómo los autos sin conductor interactuarán con seguridad con los autos piloteados por humanos.

Otras ideas de transporte relacionadas con los autos se están abriendo camino en el debate nacional. ¿Qué tal los caminos inteligentes alimentados con energía solar? El inventor Scott Brusaw propuso construir una red nacional de autopistas computarizadas hechas con vidrio muy resistente.

La electricidad solar que generen las autopistas recargaría a los vehículos eléctricos que transiten por ellas. La iluminación de la autopista y las señales de advertencia de LED también se alimentarían con esa energía.

La empresa (que fundó el empresario multimillonario, Richard Branson) señala que su nave espacial para pasajeros llegará al espacio por primera vez en un vuelo de prueba que se realizará a finales de este año.

Más de 500 futuros turistas espaciales se han inscrito para tomar vuelos cortos con un costo de 200,000 dólares (2 millones 500,000 pesos) y que comprenderían varios minutos de ingravidez.

El estado de Nuevo México afirma que está listo para los viajes espaciales.

En la entidad estadounidense se construyó una especie de aeropuerto para naves espaciales, llamado Spaceport America.

Ya está en operación y la NASA lo ha usado para lanzar cohetes no tripulados.

Entre otras de las ideas que contemplan el espacio está una propuesta para construir un elevador que llevaría cargamentos y viajeros hacia el espacio.

¿Qué hay del futuro extremo del transporte? Aunque no lo creas, los científicos han estado hablando de una idea de transporte que parece salida de Star Trek.

En 2007, los científicos indicaron a CNN que algún día podría ser posible escanear a una persona por medio de una forma avanzada de la tecnología que se usa para obtener imágenes de resonancia magnética y transmitir esa información a otra parte (por medio de señales eléctricas o sónicas normales), en donde se reconstruiría algo parecido al original.

Sin embargo, siempre existirán los escépticos, como Valerie Jamieson, editora de física de la revista New Scientist. “En realidad no creo que ocurra nunca”, dijo. “Pero bueno, algo que he aprendido es a nunca subestimar el ingenio de los físicos, así que nunca digas nunca”. (Agencias)