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KANO, 9 de febrero.- Diez sanitarios adscritos a dos centros de salud en Nigeria resultaron muertos en dos ataques perpetrados por pistoleros. Las víctimas, la mayoría de ellas mujeres, trabajaban en campañas de vacunación contra la poliomielitis en sendos dispensarios de la ciudad de Kano, uno de los feudos de la milicia radical Boko Haram, a la que se atribuyen ambas acciones.
Shahida Akram, trabajadora de la salud, vacuna contra la polio a un pequeño en Islamabad, Pakistán, donde en diciembre al menos 9 vacunadores fueron asesinados tras rumorarse que la inmunización era para esterilizar a los niños y después de saberse que un médico usó una campaña para ayudar a la CIA a rastrear a Bin Laden. (AP)
En uno de los ataques, los asaltantes prendieron fuego a las cortinas del dispensario y cerraron la única salida antes de huir. «Reunimos todo nuestro valor y rompimos la puerta, porque nos dimos cuenta de que querían quemarnos vivos», relató una de las heridas desde el hospital en el que recibe atención. Estos crímenes, los primeros de este tipo que se conocen en el país africano, tienen un cercano precedente en Pakistán, donde al menos dieciséis voluntarios que participaban en la misma misión fueron asesinados los pasados meses de diciembre y enero por supuestos talibanes, lo que provocó la paralización del programa por la Organización Mundial de la Salud y Unicef, entidades que combaten la enfermedad en el subcontinente asiático.
Las declaraciones de clérigos musulmanes y políticos que relacionan la vacunación con la trasmisión del sida y la infertilidad serían los argumentos de los que se sirven los radicales para atentar contra los equipos médicos. En el caso de Nigeria, varios líderes religiosos habían asegurado, además, que la medida formaba parte de un complot estadounidense para volver estériles a las niñas y de esta manera despoblar África. Como consecuencia de esta oposición, la incidencia de la enfermedad resulta particularmente elevada.
La poliomielitis es un mal endémico en ambos países. El año pasado se notificaron 121 casos en el país africano (casi la mitad de los registrados en el mundo), frente a 58 en Pakistán y 37 en Afganistán.