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México (20 de marzo).- De acuerdo con el estudio realizado por el Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI), los mexicanos dijeron que, en una escala del 0 al 10, se calificaron con 8 en satisfacción de vida y con 8.4 en felicidad.
Fue en 2011 cuando México, como parte de los compromisos adquiridos en la Conferencia Latinoamericana para la Medición del Bienestar y la Promoción del Progreso de las Sociedades, levantó la primera encuesta sobre satisfacción de vida y bienestar sustantivo; el proyecto estuvo a cargo del INEGI.
Bután fue el primer país que desde 1972 comenzó a medir la felicidad de sus habitantes. El rey de este país concluyó que el motor del desarrollo de su reino debía ser la felicidad interior bruta (FIB) o el Índice Nacional de Felicidad. En su opinión, el progreso de su pueblo no podía medirse únicamente por el dinero; el desarrollo económico debía ir acompañado del desarrollo cultural, espiritual, medioambiental, así como de un buen gobierno.
A instancias de esta nación, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó por consenso una resolución titulada “La Felicidad: hacia un enfoque holístico del desarrollo”, en la que “considerando que la búsqueda de la felicidad es una meta y una aspiración humana universal” y “reconociendo que el Producto Nacional Bruto es un indicador que no fue diseñado para reflejar la felicidad y el bienestar de la gente”, invita a los Estados a “desarrollar nuevos indicadores” y adoptar otras medidas para que “la felicidad y el bienestar” puedan orientar las políticas públicas.
Este 20 de marzo se celebra el Día Internacional de la Felicidad, resolución decretada por la Asamblea General de la ONU el 12 de julio de 2012; la fecha reconoce la importancia de la felicidad, así como del bienestar, en el cumplimiento de metas universales y aspiraciones legítimas del ser humano.
Otros países, como Japón y Corea del Sur, han incluido el concepto de felicidad en sus constituciones; Canadá ha adoptado el Índice Nacional de Bienestar; en Brasil, un grupo importante de legisladores está trabajando para incluir “alcanzar la felicidad” como un derecho inalienable como son la educación, el trabajo, la alimentación y la salud y, finalmente, en el Reino Unido se creó la iniciativa “Acción por la felicidad” (Action for Happiness) en la cual trabajan economistas, políticos, abogados y psicólogos y buscan generar políticas públicas que promuevan la felicidad entre sus habitantes.- (La Vanguardia)