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GUADALAJARA, Jalisco, 27 de julio.- El Arzobispado de Guadalajara solicitó que “se juzgue con mucha prudencia y mesura” acerca de la “hostia sangrante” que, desde el miércoles, fue anunciada como una “manifestación eucarística” por el cura José Dolores Castellanos Gudiño, del templo María Madre de la Iglesia, de Jardines de la Paz, quien aseguró haber escuchado una voz que lo instruyó a comunicar un mensaje a la comunidad católica.
La Iglesia Católica inscribe a la revelación del párroco del templo María Madre de la Iglesia de Guadalajara y a la "hostia sangrante" con el término "revelaciones privadas", que son afirmaciones en las que los católicos pueden creer o no, sin que esto suponga la menor falta.
Advirtió que “la Iglesia actuará con mucho escrúpulo para llegar a confirmar que, en realidad, se pueda hablar de un milagro eucarístico”. Es decir: no descarta la posibilidad de que Jesucristo se manifieste de esta forma, pero subrayó la importancia de “considerar que no se trata de algo ordinario y sencillo de discernir”, pues existen otros casos en los que “se ha comprobado la presencia del Señor de este modo”.
Explicó que en estas situaciones se procede a retirar del culto público la hostia consagrada y que el Cardenal Francisco Robles ordenó una investigación “que llegue a conclusiones ciertas, para que nadie quede desilusionado, confundido, engañado o algo semejante”.
No detalló pormenores sobre el cura Castellanos.
Después del retiro de la hostia, la afluencia de visitantes al templo de María Madre de la Iglesia descendió notablemente e incluso el acceso a la parroquia fue suspendido.
La Iglesia Católica inscribe a la revelación del párroco del templo María Madre de la Iglesia, José Dolores Castellanos Gudiño, y a la "hostia sangrante" con el término "revelaciones privadas", que son afirmaciones en las que los católicos pueden creer o no, sin que esto suponga la menor falta, indica el padre Armando González Escoto.
El investigador de la Universidad del Valle de Atemajac (Univa) explica que estos hechos se suelen dar y que la Iglesia suele proceder con la investigación de la salud física y mental del párroco o de quien afirma el suceso y del contexto sociocultural en que ocurre el acontecimiento; también analiza científicamente para determinar de qué sustancia se trata la mancha roja.
"En el caso que fuera sangre, la Iglesia no puede decir más que eso: 'aquí hay una hostia manchada de sangre'. De dónde provenga eso ya no lo puede la Iglesia decir. Simplemente testifica el fenómeno", afirma González Escoto.
Estima que antes de hacer el anuncio de un fenómeno de tal magnitud "habría que analizar de qué se trata para evitar una vana credulidad". Y apunta: "Recordar que para el verdadero creyente no se necesitan milagros. Jesús dijo 'dichosos los que sin ver creerán'".
Desde una visión sociológica o teológica, dice, la sociedad vive una situación de "angustia" por problemáticas familiares, económicas, de inseguridad. "Hay una situación en la gente de angustia. Cuando se da la noticia de que aparece un fenómeno sobrenatural van y acuden porque están buscando algo a lo que agarrarse, esperan un signo sobrenatural que les dé esperanza".
El padre afirma que la Iglesia no ha promovido fenómenos como los de la "hostia sangrante", pero sí investigado, pues "pueden tener múltiples interpretaciones". (El Informador)