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ACAPULCO, Guerrero, 9 de febrero.- En la Costa Chica de Guerrero el pan de horno tiene un sabor especial. En poblados y comunidades el tradicional alimento que se ofrece en canastillas de petate no sólo satisface los paladares de los habitantes de la zona y de otros municipios y estados que circulan sobre la carretera federal Acapulco-Pinotepa Nacional; también es un producto de alta demanda para la delincuencia organizada.
La tradicional receta es utilizada por el crimen organizado para cobrar cuotas y extorsiones a constructoras o pequeños puestos que se instalan en calles, avenidas y sobre la carretera.
Son variadas las maneras de amenazar, cobrar y pagarle al crimen organizado. Una reciente modalidad es entregar el dinero en pan. Quienes se encargan de hornearlo, dejan un agujero para los distintos tipos de billetes. (Jorge Serratos / EL UNIVERSAL)
Durante un recorrido realizado por EL UNIVERSAL en la Costa Chica de Guerrero, los pobladores relataron que el crimen organizado diseñó una nueva forma para cobrar las cuotas, al introducir el dinero en el interior el pan.
“Todo el pan es ofrecido en canastillas de petate. La pieza grande es para clientes grandes, es ahí donde inicia el pago para tener derecho de abrir comercios en la Costa Chica. Desde una tienda que vende refrescos hasta los grandes negocios como son las constructoras y tiendas de conveniencia que durante todo el trayecto se visualizan sobre la carretera”, narra María de Luz, habitante de la Costa Chica y vendedora de pan.
Las “panaderas” son gente de escasos recursos que tuvieron que adaptarse a las exigencias del crimen organizado para que les permitieran vender. “Hornean su producto de manera que quede un huequito por donde quedará el billete morado, verde o rojo incrustado para ser entregado a esa gente especial”, describe Laura, dueña de una tienda de abarrotes.
El cobro es hecho por sujetos que arriban a los puestos o comercios en autos particulares. Las personas descienden de la unidad y aparentan comprar el producto que les es entregado en una bolsa. Dentro lleva el pan con la cuota a cubrir de manera mensual o quincenal.
Esta modalidad de cobro lleva pocos meses. Antes el dinero era entregado a través de visitas de “cortesía” que efectuaba el crimen organizado. Los pobladores se sienten inconformes, pero no han denunciado por miedo a represalias y porque desconfían de las autoridades.
Desde octubre de 2011 hasta la primera semana de este año, la extorsión ha sido la principal actividad criminal en Acapulco, con 313 casos.
Cientos de personas han cerrado sus comercios y negocios e incluso abandonado el estado por las extorsiones que van de 50 pesos hasta los 20 millones.
La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Guerrero reconoce que el aumento de las extorsiones que se registra en los últimos años en la entidad llevó a 300 empresarios afiliados a cerrar sus comercios.
“Nosotros teníamos un padrón de 800 empresarios, pero por tanta inseguridad y tantas extorsiones se fueron 300, principalmente en Acapulco, Taxco, Iguala y Chilpancingo. La mayoría son empresarios de la hotelería, gastronomía, farmacéutica o tiendas de abarrotes”, comenta Pascual Romero García, vicepresidente de la Canacintra en la entidad.
Javier Saldivar Rodríguez, titular de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) en Acapulco, comentó que a pesar de que se han invertido recursos para mejorar la imagen y la economía del puerto, han cerrado mil 500 empresas agremiadas a las distintas cámaras entre los años 2009 y 2012.
La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación en el estado advierte que las extorsiones han llevado a 300 empresarios afiliados a cerrar sus comercios.
En la Canaco, Saldivar Rodríguez comenta que de los 8 mil 200 agremiados con los que contaba al iniciar 2012 “cerraron 4 mil; “el motivo fue la inseguridad y la falta de dinero”, situación por la que pide al gobierno federal que no abandone el programa Todos por Acapulco.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Acapulco asegura que ante el aumento de la inseguridad, 100% de sus agremiados han tenido que destinar hasta 20% de sus ganancias para mejorar su seguridad.
“En los años 2011 y 2012 creo que 100% de los socios invirtieron en seguridad desde 1% hasta unos grados extremos de tener que aplicar casi 20% de su presupuesto en seguridad. Eso sí es un hecho, estamos hablando de que en 2011 y 2012 casi 100% de los socios invirtieron en seguridad”, indica Fernando Vargas, presidente de la Coparmex.
Las extorsiones que se presentan en la entidad afectan principalmente a Chilpancingo y Acapulco, debido a que los dueños de hoteles, restaurantes y comercios en general tienen que pagar una “cuota” para tener derecho a trabajar.
“A trabajar, ese es nuestro derecho, a circular por todo el puerto. A que no nos roben, a que no nos hagan daño y, en palabras de ellos, a protegernos de otros grupos delictivos”, comenta Eduardo, empleado de una compañía gasera que es extorsionada por dos grupos diferentes.
El joven relata que a más de dos años de pagar entre 4 mil y 5 mil pesos semanales, otro grupo les pide la misma cuota.
Además de ser extorsionados por el crimen organizado, señala el joven habitante de una de las colonias populares en el puerto, las dependencias de gobierno también les exigen dinero.
“Profeco vende también sus favores para dejar operar a las empresas. Esos favores son: no dar sanciones o avisar cuando va una revisión; ellos piden 15 mil pesos. También nos piden comandantes de la policía para darnos protección”.
Para la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo en Acapulco, la situación es similar: han cerrado mil 500 empresas agremiadas entre 2009 y 2012.
La violencia y las extorsiones de las que son presa tanto los dueños de empresas como comercios en domicilios o incluso los vendedores ambulantes que ofrecen sus productos en el puerto, ha llevado a plantear en reuniones empresariales a crear grupos de autodefensa como sucede en las comunidades de la montaña.
“Qué te puedo decir de la extorsión. La estamos viviendo todos, ya sea telefónicamente o en persona. Lanzamos un S.O.S al gobierno federal. Si los pueblos ya se levantaron, no esperen a que se levante la ciudadanía. Convocamos a armarnos conforme a la ley, conforme al derecho, solicitándolo y si no nos contesta la Sedena nos amparamos. Esto es para la protección del patrimonio de cada uno de los acapulqueños”, revela Javier Saldivar Rodríguez, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo en Acapulco, Guerrero.
La idea de autodefensa no es vista con malos ojos por la Canacintra.
Saldívar Rodríguez asegura que a pesar de que se ha notado una mejoría tras la implementación del programa Guerrero Seguro, es necesario que los gobiernos municipal, estatal y federal implementen nuevas estrategias.
“Guerrero es un estado muy pobre, por lo que exhortamos a las autoridades de los tres niveles a que se coordinen y busquen estrategias en beneficio común”, pide Rodríguez.
Mientras tanto, el pan sigue siendo vehículo del chantaje en Acapulco. (EL UNIVERSAL)