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MEXICO, D.F., 20 de marzo.- ICA informó que el Sistema de Transporte Colectivo no involucró al consorcio que encabeza junto con Alstom y Carso, en la compra de los trenes de la Línea 12 del Metro en diciembre del 2009, ni se le proporcionó información técnica sobre él.
En un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, dijo que conoció algunas características de los trenes para la Línea 12 del Metro hasta marzo del 2012, tres meses antes de la llegada de los trenes y con la vía casi terminada.
"El tren seleccionado para la Línea 12 es muy diferente al utilizado en la Línea 'A'.
"Los cambios más importantes se refieren a dimensiones, peso y número de carros, distancias entre ejes y perfil y características de las ruedas. Cabe señalar que después de 22 años de operación, la Línea 'A' no ha presentado los daños que manifiesta hoy la Línea 12", señaló la empresa.
El comunicado también asegura que la constructora, en septiembre del año pasado, presentó un escrito al Sistema de Transporte Colectivo sobre los daños que presentaba el sistema de vías por el paso de los trenes.
Las constructoras acusaron al Sistema de Transporte Colectivo del deterioro del sistema de vías de la Línea 12 del Metro ya que, “no dejó ingresar a su personal en cuatro meses”.
El consorcio aseguró, a través de un comunicado, que el Programa de Mantenimiento no se pudo cumplir conforme a lo establecido por la suspensión de acceso al sistema de vías.
"El programa de mantenimiento de vías establecido por el consorcio no pudo realizarse conforme a lo establecido en el manual. El atraso corresponde a que el STC no permitió al consorcio el acceso al sistema de vías por espacio de cuatro meses".
Informaron que fue “hasta agosto del 2013 cuando se pudo reiniciar el mantenimiento, teniendo como consecuencia un alto grado de deterioro en las vías”.
"Si hubiera existido el mantenimiento que recomendamos no hubiera sido necesario parar la Línea 12", afirma Bernardo Quintana, presidente del consejo de ICA.
El ejecutivo se sentó junto a sus socios en el consorcio que llevó adelante la obra de la Línea Dorada del Metro, Cintia Angulo, de Alstom, y Antonio Gómez, CEO de Infraestructura y Construcción de Carso, para dar hace unos minutos su versión de la situación de la Línea 12.
Según los ejecutivos, hubo un trasfondo político en la decisión de parar el Metro que no tenía que ver con cuestiones de seguridad como se esgrimió. En frente común, las tres empresas afirmaron que la obra en sí está totalmente documentada y bien terminada.
La decisión del Gobierno capitalino de cerrar una parte de la línea 12 fue extrema y pudo haberse evitado, además de que hasta el momento no se ha sustentado con un protocolo técnico, indicó Bernardo Quintana Isaac, presidente de la constructora Ingenieros Civiles Asociados (ICA), quien forma parte del consorcio que tuvo a su cargo la obra civil del proyecto.
"No podemos decir que el Gobierno no debió haber cerrado las estaciones que cerró, pues lo hizo bajo el argumento de resguardar la seguridad de los usuarios y bajo ese paraguas caben muchas cosas, pero si podemos decir que es su responsabilidad haber llegado a este punto, pues no se nos permitió darle el mantenimiento oportuno", comentó el empresario.
Agregó que la determinación parece guiada por otro tipo de intereses extra técnicos con los que probablemente se "quisiera mandar un mensaje de otra naturaleza", puesto que no se ha explicado el fondo técnico del supuesto riesgo de mantener la línea completa en operación y descartó que de mantener rodando los trenes por el tramo que se cerró al público existiera peligro de descarrilamiento.
"Tan es así, que hasta la fecha los convoyes siguen circulando para llegar a los talleres", replicó.
Pese a que ICA, Carso y Alstom trabajaban con el Gobierno del Distrito Federal para resolver el desgaste en la Línea 12 del Metro, la decisión de detenerlo fue unilateral de la autoridad, pues era posible darle mantenimiento y que operara, aseguraron estas empresas.
El consorcio constructor de la Línea Dorada aseguró que detenerla fue una decisión política.
En conferencia, Bernardo Quintana, presidente del Consejo de ICA, dijo que el tren no debió detenerse y pudo bastar con reducir el peso de los trenes y dar mayor mantenimiento.
La Línea 12 demandaba más mantenimiento, pero el Sistema de Transporte Colectivo no les permitió darlo y el que proporcionó la autoridad fue insuficiente.
"No vimos un problema de descarrilamiento y seguimos sin verlo", comentó Quintana.
El consorcio lleva cinco meses sin contrato de mantenimiento, pero sigue dándolo, aseguró.
Antonio Gómez, de Carso, descartó que sea necesario volver a trazar las curvas de la línea.
Las reparaciones al proyecto tardarán entre cuatro y seis meses, estimaron.
Las empresas descartaron conocer la inversión que requerirán las obras que tendrán que realizarse actualmente.
El consorcio que edificó la última ruta del Metro se desmarcó del trazo con curvas que presenta la Línea 12.
El consorcio señaló que el Sistema de Transporte Colectivo (STC) fue el que determinó el trazo, tomando como base de diseño la Línea A, pues así lo solicitó.
"El STC determinó el trazo de la línea 12 y definió la ingeniería básica del sistema de vías", aclararon las empresas.
"Que el STC supervisó directamente la selección del riel y participó en visitas a los proveedores en Europa, certificando el cumplimiento de los procedimientos y garantías de fabricación exigidos en la especificación autorizada por el PMDF (Proyecto Metro) y por el mismo SCT".
El tren seleccionado para la Línea Dorada, agregan, es muy diferente a los de la Línea A, siendo las dimensiones, peso, número de pasajeros y distancias entre ejes los cambios más significativos.
El consorcio constructor de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro "tomaron la responsabilidad de la construcción de la infraestructura física" que incluye obras civiles, los túneles, pasos elevados y la vía sobre la que van los trenes así como "todo el equipo eléctrico de intercomunciación, la electrificación de la vía".
Gabriel Ibarra, director de relaciones institucionales de Ingenieros Civiles Asociados (ICA), integrante del consorcio constructor, detalló que el contrato "no consideró un concepto integral. Es decir, nunca nosotros fuimos parte del proyecto en lo que toca a los trenes."
Entrevistado en el noticiero de José Cárdenas, el representante de ICA explicó que su función fue desarrollar el proyecto ejecutivo "basado en el concepto de la Línea A del Metro, que utiliza rueda férrea, igual que esta Línea 12, a diferencia de otras 11 líneas que usan rueda neumática."
Ibarra Elorriaga expuso que "el trazo del proyecto desde el inicio del proceso de licitación se estableció que era un tema no discutible, es decir había que trabajar con el trazo que el Metro había establecido para la Línea 12 del Metro".
Sobre las curvas, que es una de las causales del problema en las vías, el representante de ICA respondió: "Nosotros firmamos el contrato en junio de 2008, iniciamos obras en el segundo semestre de ese mismo año. Se adjudica la compra de los trenes en diciembre del 2009 y en marzo de 2012 nosotros conocemos en detalle las características del tren y se inician las pruebas en junio del mismo 2012, cuando se empiezan a apreciar estas dificultades de comunicaciones."
Acotó que el especialista de Bruselas fue traído por el consorcio para "tratar de aclarar los aspectos técnicos del proyecto" y lo que señaló el experto fue que la dilatación por los rayos del sol, por el calor, permiten la expansión de los rieles.
El belga advirtió que "si esto continuaba así y no se tomaban medidas, efectivamente podría haber riesgo de descarrilamiento". (Agencias)