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Dos estrellas
Inicialmente este proyecto cinematográfico se iba a centrar en los orígenes de Magneto, el segundo personaje más popular de "Los hombres X" —el primero es Wolverine. El filme que debió llamarse "X-men. Orígenes: Magneto" se convirtió en "X-men. Primera generación", en un afán de Marvel-Disney por hacer más comercial la historia. Grave error.
Se nota que es un proyecto forzado. De hecho se siente como hay 2 guiones en pugna: el primero que desarrolla la historia de Magneto y el segundo donde los X-men, al servicio de la CIA, intentan frenar a un terrorista llamado Sebastian Shaw que intenta provocar una Tercera Guerra Mundial en plena Crisis de los Misiles.
La Guerra Fría en los años 60 sirve de escenario a una historia que no sabe cómo integrar las dos tramas. Un auténtico caos narrativo. No solo hay problemas de guión y montaje, tampoco hay una producción que logre sacarle provecho al contexto histórico del filme. Los 60's nunca se habían visto tan desaprovechados y la franquicia "X-men" aún no consigue igualar la calidad de sus dos primeras entregas.
Eric Lehnsherr —alias Magneto—, Charles Xavier y Raven —alias Mystique— eran los protagonistas suficientes para desarrollar una historia grandiosa sobre los orígenes del archienemigo de los Hombres X. Pero en cambio la Marvel apuesta por la chabacanería, por empachar a la audiencia con un desfile injustificado de mutantes. Personajes metidos a chaleco que provocan desvaríos argumentales. El único que logra servir a la trama principal es Bestia. Los fans de estos superhéroes volvemos a ser testigos de otra fallida entrega de una franquicia, que viene de capa caída desde "X-men 3" y el spin off de "Wolverine".
Con respecto a los villanos, Sebastian Shaw es un personaje mal configurado sencillamente porque se toma del guión original de Magneto y luego se inserta —transformado sin coherencia— en la historia de la Guerra Fría. Emma Frost es quien alcanza un poco más de fuerza antagónica. Es la villana sofisticada y atractiva, que, al puro estilo James Bond, sabe usar la seducción como un arma. También es la única verosímil al contexto histórico, ella realmente está en los años 60 —chequen su vestuario— los demás parece que fueron disfrazados para otra película, una más moderna.
Lo más recomendable de este filme está en las escenas que se refieren a Magneto (Eric), su infancia en un campo de concentración nazi y su posterior venganza. Hay grandes secuencias como la del bar en donde Eric busca información para encontrar a Sebastian, su amistad con Charles Xavier y el inicio de su relación con Mystique. La historia sobre el origen de Magneto es el punto medular de primera parte de la cinta y esos son sus mejores momentos. Pero luego entra una segunda historia y la caída del guión no se hace esperar. Charles Xavier se desdibuja, Eric deja de evolucionar y Mystique —que daba para más— se sacrifica para introducir otros personajes.
Para colmo, la "dirección" de Matthew Vaughn (Kick-ass) no ayuda en nada a su malograda unidad. Emplazamientos erróneos e insalvables, desde la primera escena, van rompiendo ejes sin discreción. Fallas de continuidad y un pésimo ritmo de edición provocan secuencias inconexas que a corte directo infringen toda regla de continuidad. Por citar un ejemplo: pongan atención en la manera tan abrupta en que inicia la secuencia de la batalla en el Yate. Al igual que Azazel o Nigthcrawler, el montaje se siente como una teletransportación desconcertante que va dando saltos sin saber a dónde se dirige.
"X-men. Primera clase" pudo ser un filme sorprendente de haberse limitado a los orígenes de Magneto, pero su intención de llenarle de personajes terminó convirtiéndole en un fallido experimento. Un amasijo desordenado e incoherente de subtramas. Una película mutante que parece editada por el mismísimo Doctor Frankestein.
Lo mejor: la historia de Magneto, hubo un casting muy acertado, Michael Fassbender interpretando a Eric Lehnsherr y January Jones como Emma Frost.
Lo peor: la dirección de Matthew Vaughn, la gran cantidad de personajes innecesarios y la falta de integración de las subtramas.