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Mucha gente se hace bolas cuando se le explica lo que significa una dieta vegana o vegetariana pura. Se pierden en elucubraciones y no puede faltar la pregunta “¿De dónde tomas tu proteína?”
Esta pregunta es la que nos indica que hay una terrible confusión con respecto a identificar lo que proviene de los alimentos como absolutamente necesario, debido a que en ello está “la proteína”. Nada más falso. Pero además, es falso en muchos sentidos.
Proteína.- La preocupación por la proteína es una especie de mito basado en premisas falsas. Más terrible es identificar la necesidad de la proteína con la “fuente principal”: comer lo que proviene de los animales.
Es doble falsedad, es un mito doblemente falso:
La comida que Usted come puede ser la más segura y poderosa medicina o un veneno lento. Ann Wigmore.
En dónde está la proteína.- La realidad es que está en todas las plantas, en mayor o menor cantidad. Algunas plantas tienen más proteína que otras. El asunto es que las plantas son en sí mismas alimentos completos. Todas las comidas hechas a base de plantas, siempre y cuando se mantenga una gran variedad de colores, contendrá lo que un humano sano y saludable necesita para sobrevivir perfectamente bien, sin llegar jamás a la terrible obesidad que tanto aqueja al mundo actualmente.
La cuestión es que, cuando se come todo de origen vegetal, nadie tiene que preocuparse por la proteína. De hecho, comer alimentos de origen animal —los cuales, efectivamente, contienen una proporción mayor de proteína— es absolutamente inútil. No sirve para nada, excepto para satisfacer un apetito echado a perder a través de los años, como resultado de una respuesta dada por el humano para sobrevivir en un ambiente muy diferente al que naturalmente le sirvió de lugar de recepción al aparecer sobre la faz de la tierra hace 220 mil años (hoy estamos en 2012).
El humano en su ambiente natural —un territorio densamente poblado de todo tipo de vegetales a su disposición y sin necesidad de cultivar— jamás necesitó cazar. De hecho, la cacería es una respuesta de supervivencia, producto de un accidente muy lejano al control del humano en sí.
¿Qué es lo que salva al humano y le permite sobrevivir aún en esa terrible situación tan adversa a su “naturaleza” original? Su GRAN cerebro. Ni le busquemos más: su gran cerebro. Y, desde luego, la capacidad que ha presentado su organismo de adaptarse, por lo menos, temporalmente a una forma de alimentación que no fue la natural.
Fue una adaptación temporal que, con el paso del tiempo, se ha convertido en una forma de vida. Pero ha tenido sus consecuencias. Hoy, en los Estados Unidos, el país que en forma más intensa auspició en forma fuerte una creencia falsa en la necesidad de proteína animal, es el lugar del mundo que ha desarrollado más cáncer y otros tipos de enfermedades que cuestan, cada año, cientos de miles de millones dólares en hospitales, tratamientos especiales, medicamentos, etc.
En ese país se han buscado las razones de la enfermedad por todos lados. La conclusión más lógica viene de Cuba: desde tiempo atrás —antes de la revolución de 1959— ya guardaban grandes cantidades de estadísticas de acuerdo a las cuales, solo 3 de cada 10 desarrollarían cánceres de algún tipo. Lo que jamás se estudió con cuidado fue por qué esas mismas estadísticas no se repetían en otros lugares del mundo.
La conclusión más seria fue que el cáncer es un asunto genético. Pero el cáncer es solo una de las enfermedades raras, de esas que los hombres y mujeres, vestidos solemnemente con sus batas blancas, solo saben decir: no sabemos por qué viene, pero vamos a hacer lo posible por elevar su nivel de vida. Todo eso, desde luego, se traduce, al mismo tiempo, en un gran flujo de dinero entre las compañías aseguradoras y las instituciones de la medicina.
Las otras enfermedades raras vienen siendo: osteoporosis, alzheimer’s, crisis y muerte cardíacas, arterioesclerosis, lupus, etc. Son, todas ellas, enfermedades que probablemente siempre existieron, pero no tenían los mismos nombres que hoy tienen. El caso es que tenemos memoria y registros de que, quienes ya ejercían el oficio de la medicina en la Grecia clásica, siempre recurrían a averiguar sobre la alimentación cuando las personas llegaban a verlos ya enfermas.
Lo interesante es que progresivamente, estos galenos de la Grecia Clásica, adjudicaron a la alimentación el surgimiento de esas extrañas enfermedades. Y, ¿qué creen? En forma casi sistemática relacionaron enfermedades “extrañas” con el consumo (alto consumo) de carnes o alimentos que tenían su origen en los animales.
El asunto de la Vitamina B-12.- Algunas personas se cuelgan del tema de la vitamina B-12, misma que no se encuentra en ninguna planta, pero sí se requiere para que el organismo humano permanezca sano. Está en todos los alimentos de origen animal. El requerimiento diario es de 2.5 µg (micro gramos). Es decir que, con 10 arrocitos en la palma de una mano, tienes la cantidad que un humano necesita, de vitamina B-12, para toda su vida.
¿De dónde la tomaba en el pasado, antes de cazar? ¡Del suelo! ¡De la suciedad de los frutos y legumbres que recogía libremente! El día de hoy, no tienen B-12 esos productos de las plantas porque existe una total limpieza. La vitamina B-12 viene, ¿estás listo para saberlo? ¡de la defecación de los animales! Claro, de cualquier tamaño, incluyendo insectos.
Hoy, en el mundo de la pulcritud total, en vez de tomarla de la suciedad de las frutas y legumbres o verduras, podemos tomarla en decenas de alimentos y bebidas que ya la traen, además de suplementos vitamínicos. Se llama cianocobalamina y es parte de lo incluido en el complejo B.
Pero así como debemos tomar ese suplemento, también sirve a nuestros cuerpos —sobre todo si no somos adictos a tomar baños de sol— la vitamina D-3, misma que sirve para que produzcamos Vitamina D, absolutamente necesaria para asimilar los nutrientes como las vitaminas, especialmente el calcio.
Vegetales ricos en calcio.
No sabemos cómo hacer suficiente énfasis en este tema: no solo es absolutamente inútil para nuestra alimentación el producto que proviene de los animales, sino que es dañino para nuestra salud —y es la causa “escondida” de enfermedades que “nadie se explica” de dónde vienen— sino que, además, es profundamente dañino para nuestro planeta y nuestra economía en general.
El esfuerzo (y costo) para producir productos de origen animal para comer, es enorme. El mayor deterioro al medio ecológico —nuestro hábitat, el Planeta Tierra— lo provocan las industrias que tienen que ver con la producción de alimentos que requieren el uso de cadáveres de animales o de animales vivos que hay que mantener en condiciones increíblemente crueles.
Además, las más terribles plagas de salud que la humanidad ha sufrido provienen de los alimentos que tienen su origen en los animales.
Tenemos la obligación de revisar lo que hemos estado haciendo y corregir en forma tajante el error que hemos estado cometiendo. Nada de lo que se come es más dañino que la proteína de origen animal. Todo es más o menos tolerable —no se desarrolla diabetes, con todo y muchos dulces, a menos que en la dieta regular exista proteína animal— excepto lo que viene de los animales.
Especias contra el cáncer: ajo, jengibre, canela, cúrcuma y 'pimienta de Cayena' (chile molido).
Quien esto escribe es bastante escéptico con respecto a libros sagrados o cosas de ese tipo. Sin embargo, la misma Biblia menciona en Ezequiel 24 (o por allí) que el humano recibió la instrucción divina de solo comer los alimentos que vienen de las plantas, no de los animales. El asunto nos llama la atención por todos lados.
En Japón, antes de 1954 tenían una forma de alimentación muy diferente a la de los norteamericanos. A partir de ese año, comenzaron a promover dietas como las de los norteamericanos: bigotes de leche (got milk?), huevos, carne, jamón, queso, etc. El resultado: las estadísticas de las enfermedades “misteriosas” alcanzaron a ser como las de los Estados Unidos. ¿Qué más prueba necesitamos?
Pero el mundo actual “flota” en Internet: entonces tú, lector o lectora, no te vas a quedar con lo que aquí te digo sino que vas a entrar a páginas de buscadores y vas a hacer un cuidadoso análisis de lo que se dice por allá con respecto a los temas que te he mencionado en este artículo. Claro: vas a ver opiniones muy fuertes en contra y a favor de lo que aquí expongo. Y para ello, vas a usar tu inteligencia, hasta contar con el máximo de elementos que sostengan lo que sea que tú adoptes.
'Todos los animales tienen las mismas partes. Ten corazón-Vuélvete vegetariano'. Enlace a un recetario de PeTA (People for the Ethical Treatment of Animals)