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*México (20 de junio).-
Investigadores del Centro Universitario de los Lagos (CULagos) encontraron que el uso de los antidepresivos podría ayudar a mejorar los síntomas de las mujeres que sufren menopausia temprana por extirpación de ovarios o útero, luego de la presencia de cáncer.
La experta Rosa Isela García Ríos realiza una estancia posdoctoral en el CULagos para hacer un estudio en el que administra fluoxetina, uno de los antidepresivos más comunes y recetados en el mundo para conocer sus efectos en ratas hembras que han sido sometidas a cirugía.
La investigadora manifestó que cuando una mujer es sometida a la extirpación de ovarios (ooforectomía) o del útero (histerectomía), cambia el aporte hormonal no sólo en el cuerpo sino en también en el cerebro.
Mencionó que en México hay un incremento sustancial dichas cirugías debido al aumento de casos de cáncer de matriz.
Precisó que la menopausia quirúrgica en féminas con menos de 40 años “es algo impactante por las consecuencias en su salud mental y síntomas como la osteoporosis, resequedad de la piel y vaginal, que se presentan de manera más temprana, con más intensidad y duración”.
Detalló que eso produce cambios no sólo en los receptores hormonales sino en receptores de otros sistemas de neurotransmisión “que están asociados o trabajan en conjunto para que el cerebro se establezca, sobre todo en estructuras cerebrales del sistema emocional, mejor conocido como sistema límbico”.
García Ríos explicó que, además de medir las reacciones emocionales de estos roedores, estudia la relación entre los cambios cerebrales producidos por la falta de hormonas, que suelen provocar diversos niveles de ansiedad y depresión.
A su vez, el investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra y la Vida del CULagos, César Soria Fregoso, dijo que las ratas que forman parte del estudio son sometidas a pruebas para evaluar qué dosis de medicamento es necesaria para disminuir los efectos de la menopausia y evitar síntomas depresivos como la desesperanza y ansiedad.
Subrayó que a los roedores se les aplican pruebas físicas para saber si presentan estos síntomas depresivos o de locomoción, y también a nivel molecular.
Añadió que con cortes de cerebro que son analizados en microscopio para evaluar los cambios en la expresión de los receptores hormonales y su relación con la efectividad que tiene el fármaco.
El experto puntualizó que han respondido al efecto del antidepresivo en una dosis menor de cuatro miligramos, a la que se utiliza de manera clínica en humanos que es de 10 miligramos.
“Por eso es que algunas personas que toman dosis normales tengan algún efecto contraproducente, que se sientan peor que antes, y es que como aumentan tanto los niveles de serotonina (un neurotransmisor cerebral), siempre debe haber un equilibrio y ese se mantiene bajando la dosis del fármaco”, afirmó.