458 palabras
Viernes 21 de diciembre.- Utilizando modelos de choques de asteroides en la Tierra, y suponiendo que se logren llevar humanos a Marte, científicos auguran que las personas que pisen el suelo marciano podrían ser testigos del impacto de un asteroide de un megatón.
La colisión de asteroides es uno de los desastres naturales más temidos por la humanidad, por ello es una importante tarea predecir cuándo un fenómeno de este tipo puede suceder en la Tierra y en Marte, esto tras la ambiciones de llevar a humanos al planeta vecino.
Impacto en Marte (Don Dixon/Cosmographica).
Esta tarea se basa en buscar impactos, de los cuales se mide su tamaño y la velocidad con la que chocaron, para conocer el número de fenómenos sucedidos y utilizarlos como referencia para predecir los que podrían pasar.
Sin embargo, esta tarea se complica, pues las huellas de estas colisiones suelen ser borradas por procesos como la erosión y los movimientos tectónicos.
A pesar de ello, investigadores de la Universidad de Puerto Rico han logrado crear un modelo matemático que describe la tasa de impactos en la Tierra con los datos existentes, de acuerdo a MIT Techonology Review.
El método utilizado señala que el asteroide Tunguska, que chocó en Rusia y que tiene de alrededor de 10 megatones, suceden una vez cada 100 años y que objetos de un megatón suceden cada 15 años.
Con el éxito obtenido con los modelos terrestres, los científicos aplicaron el mismo modelo a Marte, donde el índice de impacto aumenta debido a su cercanía con el cinturón de asteroides, así obtuvieron que el planeta rojo recibe un impacto de un megatón cada tres años.
Los investigadores destacan el conocimiento de estos datos para preservar futuras misiones tripuladas a Marte, las cuales podrían durar varios años. "Los visitantes de Marte tendrán una alta posibilidad de ser testigos de un impacto de este tipo", aseguran.
Y resaltan que los choques en Marte son más violentos que en la Tierra debido a que el planeta rojo tiene una atmósfera más delgada que opone resistencia al objeto celeste.
Por ahora la evidencia empírica obtenida con sondas en el suelo marciano y orbitadores, no parece encajar con el modelo que proponen los científicos, por lo que alegan que el estudio necesita ser profundizado. (EL UNIVERSAL)