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MÉRIDA, Yucatán, 25 de febrero.- Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, arzobispo de Yucatán, agradeció a Dios y al Papa Benedicto XVI por su nueva encomienda en la Comisión Pontificia para América Latina.
Explicó que dicho cargo implica un servicio de cinco años para representar los intereses de la Iglesia Católica en los países de América Latina en El Vaticano.
“Agradezco a Dios y al Santo Padre que tuvo la bondad de darme este nombramiento; también, doy gracias a los obispos de México de la Conferencia del Episcopado Mexicano, al cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, y Guzmán Carriquiry, secretario de la Comisión Pontificia para América Latina; destaco la buena disposición de todos ellos para que el Santo Padre confirmara esta nueva tarea dentro de la Pontificia Comisión en la que participan 22 cardenales y 16 arzobispos”, declaró Berlie Belauzarán ante los medios previo a la celebración de confirmaciones en la Iglesia de la Santa Cruz.
El arzobispo Emilio Carlos Berlie Belaunzarán obsequió a Benedicto XVI una artesanía elaborada por yucatecos que forman parte de la Pastoral del Mar. La ocasión fue el encuentro de Obispos con el Santo Padre, en Roma, en diciembre pasado. (Foto Arquidiócesis de Yucatán)
El portal de la Conferencia del Episcopado Mexicano indica que Emilio Carlos Berlie Belaunzarán nació en Aguascalientes el 4 de noviembre de 1939. Realizó los estudios de filosofía en el Seminario Nacional de Montezuma, Nuevo México, Estados Unidos. Luego, en Roma, cursó Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana, estudiando también Ciencias Sociales. El Doctorado en Teología lo adquirió en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma.
Recibió el Sagrado Orden del Presbiterado en Roma, de manos de Su Santidad Paulo VI, el 3 de julio de 1966; al regresar a su diócesis desempeñó los siguientes cargos: director espiritual del Seminario Mayor; profesor de Teología Dogmática y de Sociología en el mismo Seminario; asistente diocesano de la Junta de la Acción Católica Mexicana; capellán del Club Serra; asistente de Caballeros de Colón; profesor de sociología de la Facultad de Medicina y Arquitectura de la Universidad Estatal de Aguascalientes. Diecisiete años después -el 8 de junio de 1983-, Su Santidad, el Papa Juan Pablo II lo preconizó III Obispo de Tijuana. Recibió la Consagración Episcopal el 25 de julio del mismo año.
Su lema episcopal es "In Nomine Domini" (En el nombre del Señor), "que revela el espíritu de fe de un pastor que se empeña cotidianamente en grandes tareas y retos, poniendo su confianza en la Providencia y en la fuerza del Señor".
Entre la obra pastoral de Mons. Berlie en Tijuana destacan los siguientes aspectos:
El 15 de marzo de 1995 fue preconizado por Su Santidad Juan Pablo II, XL Obispo y IV Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Yucatán; tomó posesión el 29 de abril del mismo año.
Presidente de la Comisión Episcopal para el Congreso Eucarístico Nacional
Miembro del Pontificio Consejo para la Pastoral de Migrantes e Itinerantes de la Santa Sede
Miembro de la Comisión Episcopal de Movilidad Humana
Miembro de la Comisión Episcopal de Comunicación Social
Miembro de la Comisión Pro-Colegio Mexicano en Roma
Miembro de la Comisión Episcopal Transitoria Pro-Sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano
Asistente Episcopal a nivel nacional del Club Serra (41 clubs en 38 diócesis)
Miembro activo del Consejo Supremo de Caballeros de Colón
Miembro activo de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén
Miembro del Consejo Superior de la Universidad Pontificia de México
Delegado de la Conferencia del Episcopado Mexicano para el Congreso Eucarístico Internacional en Roma (junio de 2000).
Responsable de la Dimensión de Congresos Eucarísticos de la Comisión Episcopal Para la Pastoral Litúrgica para el trienio 2007-2009.
Consultor de la Pontificia Comisión para América Latina de la Santa Sede
Miembro de la Orden de Malta
Presidente Vitalicio y fundador de “Fraterna, AC”.
Cuando estuvo como Obispo en Tijuana, recibió la visita de la Madre Teresa de Calcuta: y ella fundó cinco casas de sus Religiosas. Estableció la “Casa fundacional” o Casa Madre de sus Sacerdotes, Misioneros de la Caridad en esa misma Arquidiócesis.