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A Ysmael se la tenían cantada. Había roto con la mafia y, lo que es peor, había violado la OMERTÁ, el pacto de silencio entre los mafiosos.
Ysmael tenía que pagar por ambas cosas; sólo esperaban la ocasión para cobrar las facturas pendientes con la menor repercusión política...
No pudieron aguantar a que pasaran las elecciones; no pudieron esperar a que el ruido y los festejos por un posible triunfo en Mérida sirvieran para desdibujar la posible agresión contra el diputado Peraza. No se aguantaron...o... fue la torpeza de los judiciales, empleados directos del CUÑADO CÓMODO, o fue la prepotencia de los funcionarios del gobierno de la Nueva Mayoría...
Pero, ¿qué se puede esperar de los funcionarios si su Jefa y Guía moral "le mienta la madre" a un Director del IMSS o le arma una emboscada al Presidente para espetarle que no es bienvenido a Yucatán? ¿Qué se puede esperar de los empleados de segundo y tercer nivel que han sido contagiados por la violencia verbal de su guía y jefa, que divulgan y practican la filosofía cínica del ¡¡Síííí, ¿y qué?
Nerviosa, muy nerviosa se ha mostrado la Ñora del Justam. No así se conducen los políticos que se saben seguros del triunfo en las urnas. Algo raro y sospechoso pasa en Yucatán... algo raro, muy raro, que empezó con la chifliza en el Polifórum Zamná y que ahora implicó una agresión torpe, además de cobarde, a un militante de su propio partido, Diputado estatal por añadidura...