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Caminando por la calle, el letrero de “Alto” ordena que debemos detener el paso. Entramos a un edificio y otro letrero advierte “Escaleras eléctricas”. Somos huéspedes de un hotel y buscamos el restaurante italiano, y unas letras grabadas en una bella piedra labrada nos informan si llegamos al lugar indicado. Esto que narro, no parece nada fuera de lo común, ¿verdad?
Pero realmente, no es así. Tal vez no nos hemos dado cuenta del poder de los letreros y la señalética, los que nos dicen qué camino seguir y si estamos donde debemos estar.
Cynthia A. Medina Rodríguez, creadora de la empresa yucateca Mayafuerte, lo sabe. Y desde 2008, compañías de todos los niveles de Campeche, Yucatán, Quintana Roo y varios estados del país recurren a sus servicios para hacer de algo tan sencillo —el qué, cómo, dónde— en algo único, irrepetible y distintivo de sus negocios.
El cliché de la “mujer de negocios” no va con Cynthia, de 31 años. Incluso, ella aclara que no se considera empresaria, sino comerciante, además de considerarse a sí misma como “una de las personas más exitosas que conozco” porque se dedica a lo que ama. El tan buscado éxito, para ella, viene completamente del interior, no tiene relación con factores externos.—Te vas a reír... Desde pequeña, desde los 4 años, sé que quiero hacer letreros —cuenta Cynthia.
—Estudié psicología, pero no me dedico a nada de eso. Cuando me gradué, abrí consultorio, trabajé en Fundación “Haciendas del Mundo Maya”; también impartí clases. Sin embargo, la vida me fue llevando a encontrar mi sustento en algo que yo misma pudiera palpar. La psicología es algo muy abstracto, que no podía controlar; hoy tengo un pleno manejo de los detalles, de todo lo que quiero que suceda —relata.
Pero, ¿letreros, materiales, señales, canteras, psicología? ¿Cómo fue esa transición? —nos cuestionamos en A7.
—Recorriendo Paseo de Montejo, en una Navidad, recuerdo que dentro de una reja vi un letrero enorme; creo que era de una farmacia. Introduje la mano en la reja y pensé: “¿Cómo hacen esto? ¿cómo metieron la luz?” Era el razonamiento de una niña de 4 años —añade.
Conforme Cynthia fue creciendo decidió estudiar Psicología porque realmente no sabía que había la opción de dedicarse a su trabajo actual. Quizá, afirma, debió estudiar Diseño Industrial. “Aunque hoy día soy la persona menos credencialista del mundo, porque ya sé qué es lo que tengo qué hacer sin necesidad de estudiarlo. Me entrenaron mis proveedores y la gente que estuvo cerca de mí”.
Mientras laboraba en distintos empleos relacionados con la psicología, poco a poco, inconscientemente, se fue orientando a lo que realmente quería, el “¿cómo se hace? ¿qué podemos poner? ¿cómo vamos a resolverlo?”. Unos amigos la invitaron a trabajar en letreros, luego en aceros inoxidables, también en Relaciones Públicas. “La vida me fue entrenando para ser especialista en materiales, que es lo que somos realmente en Mayafuerte”, explica.
La aprendiz de violín —porque disfruta tomar clases y tocar para sus amigos— podía ser la dueña de su tiempo, “algo que no sabía que era posible en las compañías donde estuve. No digo ser mi jefa, porque mis jefes, realmente, son mis clientes”.
Así que comenzó Mayafuerte. Sí, ya sabes, con un elemento siempre presente: el miedo a que no funcionara —aclara. El lanzamiento fue en la casa de su mamá, con $500 o $1,000 en la bolsa, utilizando la computadora familiar, “y mi cerebro”, detalla. Y de ahí, a llamar clientes y a ofrecer sus servicios a los encargados de compras de las compañías. Seis meses después comenzaron las llamadas de vuelta, siendo el primero el Grupo Xcaret. “Necesito unas rejillas, y te las compro si me las entregas en determinado tiempo”. Dijo que sí.
Cynthia recalca que sus proveedores son su gran fuerza, ya que desde que inició, la han entrenado con todos los detalles técnicos de los materiales que utiliza. “Yo voy a los talleres a supervisar que efectivamente están haciendo lo que yo imaginé y ofrecí a mis clientes”.
Mayafuerte, añade, ha evolucionado como una boutique. “No pretendemos ser una gran empresa de señalética, todo el servicio que ofrecemos es personalizado, que es el valor agregado, así como integridad, confidencialidad y alta calidad. Esto sería el sello de Mayafuerte. No queremos perder ese saborcito del mercadeo”.
“Aquí viene gente que busca piezas muy especiales, porque para nosotros no son letreros, son piezas, es un proyecto; detrás hay muchísimo esfuerzo de seres humanos”, asegura.
Hoteles de la Riviera Maya, constructoras, hospitales, colegios, campos de golf y complejos residenciales son de los principales clientes de la empresa. De acuerdo con el nivel del proyecto, se contrata personal. “Lo que yo nunca quiero perder, es el trato directo. Tenemos dos tipos de clientes: las empresas que nos contactan por internet, y los que vienen a la tienda”, dice. A pesar de que cuenta con el valioso apoyo de Alejandro, el encargado de la tienda, cuando se requiere algo más elaborado, Cynthia hace su aparición.
“Nosotros siempre buscamos la satisfacción del cliente, no importan los límites. La cereza del pastel, el último proveedor al que llaman, es algo de señalética, porque representa la imagen que quieren dar. Y la diferencia la hace el material, cada uno dice algo distinto”, recalca.
La gente común y corriente, como usted, como yo, también tiene un lugar en Mayafuerte. Ofrecen numeración residencial de acero inoxidable, placas, reconocimientos, así como lavamanos, lámparas… ¡lo que se le ocurra!
En Mayafuerte utilizan aluminio, acero inoxidable, cantera maya, mármoles, granitos, madera, cobre, bronce, acrílico, torviceles y viniles, polímeros, pieles, chapas de oro y plata, entre otros. Además, piedras de la región como Macedonia, Ticul, Conchuela, Toc, Fósil y Catalina, “lo que también representa un apoyo para los cantereros de Yucatán. Aquí traen los productos y los comercializamos. La gente pide la piedra”.
“Gracias a nuestra actitud de nunca decir ‘No se puede’ a los clientes, tanto en material como diseño y tiempo, somos de los primeros en las principales páginas de proveedores de la nación”, agrega Cynthia Medina, quien eligió a Santa Catalina de Bolonia como la “patrona” de Mayafuerte: “.… la gente la relaciona con la creatividad y los artistas. Para nosotros creatividad es inteligencia divirtiéndose”.
La comerciante revela que tiene otros proyectos en puerta, empresas en las que llega el cliente, consume y se va: Una dentro del giro de alimentos y bebidas que no contradicen quienes tienen una actitud vegana ante la vida, y una gasolinera. Incluso, tiene una idea de la jubilación. “Trabajar cuatro horas y tener dinero para viajar, conocer el mundo, las comunidades”.
Si le interesa conocer y contratar los productos de una empresa de gente joven, interesada en proyectar, que saben lo que están haciendo y pueden responder a los clientes como las grandes empresas, puede visitar las instalaciones de Mayafuerte en Circuito Colonias por 7 y Avenida Cúpules No. 179 E Colonia García Ginerés (frente a Canacintra); los teléfonos son 285-79-88, 999346-76-36; el correo electrónico contacto@mayafuerte.com.mx. El sitio web es mayafuerte.com.mx.
Para cerrar, recordemos parte de su misión: Hacer realidad las ideas de sus clientes.