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BERLÍN, 10 de febrero.- La Cuaresma se presenta en pie de guerra. El cardenal de Colonia, Joachim Meisner, ha escrito en una carta que será hoy leída en todas las iglesias que en Alemania hay una ola de 'catolicofobia', de manera que llama al clero y a los fieles a que soporten con valor "la malevolencia pública y las injustas acusaciones" de que es objeto la Iglesia católica alemana.
Meisner se refiere a los numerosos cuestionamientos y críticas en los medios alemanes de comunicación durante las últimas dos semanas por el hecho de que los médicos de dos hospitales católicos en Colonia se negaron recientemente a atender a una joven que declaraba haber sido recién violada y que pedía la píldora del día después. Argumentaron que, en casos como ese, un hospital católico no puede recetarla y el asunto se saldó con la visita de la joven a una tercera clínica.
El cardenal teutón Joachim Meisner declaró que en Alemania hay una ola de "fobia contra los católicos" y el purpurado está en pie de guerra para defender la doctrina y recuperar fieles para la Iglesia.
El caso ha desatado un intenso debate en toda Alemania. Ha vuelto a estar sobre el tapete el hecho de que en los centros de trabajo que financia la Iglesia católica alemana no se contrata personal divorciado o casado con divorciados.
A ello se suma el escándalo que sigue presente en la mente de los alemanes en cuanto a los abusos sexuales de sacerdotes a niños y jóvenes durante los años 60 y 70, así como la dureza de las monjas principalmente en hospicios de huérfanos.
La Iglesia alemana ha hecho al respecto un exigente ejercicio de transparencia que permita protocolos de prevención realmente efectivos y la salida a la luz de los abusos ha dañado seriamente la confianza de los fieles.
Pero la desafección de la sociedad alemana por la Iglesia tiene un trasfondo que trasciende las portadas de los periódicos y que el cardenal Meisner también cita en su carta. "La decisión con que la Iglesia protege la vida, el matrimonio y la familia", y la defensa de esos valores por parte del Papa y los Obispos "polariza cada vez más" en Alemania, afirma.
Como consecuencia de lo uno y de lo otro, en un país donde solamente el 30% de la población es católica, en los últimos dos años prácticamente la mitad de los fieles ha salido de la Iglesia.
En una carta pastoral enviada en diciembre a los fieles de la capital alemana, el cardenal Rainer María Woelki, arzobispo de Berlín, anunció que en breve se pondrá en práctica un plan con el que se reducirá progresivamente en un 70% el número de iglesias católicas en algunas zonas del noreste de Alemania, las zonas que históricamente era menos católicas, antes de 2020. "Esto no es sólo una reforma administrativa, sino también una reforma espiritual", comentó entonces el purpurado alemán.
Meisner no es el único que achaca esta situación de aguda crisis y de pérdida de seguidores a una moral general anti católica. El Prefecto de la Congregación de la Fe, Gerhard Ludwig Müller, ha hablado de una atmósfera de 'pogrom' contra la Igleisa en Alemania, país donde este término ruso se utilizaba hasta ahora solamente para referiré a los ataques nazis violentos contra la población judía, a la que pretendían aislar o destruir. (EL MUNDO)