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MEXICO, D.F., a 5 de agosto del 2013.- La directora de los Centros de Integración Juvenil (CIJ), Carmen Fernández Cáceres, dijo ayer que más que cualquier droga ilegal, el alcohol (enteramente legal) es la sustancia adictiva que más se consume en México, ya que cinco millones de mexicanos mayores de 18 años de edad presentan problemas por el consumo excesivo de manera habitual.
Dijo además que, de acuerdo con encuestas gubernamentales sobre adicciones, 70 por ciento de la población declaró haber consumido alcohol alguna vez en su vida.
Señaló, asimismo, que 40 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) ha incurrido alguna vez en ausentismo laboral por causas derivadas a la ingesta de bebidas embriagantes.
Y entre 60 y 70 por ciento de los accidentes de todo tipo ocurren por efectos del alcohol y es la principal causa de traumatismos, además de que la tasa de homicidios entre jóvenes alcoholizados también es muy alta.
La directora de los CIJ hizo declaraciones a reporteros al término de la inauguración de las Jornadas Intensivas de Prevención de las Adicciones, organizadas por la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).
Luego añadió que en el último año, 17 mil accidentes de tránsito fueron provocados por el consumo de alcohol entre jóvenes, y la cifra llegó a 30 mil, incluida la población en general.
Indicó que adicionalmente al problema del alto consumo de alcohol, en el país existen 17 millones adictos al tabaco, mientras que los consumidores habituales de mariguana suman 500 mil.
Señaló que el consumo de alcohol se da en todo el país. En tanto que en Sinaloa y Sonora, se registra un importante uso del cristal; en Guanajuato y Zacatecas, donde hay más industria peletera, los inhalables; y en el Golfo, como Veracruz y Campeche, el crack.
Con respecto al alcoholismo, hizo notar que este problema tiene graves consecuencias a nivel familiar, con derivaciones muchas veces en actos de violencia, y por lo mismo exhortó a los trabajadores que decidan ingerir bebidas alcohólicas a hacerlo de manera responsable.
Esta adición —abundó— causa aumento en los riesgos y la tasa de accidentes en el trabajo, ausentismo, incapacidades médicas y conducta arriesgada o inadecuada por la falta de seguridad que provoca la desinhibición.
Además, los trabajadores con problemas de alcoholismo requieren erogaciones tres veces mayores por enfermedades y presentan hasta cinco veces más solicitudes de indemnizaciones. (La Crónica)