2017 palabras
MEXICO, D.F., 20 de marzo.- Los monopolios que operan en México podrían tener sus días contados e incluso corren el riesgo de ser divididos por afectar al crecimiento económico del país.
El golpe más temido para los grandes corporativos será el poder de las autoridades para obligarlos a dividir sus compañías o desinvertir en activos en caso de ser responsables de prácticas monopólicas.
Para especialistas, las empresas que estarán en la mira de las investigaciones serán Bimbo, Bancomer, Banamex, Cemex, Lala, Alpura, Coca Cola, Maseca, Aeroméxico, Televisa y América Móvil, entre otras. Estas compañías no sólo son sospechosas por su tamaño sino por el impacto en precios e influencia en competidores.
Los sectores donde se darían los primeros golpes serían bancos, aerolíneas, transporte, construcción, petróleo y electricidad, los cuales fueron destacados dentro del Plan Estratégico 2014-2017 de la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), el órgano antimonopolios del país.
El impacto de la nueva ley, explicaron expertos, puede generar certeza jurídica o en caso contrario frenar las inversiones hacia el país, porque si bien impulsaría el crecimiento económico e incentivaría la competencia; por otra parte nuevos conceptos que contiene pueden provocar incertidumbre en los inversionistas extranjeros.
La economía mexicana se construyó con base en monopolios, oligopolios y concesiones en diferentes sectores que se otorgaron a amigos o personas cercanas a los círculos de poder para apaciguarlos y, ahora en el camino hacia la democracia, México sufre las consecuencias de estos errores históricos, comentó Clara Luz Álvarez, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de UNAM.
“En México podemos tener las mejores leyes, pero aplicarlas es lo difícil, necesitamos elementos que sean efectivos porque si la COFECE determina que alguna empresa realiza prácticas monopólicas y en los tribunales no procede la sanción no sirve de nada, se necesita una mezcla de marco jurídico, leyes y exigencia de consumidores”, añadió.
El deficiente crecimiento de la economía mexicana puede explicarse en parte por la concentración de ciertos mercados, lo cual se traduce en incremento de precios, pérdida de bienestar y un desarrollo por debajo del nivel óptimo, de acuerdo con el estudio Agenda de reformas en México para un crecimiento incluyente elaborado por el Banco Mundial.
“La falta de competitividad refuerza las desigualdades existentes, afectando de manera desproporcionada a los hogares de bajos ingresos. En promedio, 32% del gasto de los hogares se utiliza para comprar productos y servicios en mercados altamente oligopólicos o monopólicos”, añade el estudio.
Un monopolio representa una empresa que tiene control sobre la producción, distribución o venta de un producto o servicio, además de que genera un daño o impide la competencia en el mercado, mientras que un oligopolio se refiere al control en un pequeño grupo de competidores o compañías.
En México, la Ley de Competencia Económica vigente y la nueva contemplan dos tipos de prácticas monopólicas: absolutas y relativas. Las primeras se refieren a los acuerdos entre competidores y, las segundas a los acuerdos entre empresas que no son competencia entre sí, pero participan dentro de la misma cadena de producción, distribución o venta.
“La nueva ley secundaria en materia económica, que se espera sea votada esta semana, tiene tres conceptos novedosos que no se había visto y necesitan aclararse: 1) Barreras a la competencia; 2) Insumos esenciales y 3) Desincorporación de activos en otra modalidad, esto puede significar todo y nada”, dijo Marco Ávalos, catedrático de la Universidad Iberoamericana.
Dentro de los capítulos 4, 5 y 123 de la nueva ley de competencia económica se establecen los nuevos conceptos que preocupan a empresarios y especialistas, sin embargo, para algunos actores representan sólo adecuaciones de las mejores prácticas internacionales para la realidad del país.
“No son nuevos términos, sólo son adecuados a la realidad del país, aunque si estamos proponiendo que quede más claro el tema de desincorporación de activos y que las definiciones sean más precisas, en ese sentido irán nuestras propuestas porque hemos visto que en México hay pocos ricos y monopolios que han actuado de manera abusiva”, comentó Carlos Augusto Morales, diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Para especialistas, otro de los errores de la nueva ley de competencia económica está en que el Gobierno pueda solicitar al órgano antimonopolios una investigación sobre prácticas monopólicas que deberán ser tratadas con carácter preferencial, lo cual en opinión de expertos puede quitar la autonomía de la dependencia y servir como herramienta de control de las autoridades.
“La sugerencia del gobierno tendrá carácter preferencia y eso desde mi punto de vista viola un poco la autonomía, entiendo que el gobierno puede intervenir, pero el control lo debe tener la COFECE”, añadió Ávalos.
Los mercados en México con menor número de competidores, es decir, con una alta concentración en pocas empresas van desde la comercialización de leche, huevo, tortilla, cerveza, cemento y refrescos, donde empresas como Alpura, Lala, Bachoco, Maseca tienen un poder monopólico que va en detrimento de los consumidores, explicó Gabriel Pérez, director de la carrera de economía de la Universidad Panamericana.
“Hay estructuras económicas muy concentradas y pocas empresas abastecen a la totalidad del mercado, eso ha pasado por muchos años en México”, indicó.
Para especialistas, la COFECE ya envío las primeras señales de dónde iniciará sus regulaciones relacionadas con prácticas monopólicas y éstas se plasmaron en su plan estratégico, sin embargo, para llegar a una resolución que implique multas o desinversiones se necesitará de un estudio complejo.
“Cuando existe una empresa grande o fuerte no necesariamente daña a la competencia, porque hay empresas muy grandes que no causan daños, pero hay otras gigantes y agresivas que se deshacen de la competencia. No se debe satanizar a los grandes competidores, ahí se debe ser muy cuidadoso no de mandar una mala señal”, comentó Miguel Flores, especialista en competencia y ex comisionado de la extinta Comisión Federal de Competencia (COFECO)
Para Xavier Ginebra, quien también fue comisionado de la COFECO y es especialista en el tema de competencia económica, Bimbo, Cemex, Bancomer, Banamex serán las más propensas a estar bajo una investigación del nuevo órgano antimonopolios, debido a que se encuentran en mercado claves.
“Algunas empresas que están señaladas con nombre y apellido son Bimbo, otras del sector financiero como Bancomer y Banamex, serán las primeras en ser investigadas, son empresas dominantes y controlan sus sectores”, manifestó Xavier Ginebra.
Con los cambios en la regulación y las posibles sanciones, las compañías nunca han dejado de lado la posibilidad de luchar en los tribunales y esto será parte de las consecuencias de la nueva ley de competencia económica, comentó Federico Garza, miembro de la Asociación Nacional de Abogados de Empresa (ANADE) y abogado del bufet Baker Tilly Mexico.
“En realidad no hay tanto miedo por la desincorporación de activos, en realidad el temor es a dejar de percibir los ingresos que hoy se tienen, pero ante las nuevas disposiciones de la ley van a presentarse demandas y los medios de defensa para las afectaciones específicas en los diferentes sectores”, apuntó.
En el 2005, la COFECO sancionó a empresas relacionadas con The Coca Cola Company por 159 millones de pesos por intentar frenar la entrada de ¨Ajemex, productora de la marca Big Cola. En fechas recientes, Telcel, Whirpool y Panasonic, entre otras, también fueron multadas por prácticas monopólicas.
En el sector de telecomunicaciones, los cambios podrían generar mayor competencia con nuevas cadenas de televisión abierta y las restricciones a los agentes preponderantes que acaba de declarar la COFECE, consideró Gonzalo Rojón, socio director de The Competitive Intelligence Unit (CIU).
“En varias ocasiones han sido multadas distintas empresa, la COFECO puso una multa de mil millones de dólares a Telcel por tarifas. Las nuevas leyes de preponderancia se han aplicado a nivel internacional, no se está inventando el hilo negro, cuánto tiempo se van a ver los efectos, podrían tres, cuatro o nueve años, dependerá de las condiciones del mercado y la aplicación de estas”, agregó.
Un estudio entre la COFECO y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que 30% del gasto familiar en México se lleva a cabo en mercados con problemas de competencia como refrescos, jugos, cerveza, medicamentos, leche, electricidad y telefonía móvil, por lo que en estos mercados los consumidores pagan 40% de lo que pagarían con una buena competencia en el mercado.
“Tanto en México como en Estados Unidos y Canadá, las prácticas monopólicas y actos colusivos por parte del sector privado se regulan y castigan de acuerdo a las leyes de competencia. Sin embargo, también existen ciertas regulaciones que bajo la justificación de proteger el consumo, el empleo y salvaguardar la soberanía nacional inhiben la competencia”, considera el estudio Regulación y Competencia elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
De acuerdo con el Global Competitiveness Report del Foro Económico Mundial, México se encuentra en el lugar 107 de 128 países en cuanto a la concentración del mercado en pocas empresas y en el lugar 114 en cuanto a la eficacia de las políticas antimonopolios para frenar este tipo de prácticas.
En nuestro país, la práctica de una política antimonopolios comenzó en 1993 con la publicación de la actual Ley de Competencia Económica, la cual abrogó a la Ley Orgánica del artículo 28 Constitucional en materia de Monopolios, la Ley sobre Atribuciones del ejecutivo federal en Materia Económica y otras. Esta legislación tuvo varias reformas hasta 2012.
“Las nuevas legislaciones son claves para generar crecimiento económico sano y en los mercados una ley fomenta la competencia. Hoy es clave la reforma secundaria para saber cómo actuarán los organismos reguladores, porque se espera se devuelva la soberanía a los consumidores que son que los productores”, comentó Gabriel Pérez, de la Panamericana. (El Universal)