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Lunes 6 de agosto.- Podría llamarse el sándwich del orgullo, pero simplemente se llama Chick-For-Gay. Es una hamburguesa de pechuga de pollo, una ración abundante, a la americana, con más carne que pan y con rodajitas de pepinillo. Pero no es la oferta veraniega de una cadena multinacional de burgers, es un plato de largo recorrido lanzado estos días por The Abbey, “el mejor bar gay del mundo”, según MTV.
The Abbey Food and Bar es un local de Los Angeles (en el área gay friendly de West Hollywood) abierto hace 15 años donde no falta la música y tiene amplia oferta de raciones (con muchos toques latinos) y cocteles. Presume de ser liberal y amigable con todo el mundo y su comida confortable quiere conquistar corazones. De momento ha conquistado el de la prestigiosa guía gastronómica Zagat, que se ha hecho eco del Chick-For-Gay. “No seas gallina y saboréalo”, recomienda en un gourmet juego de palabras.
Ahora, su comida, además de la pretención de ser atractiva, quiere ser militante y no bajar la guardia en cuestión de derechos conquistados y por conquistar de los homosexuales en Estados Unidos. The Abbey quiere manifestar su apoyo rotundo al matrimonio gay y su rechazo a quienes están en contra. El irónico nombre de la hamburguesa es una forma de protesta contra la cadena de comida rápida originaria de Atlanta Chick-fil-A, perteneciente a una familia conservadora y contraria a las bodas de personas del mismo sexo. Algo que no han digerido ni los colectivos gays ni algunos políticos. Los alcaldes de Boston, Chicago y San Francisco se han opuesto a la apertura de nuevos restaurantes Chick-fil-A en sus ciudades.
La protesta de The Abbey es una idea comestible. Los beneficios de todas las consumiciones de su nuevo sándwich-bandera, que cuesta cinco dólares (4.10 euros), irán íntegramente a la organización American Foundation for Equal Rights. El Chick-For-Gay estará disponible en el restaurante hasta las elecciones de noviembre.