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México (20 de marzo).- A la PGR se le “esfumó” José Salvador Puga Quintanilla, quien con indicativo El Pitufo fue uno de los testigos protegidos “estrella” que en el sexenio anterior llevó a la cárcel a funcionarios federales y locales.
Funcionarios federales admitieron que este hombre “desapareció” y que la Policía Federal Ministerial no ha sido capaz de ejercer ejercer acción penal en su contra, como parte de la averiguación previa PGR/SEIDO/UEIDCS/280/2013.
Esta indagatoria deriva de su detención en septiembre de 2008 por su presunta responsabilidad en el plagio de un empresario por quien exigió tres millones de pesos de rescate, hecho por el que entonces se abrió la indagatoria PGR/SIEDO/UEIDCS/234/2008.
A pesar de sus antecedentes, el 29 de octubre de ese año fue reclutado como “informante” de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), según el acuerdo firmado por la agente del Ministerio Público de la Federación, Silvia Méndez Mendoza, quien estaba bajo las órdenes de la entonces titular del área, Marisela Morales.
Sus declaraciones fueron utilizadas para realizar acusaciones de nexos con el narcotráfico —que se derrumbaron en tribunales— contra el general Tomás Angeles Dauahare, el ex comisionado de la Policía Federal, Javier Herrera Valles, el ex alcalde de Cancún, Greg Sánchez, así como en el denominado michoacanazo, entre otros.
En el convenio que firmó con la SIEDO en 2008, hoy denominada Subprocuraduría Especializada de Investigación en Delincuencia Organizada, afirmó que había “trabajado” aproximadamente cuatro años con Los Zetas, que eran el brazo armado del Cártel del Golfo.
Su ingreso al programa de testigos “colaboradores” en el sexenio calderonista se dio luego de que convenció a funcionarios de la PGR que era compadre de Heriberto Lazcano, El Lazca, el líder de Los Zetas abatido por la Marina en octubre de 2012, y que contaba con “información confidencial” del grupo delictivo.
Sin embargo, su indicativo El Pitufo apareció posteriormente en decenas de expedientes, aunque sus testimonios no sirvieron para sustentar acusaciones en diversos casos relevantes.
Funcionarios de la PGR admitieron que Puga Quintanilla se ofrecía para declarar contra quien fuera, pese a que en comparecencias judiciales no pudo identificar físicamente a quienes acusó de nexos con la delincuencia organizada.
El Pitufo pasó de testigo “estrella” en la administración pasada a prófugo de la justicia con el actual gobierno, pues el 30 de agosto de 2013, la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra la Salud de la SEIDO consignó un expediente penal en su contra.
Las autoridades reabrieron la investigación por el secuestro de un empresario y solicitaron ante el juzgado décimo de distrito en el Estado de México, con residencia en Naucalpan, la orden de aprehensión que fue liberada por delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad y delitos contra la salud en la modalidad de posesión con fines de comercio de opio.- (Milenio)