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EE.UU (13 de marzo).- Un británico cuyo rostro quedó dañado severamente en un accidente de motocicleta fue sometido a una operación de reconstrucción facial usando partes hechas con una impresora en tres dimensiones que genera piezas de titanio hechas a la medida del paciente.
Se considera que Stephen Power, de Cardiff, Gales, fue el primer paciente del mundo en ser operado para reconstruir un cráneo usando esta tecnología, aunque recientemente ya han empleado el método para obtener e implantar vejiga, hígado, corazón y otros tejidos.
El paciente de 29 años sufrió gravísimas heridas faciales en un accidente de motocicleta en setiembre de 2012. Aunque llevaba casco, se rompió la mandíbula superior, la nariz, los pómulos y se fracturó el cráneo.
Tras pasar cuatro meses en el hospital, los cirujanos hicieron lo que les permitían las técnicas tradicionales, pero el paciente salió con el rostro parcialmente desfigurado, por lo que ocultaba su cara con sombreros y gafas de sol.
Para devolverle su aspecto natural a Power, primero los especialistas crearon un modelo tridimensional del cráneo de Power tal como era antes del accidente, de tal manera que pudieran seleccionar las partes del hueso afectadas que debían sustituir.
Una vez con el molde de los segmentos faltantes, utilizaron la impresora 3D para generar las piezas de titanio, el metal más común para las prótesis de hueso.
Luego dichas partes se le implantaron en una operación que duró aproximadamente ocho horas. La intervención quirúrgica tuvo lugar en el hospital Morriston de Swansea, la segunda ciudad más importante de la región británica de Gales.
El implante de las piezas de titanio, que fueron impresas en Bélgica, se usó para devolverle su forma natural a la cara del paciente, quien en declaraciones a la cadena británica BBC afirmó que dicho procedimiento le cambió totalmente la vida. “Pude ver la diferencia en el momento en que me desperté”, recordó.
“No tendré que disfrazarme, no tendré que esconderme. Podré hacer las cosas cotidianas, ir a ver a gente, caminar por la calle…”, afirmó emocionado.
El cirujano maxilofacial que operó a Power, Adrian Sugar, explicó que los resultados de este procedimiento quirúrgico no eran comparables a nada de lo que se había logrado antes con las técnicas plásticas tradicionales.
“Sin esta tecnología avanzada, es todo a mano. Tienes que adivinar dónde va todo”, comentó el experto.
“La tecnología (impresión de prótesis en 3D) permite más precisión y mejores resultados para el paciente”, detalló.
“Ya habíamos hecho un buen trabajo con sus heridas faciales” en las primeras operaciones, justo después del accidente, recordó Sugar; sin embargo, “ el oftalmólogo nos desaconsejó hacer cualquier cosa que pudiera afectar más a su vista”, explicó el cirujano.
“En consecuencia no colocamos el pómulo izquierdo en el lugar idóneo” y “su ojo parecía hundido y caído”, agregó.
La precisión de la tecnología en tres dimensiones hizo posible la última y definitiva intervención quirúrgica del paciente sin necesidad de arriesgar su sentido de la vista y con la capacidad de devolverle el aspecto original a su rostro.
Ahora la explicación de este tipo de intervenciones quirúrgicas ya forma parte de una exposición de impresión en tres dimensiones en el Museo de la Ciencia de Londres.
El proyecto para la cirugía más precisa de rostros fue resultado de la colaboración entre el hospital de Swansea y los científicos de la Universidad Metropolitana de Cardiff que trabajan en el seno del Centro de Tecnologías Reconstructivas en Cirugía.- (Milenio)