651 palabras
MADRID, 7 de diciembre.- Una rara galaxia que brilla intensamente en color verde toda ella, iluminada por la luz residual del entorno del agujero negro que tiene en su centro, ha sorprendido a los científicos. Es un nuevo tipo galáctico que han bautizado de judía (frijol) verde -no confundir con las de guisante (chícharo) verde, que ya se conocían- y que da pistas sobre lo que sucede cuando el agujero negro se relaja. La galaxia en cuestión (denominada J2240) está a unos 3700 millones de años luz, en la constelación de Acuario. Los científicos, a la vista de esta gran rareza en el universo, han buscado otros ejemplares similares entre casi mil millones de galaxias registradas en la base de datos SDSS (Rastreo Digital del Cielo Sloan) y han dado con otras 16 del mismo tipo. Y son tan poco corrientes, que los científicos han calculado que cabe esperar la existencia de una sola en un cubo de 1300 millones de años luz de lado en el universo, señalan los expertos del Observatorio Gemini.
La galaxia de ‘frijol verde’ J2240, en la constelación de Acuario. (CFHT/ESO/M. Schirmer)
En muchas galaxias que tienen agujeros negros gigantes la materia que va cayendo en ellos se acelera hasta tal punto que su intensa radiación hace que brille el gas del entorno. Pero normalmente ese brillo no alcanza más allá del 10% de la galaxia. En el caso del frijol verde, sin embargo, toda ella está iluminada y en verde porque el gas encendido es oxígeno ionizado, que brilla en ese color.
Mischa Schirmer dice que se quedó atónito cuando vio la J2240 en una fotografía captada con el telescopio Franco-Canadiense de Hawai. Parecía efectivamente una galaxia, pero nunca había visto una así, verde brillante, cuenta en un comunicado del Observatorio Europeo Austral (ESO), cuyo conjunto de telescopios VLT, en Chile, permitió a este astrónomo y a sus colegas investigar el extraño objeto. También utilizaron el telescopio Gemini Sur y presentan su hallazgo en la revista Astrophysical Journal.
Los científicos han bautizado como frijoles verdes estas galaxias para distinguirlas de las de chícharo, que se conocen desde 2007 y que son pequeñas galaxias con un intenso proceso de formación estelar en ellas, muy diferentes de las ahora descubiertas.
Los análisis de J2240 desvelaron a estos científicos otra rareza: El agujero negro en su centro parece mucho menos activo de lo que cabría esperar dado el gran tamaño y el brillo de la zona que ilumina, explica el ESO. La conclusión a la que han llegado es que, en realidad, el brillo verde que observan debe ser un eco, la radiación remanente, de cuando el agujero negro era mucho más activo. Con el tiempo, el brillo se irá perdiendo. Pero ofrece una oportunidad extraordinaria a los científicos para estudiar el proceso en el que se van apagando estos objetos tan activos, el cómo, el cuándo y el por qué.
“Estas regiones brillantes son como fantásticas sondas para intentar entender la física de las galaxias, es como introducir un termómetro en una galaxia que está muy, muy lejos”, dice Schirmer. “Normalmente no son ni muy grandes ni muy brillantes y solo se pueden observar bien en galaxias cercanas a nosotros, mientras que estas que se acaban de descubrir son tan grandes y brillantes que se pueden estudiar con gran detalle pese a su lejanía”, añade. (EL PAÍS)