597 palabras
La calle 60 entre 61 y 63 se convirtió la noche de este jueves en un campo ancestral con el juego de pelota maya, Pok Ta Pok, que se llevó al cabo como parte de las actividades del programa municipal 5 Milenios de Historia Maya, organizado el Ayuntamiento de Mérida y que hoy viernes concluye con la instalación de la Cápsula del Tiempo en el Centro Cultural Olimpo.
Juego y ritual maya en el corazón de Mérida
Jóvenes caracterizados con penachos, capas y sandalias ambientaron la ceremonia con instrumentos autóctonos y anunciaron el inicio del ritual que despertó gran interés a numerosos meridanos y turistas nacionales y extranjeros.
El director de Desarrollo Económico, Luis Felipe Riancho Cámara y la subdirectora de turismo, Petite Lizarraga, presidieron el evento y explicaron que el juego de pelota, tenía mucho de ritual entre los antiguos mayas y su importancia era tal que lo guerreros se sentían honrados de participar en ese juego, aunque el final, según dicen los historiadores, fuera la muerte para el equipo perdedor.
Antes de que entraran los jugadores, se ofreció una explicación sobre el fin de una era maya y se invitó a reflexionar sobre lo que le hacemos a la madre tierra, a la naturaleza, al aire, al agua, a los árboles y todo lo que nos rodea. Se invocó al dios maya Hunab Ku para que bendiga a los habitantes de la región a fin de que prevalezcan la salud, la paz, el respeto, los alimentos y el trabajo.
Posteriormente, los guerreros mayas saltaron a la cancha, mientras por las bocinas se escuchaba una explicación sobre el sentido maya de la vida. La música autóctona se escuchaba de fondo y envolvía a los habitantes, lo mismo que el olor a incienso que se quemaba en un pebetero a los pies de la tarima.
El Halach Unic realizó la ceremonia del fuego para consagrar y purificar a los guerreros mayas antes de comenzar el juego. El sonido del caracol invadió la calle cuando el sacerdote maya lo hizo sonar hacia los puntos cardinales, hacia el cielo y el inframundo.
El Halach Uinic dio un mensaje en lengua maya, en el que pidió oraciones para que acaben las guerras y la paz reine en el mundo. Afirmó que el 21 de diciembre no es el fin del mundo, sino el inicio de una nueva era maya, que debemos aprovechar para la reconciliación de la humanidad y el reencuentro con la madre naturaleza.
Una princesa maya entregó posteriormente la pelota al director de Desarrollo Económico, que a su vez la entregó al Halach Unic y éste a los guerreros mayas para comenzar el juego.
Los golpes a la pelota con caderas y antebrazos buscan meter la pelota en una especie de aro colocado aproximadamente a dos metros del piso. Fuertes aplausos coronaron el éxito de los jugadores al lograr tal hazaña.
Luego de este juego, los guerreros descansaron unos minutos para posteriormente saltar de nuevo a la cancha para jugar una variante del juego de pelota, ahora con el balón en llamas y auxiliados por unos bastones de madera. Esta variante, según se explicó al público, es herencia purépecha.