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EL PASO, Texas, EE.UU., 15 de febrero.- Arturo Gallegos Castrellón fue declarado culpable de tres cargos de homicidio por ordenar en el 2010 la muerte de Leslie Ann Enríquez Catton, empleada del consulado de EE.UU. en Ciudad Juárez.
Un jurado federal declaró culpable a un líder de un cártel mexicano del narcotráfico por participar en el asesinato en el 2010 de una empleada del consulado estadounidense en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, México.
Arturo Gallegos Castrellón fue declarado culpable de tres cargos de homicidio por ordenar la muerte de Leslie Ann Enríquez Catton, empleada del consulado de Estados Unidos, de su esposo y el esposo de otra empleada del consulado en Ciudad Juárez.
Además, fue condenado por otros ocho cargos, como lavado de dinero, delincuencia organizada y confabulación para distribuir drogas.
El encausamiento menciona a 35 acusados; 25 han sido declarados culpables y uno se suicidó en la cárcel.
Gallegos fue extraditado desde México hace dos años.
Así, un jurado federal en Texas declaró culpable a uno de los principales líderes de la pandilla Los Aztecas por participar en el asesinato en el 2010 de una empleada del consulado estadounidense en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, México.
Arturo Gallegos Castrellón, El Farmero, de 35 años, fue declarado culpable de tres cargos de asesinato por ordenar la muerte de Leslie Ann Enríquez Catton, empleada del consulado de Estados Unidos; de su esposo, Arthur Redfels, y Alberto Salcido Ceniceros, esposo de otra empleada del consulado en Ciudad Juárez en marzo del 2010.
Gallegos fue declarado culpable también de otros ocho cargos, como lavado de dinero, delincuencia organizada y confabulación para distribuir drogas.
El fiscal John Gibson dijo que Gallegos enfrenta un máximo de cadena perpetua por cada uno de los cargos excepto el de lavado de dinero, que se pena con una sentencia máxima de 20 años. La audiencia de sentencia de Gallegos está programada para el 24 de abril.
"Estoy contento de que haya acabado", dijo Reuben Redfels, hermano de Arthur, Redfels, después del veredicto.
La Fiscalía presentó más de una docena de testigos, entre ellos agentes federales y ex miembros de la pandilla Los Aztecas, quienes dijeron que Gallegos dio la orden de disparar contra Enríquez, Redfels y Salcido.
Los ex miembros de la pandilla que declararon dijeron que los asesinatos fueron un error de pandilleros que pensaron que estaban atacando a pandilleros adversarios que conducían un automóvil similar al Honda Pilot blanco de Salcido. Redfels y Enríquez fueron atacados porque los vieron salir de la misma fiesta para niños en Ciudad Juárez.
La defensa no presentó ningún testigo y alegatos al comienzo del juicio. Durante los argumentos finales, la defensa se concentró en criticar la credibilidad de los testigos, diciendo que se les ofreció reducción de sentencias, recibieron estatus legal en Estados Unidos o tenían familiares a quienes se otorgó estatus legal. El Gobierno pagó miles de dólares a algunos de los testigos.
El abogado defensor Randolph Ortega señaló además que la declaración proporcionada por Gallegos a agentes del FBI en la Ciudad de México después de su arresto en Ciudad Juárez fue dada bajo intimidación de agentes judiciales mexicanos.
En esa declaración Gallegos admitió haber sido el enlace entre la pandilla Barrio Azteca o Los Aztecas y La Línea, el brazo armado del Cártel de Juárez. Admitió además haber ordenado buscar un auto Honda Pilot blanco y que la orden de dispararle vino del líder de La Línea, José Antonio Acosta Hernández, conocido como El Diego.
Ortega dijo que planean apelar el veredicto.
El encausamiento menciona a 35 acusados; 25 han sido declarados culpables y uno se suicidó en la cárcel. Gallegos fue extraditado desde México hace dos años. (AP-El Universal\Milenio)