590 palabras
IRLANDA, 2 de mayo.- El primer ministro irlandés, el conservador Enda Kenny, aseguró hoy que la futura ley del aborto no cambiará la normativa actual, sino que ofrecerá "certeza y claridad" a las mujeres y la profesión médica para determinar cuándo se podrá interrumpir un embarazo.
El jefe del Gobierno de coalición entre democristianos y laboristas insistió en que no están cambiando la posición sobre el aborto en Irlanda, un país que, dijo, "continuará siendo uno de los sitios más seguros del mundo para dar a luz".
El Ejecutivo aprobó anoche un controvertido proyecto de ley del aborto encaminado a autorizar la interrupción del embarazo cuando la vida de la madre esté en peligro, lo que incluye también la amenaza de suicidio.
Ante el rechazo que el texto genera entre los sectores más tradicionales de su partido, el conservador Fine Gael (FG), Kenny reconoció que la cuestión del aborto genera divisiones, es "compleja y delicada", pero recalcó que su objetivo es proteger a la madre y al "no nacido" clarificando las circunstancias que permiten la interrupción del embarazo.
En la actualidad el aborto es ilegal en Irlanda menos cuando la vida de la madre está en riesgo pero está sujeto a la interpretación de los médicos, que normalmente tienden a negarse a interrumpir embarazos por miedo a consecuencias legales o por convicciones religiosas en un país mayoritariamente católico.
El Ejecutivo irlandés aprobró anoche un controvertido proyecto de ley sobre el aborto. En la foto, el primer ministro, Enda Kenny.
Antes del verano La nueva ley, que debería entrar en vigor antes del verano tras pasar el filtro de un comité parlamentario y una votación en la Cámara Baja, sustituirá a la normativa actual, que permite interrupciones del embarazo en circunstancias muy limitadas siguiendo directrices muy vagas recogidas en la Constitución.
El borrador propone ahora que las interrupciones del embarazo en casos no considerados "de emergencia" se practiquen un unidades de ginecología del servicio público de salud, después de que dos médicos certifiquen que existe un "riesgo sustancial y real" para la vida de la madre.
Si se trata de una emergencia, un solo médico podrá decidir si es necesario practicar un aborto para salvar la vida de la embarazada. La inclusión de la amenaza de suicidio como motivo para abortar es la cláusula que más preocupa a algunos conservadores, pues creen que abrirá la puerta en Irlanda a lo denominan "abortos a la carta".
A este respecto, el proyecto de ley propone que un comité de tres expertos, compuesto por dos psiquiatras y un obstétrico, evalúe a través de un historial y entrevistas el estado de salud físico y mental de la madre, quien no será interrogada por los tres a la vez, tal y como querían los laboristas, para evitar dar un aire inquisitorial al proceso.
Si los expertos dan luz verde, será la madre la que decida seguir adelante con una interrupción, pero si ésta es denegada ella será la única que podrá apelar la decisión ante otra instancia médica compuesta por tres especialistas. (ABC.es)